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El Milagro: botadero sigue funcionando a pesar de que colapsó

Lo que sucede en el lugar donde se arroja la basura que producen los trujillanos es la muestra del país que somos: allí la ley no existe.  

Unas 1 600 personas trabajan en el botadero El Milagro exponiéndose a enfermedades porque inhalan humo, polvo y microorganismos nocivos para la salud. Además, están en contacto directo con materia descompuesta en la que se reproducen bacterias letales para los humanos.

Ninguna autoridad ha actuado a fin de mejorar las condiciones de estos peruanos. Ni antes ni ahora.

El relleno sanitario de El Milagro, de 58 hectáreas de extensión, inició sus operaciones en 1989. En el 2007, mediante la ordenanza municipal N° 010-2007-MPT, se oficializó como único lugar autorizado para la disposición final de residuos sólidos de toda la provincia de Trujillo. Desde entonces, allí se vierten los desperdicios de la ciudad, que ya llegó al millón de habitantes.

Se calcula que todos los días se arrojan mil toneladas de sobras, que se generan en nueve de los 11 distritos que forman la provincia de Trujillo. Desde el 2016, se advirtió el colapso de este espacio, sin embargo, a la fecha sigue funcionando como si estuviera en óptimas condiciones.

Colapso significa ruina, destrucción, paralización, estado de postración, etc.

En el 2018, el presidente del Instituto Peruano del Reciclaje, Eduardo Pisfil de los Ríos, declaró a El Comercio que durante los últimos 25 años se han arrojado 4,5 millones de toneladas de residuos. Han pasado 5 años y el panorama sigue siendo el mismo. Mucha gente continúa trabajando en un entorno infrahumano.

El botadero de El Milagro es considerado por los especialistas el más crítico del Perú y uno de los que muestra peores condiciones en Latinoamérica.

Botadero: lugar de trabajo

Un trabajador de 45 años, quien no quiso ser identificado, contó a Buenapepa que el relleno sanitario es el único lugar donde puede ganarse unas monedas para ayudar a su familia. “Por mi edad ya nadie quiere darme trabajo”, lamentó.

“Al inicio, es un poco difícil por el olor que hay; pero luego te acostumbras. Como verás, la mayoría son adultos y madres solteras. Ellas vienen con sus hijos porque no hay con quien lo dejen”, confesó.

Foco infeccioso

BuenaPepa ingresó al botadero de El Milagro y comprobó las condiciones de insalubridad en la que trabajan unas 1 600 personas entre mujeres y niños. Ellas están propensos a contraer enfermedades, ya que no usan ningún implemento de seguridad. El lugar es irrespirable, los residuos sólidos emanan un hedor nauseabundo.

Sin sanciones

En el 2014, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) presentó dos denuncias penales contra los funcionarios de la Municipalidad Provincial de Trujillo y otros que resulten responsables por la presunta comisión de los delitos de contaminación ambiental y de responsabilidad de funcionario público por permitir la inadecuada disposición de residuos sólidos en el botadero “El Milagro”. Estas denuncias fueron presentadas ante el Ministerio Público y la Contraloría de la Republica por la inadecuada disposición de residuos sólidos en el botadero de El Milagro.Sin embargo, hasta ahora nadie ha sido sancionado.

Mira el fotorreportaje completo aquí:

Botadero El Milagro. Una mujer conduce una carreta jalado por un asno.
Iván Orbegoso
Iván Orbegoso
Nació en un lugar donde no se cultivan manzanas, pero si las ganas de superarse. Emigró a la ciudad donde habían otras frutas, pero no eran gratis. Así que tuvo que trabajar y estudiar mucho. Ingresó a la Universidad Nacional de Trujillo donde su refrigerio era jugo de naranja. Allí se enamoró de la fotografía cuando disparó a un canasto lleno de frutas frescas. Llegó a trabajar en el Diario La Industria de Trujillo donde le sacó el jugo a todas las comisiones. El 2020, la mejor pepa le llegó con el Gran Premio Nacional de Periodismo por una pepaza fotográfica sobre las protestas agrarias en Virú, La Libertad.