InicioFruta frescaPacarinacocha: la laguna artificial de Salpo que apunta a convertirse en la...

Pacarinacocha: la laguna artificial de Salpo que apunta a convertirse en la nueva joya turística de La Libertad

Creada para almacenar agua, ahora atrae visitantes con su espectacular reflejo de los Andes y su rica fauna silvestre.

El distrito de Salpo es hermoso, pero aún le falta exteriorizar o aprovechar lo que la naturaleza le ha brindado. Felizmente, va camino a ello.

Ubicado en las alturas de la región La Libertad a solo dos horas de Trujillo, este paraje se consolida como un imán para viajeros que buscan experiencias auténticas

La reciente apertura de Pacarinacocha, una laguna espejo de aguas cristalinas, viene a coronar un territorio que ya enamoraba a los visitantes con sus miradores vertiginosos y bosques de piedra que parecen salidos de un sueño.

El alcalde Sigifredo Rojas Guevara no disimula su entusiasmo mientras describe cómo esta nueva maravilla natural, ubicada en las Pampas de Capilla, refleja el cielo andino con una perfección que quita el aliento.

La reciente apertura de Pacarinacocha, una laguna espejo de aguas cristalinas, viene a coronar un territorio que ya enamoraba a los visitantes con sus miradores vertiginosos y bosques de piedra que parecen salidos de un sueño.

«Pacarinacocha no es solo agua, es el espejo donde nuestro distrito se mira y reconoce».

De acuerdo a la cosmovisión andina, una ‘pacarina” es un lugar de origen mítico, un sitio sagrado donde se cree que surgieron los ancestros de un grupo humano o ayllu y ‘cocha” es un lago o laguna.

La palabra quechua resuena, especialmente, entre los comuneros, quienes ven en estas aguas la continuación de una tradición milenaria.

Salpo para el mundo

Benito Jauregui Rosas, presidente de la Asociación de Operadores Turísticos de La Libertad, recorre el lugar con mirada experta, y destaca el potencial del espacio para el beneficio de los lugares.

«Hace diez años nadie hablaba de Salpo como destino. Hoy aquí tenemos todos los ingredientes. Ostenta condiciones excepcionales, como naturaleza, arqueología, esoterismo, gastronomía, cultura, entre otros, de gran valor», describe.

Salpo Laguna Pacarinacocha

La oferta turística de este distrito está conformada por, entre otros atractivos, el Balcón del Cielo que te hace sentir volar, el Bosque de Piedra que parece escultura natural, las Puyas Raimondi que son fósiles vivientes… y ahora esta laguna que completa el cuadro.

El arqueólogo Daniel Castillo Benites cree que Salpo cuenta con todas las condiciones, no solo para atraer turismo interno, sino también visitantes de otros países. “Tiene una diversidad de atractivos muy importantes”, manifestó.

La laguna que nació para servir y enamorar

Las aguas de Pacarinacocha palpitan de vida. Bandadas de patos silvestres dibujan trayectorias suaves sobre su superficie, que rompen por momentos el espejo perfecto que refleja los cerros.

Cada aleteo, cada ondulación en el agua, añade una pincelada de vitalidad a este paisaje andino.

Detrás de su belleza aparente, la laguna esconde una historia de ingenio humano. Nacida en lo que fue un ancestral bofedal, fue transformada como parte del visionario proyecto regional de siembra y cosecha de agua.

Hoy, este cuerpo de agua cumple un doble milagro: mientras sus profundidades guardan el preciado líquido para los cultivos de la zona, su superficie se convierte en imán para aquellos que buscan conectar con la naturaleza en su estado más puro.

Leer más: Pueblo de Gentiles en Salpo: un tesoro prehispánico que busca brillar en La Libertad

El Gobierno Regional de La Libertad no podía imaginar que su proyecto de conservación hídrica daría vida, como feliz consecuencia, a uno de los atractivos turísticos más fotogénicos de la región.

«Hace diez años nadie hablaba de Salpo como destino. Hoy aquí tenemos todos los ingredientes. Ostenta condiciones excepcionales, como naturaleza, arqueología, esoterismo, gastronomía, cultura, entre otros, de gran valor».

Pacarinacocha demuestra así que desarrollo y conservación pueden bailar al mismo compás, creando una sinfonía donde el murmullo del agua se mezcla con las exclamaciones de asombro de los visitantes.