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Discriminación racial: una forma de violencia que afecta a las mujeres en el Perú

Buena Pepa te presenta un problema histórico que se pretende solucionar con normas y leyes que la sociedad no cumple porque ha normalizado este delito.

En la introducción de su investigación “«Me Gritaron Negra»: Surgimiento y desarrollo del Movimiento de Mujeres Afrodescendientes en el Perú (1980-2015)”, los estadounidense John Thomas y Eshe Lewis, escriben:

“En 1978 Victoria Eugenia Santa Cruz Gamarra, poeta, cantautora, bailarina, coreógrafa, activista y figura notoria del movimiento de renacimiento cultural afroperuano, escribió «Me Gritaron Negra».

Este poema sigue la trayectoria de la joven Victoria, que a los siete años se dio cuenta de que era negra, cuando la gente en la calle le empezó a gritar «negra».  Santa Cruz hace un recuento del proceso de desarrollo de su toma de consciencia de este aspecto de su identidad impuesto por otros y de verse a sí misma como fea y no deseable, como lo hacían los demás. 

Detalla su lucha contra el auto desprecio, mientras describe su disgusto por el color de su piel, rasgos raciales y cabello. En un afán de distanciarse de su propia negritud, se alisa los rulos y se polvorea la cara para parecer más clara; hasta que un día desarrolla un sentido de orgullo por su identidad racial.

Santa Cruz responde a las voces que la humillan, no sólo confrontando el uso del término «negra» como insulto, sino encontrando belleza y poder en un término que se utilizó para degradarla.  Asimismo, celebrando su orgullo dejando atrás las prácticas de blanqueamiento en favor de su apariencia natural”.

“…Al fin comprendí
¡Al fin!
Ya no retrocedo
¡Al fin!
Ya avanzo segura
¡Al fin!
Avanzo y espero
¡Al fin!
Y bendigo al cielo
porque quiso Dios que negro azabache fuese mi color
Y ya comprendí
¡Al fin!
Ya tengo la llave
¡Negro! ¡Negro! ¡Negro! ¡Negro!
¡Negro! ¡Negro! ¡Negro! ¡Negro!
¡Negro! ¡Negro! ¡Negro! ¡Negro!
¡Negra soy!”

Escribiría Victoria Santa Cruz, quien nació en la Lima endemoniada de 1922: la capital se modernizaba con la construcción de un edificio de seis pisos en la esquina de las calles General La Fuente y Minería, gobernaba Augusto B. Leguía y los derechos de la mujer eran sueños rotos en la mente de una sociedad que discriminaba a los negros y provincianos.

Victoria Santa Cruz escribió “Me gritaron negra”, para reflejar que la lucha contra la discriminación racial empezó con ella misma. Fotografía: Ministerio de Cultura.

Un problema que perdura

En el Día Internacional de la Mujer, la discriminación es uno de los problemas que pintan de gris la celebración.

Según Julio Nishikawa, gerente del Programa de Empoderamiento económico, seguridad alimentaria y nutrición, de Care Perú, “la discriminación estructural, en el marco de la igualdad de género, es el conjunto de prácticas reproducidas por patrones socioculturales instalados en las personas, las instituciones y la sociedad en general”

“Así también, esta discriminación se evidencia en las diferentes oportunidades de desarrollo y de consecución de planes de vida de las personas debido al hecho biológico de ser hombres o mujeres”.

Y un tema poco visibilizado es la discriminación étnico-racial. “se considera que las mujeres de determinados grupos étnicos son las que deberían ser trabajadoras del hogar. Muchas veces se las mantiene en una situación casi de servidumbre dentro de los hogares”.

“Lamentablemente, además del trabajo en el hogar remunerado, persiste la esclavitud, la servidumbre, relacionada con el vasallaje, el tutelaje, presentes en los imaginarios discriminatorios hacia las poblaciones originarias en nuestro país”, explica la ex ministra de la mujer Grecia Rojas.

Ernestina, según su testimonio publicado por el portal de la UNFPA (organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva.) “fue insultada y tratada como una ladrona por un policía en una estación de bus, en Lima, porque el color de su piel la hizo sospechosa. A pesar de la denuncia impuesta y los testigos a su favor, no hubo reivindicación ni disculpas”.

“La violencia racial y discriminación que pasamos las mujeres afro nunca cambia. Por ser mujeres, por ser negras, por ser trabajadoras. No se visibiliza”, enfatizó la agraviada quien, como Victoria Santa Cruz, es activista que lucha por sus derechos y los de otras mujeres afroperuanas que viven en Villa El Salvador.

“El racismo es, sin duda, uno de estos factores interseccionales que limitan el ejercicio de los derechos de las mujeres afroperuanas y tiene una estrecha relación con la ocurrencia de la violencia de género”, explica UNFPA.

Letra muerta

En 2016, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMPV) aprobó el “Plan anual de acción sectorial frente a actos de discriminación y violencia de género”, que incluye aspectos de discriminación étnico-racial.

Los numerales 2 y 19 del artículo 2 de la Constitución Política del Perú establecen que toda persona tiene derecho a la igualdad ante la ley, que nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole; y a su identidad étnica y cultural, así como, el Estado reconoce y protege la pluralidad étnica y cultural de la Nación.

Sin bien existe el marco normativo para hacer frente al problema, la normalización de la violencia hacia la mujer por su etnia hace que el problema pase desapercibido.

Jorge Clavijo Correa
Jorge Clavijo Correa
Nació en el ardiente puerto de Paita y tiene gustos afinados por la música electrónica, el post-punk y el blues. Nunca será un 'mangazo', como se les dice a las varones agraciados; pero tiene un entusiasmo especial por este fruto que descubrió de niño gracias a la complicidad de sus abuelos. De origen indio, el mango metaforiza el proceso de maduración en la vida profesional de Jorge. En el periodismo empezó verde cubriendo y escribiendo historias policiales en horas de la madrugada para un canal de televisión. Creció con su destacada participación en cuatro concursos nacionales de periodismo y está tomando buen aroma como docente universitario. Algún día madurará.