“El concurso va bien, pero a pesar de que Polideportivo (del Callao) es bonito, muy ordenado, muy grande, con muchos espacios, con una infraestructura impresionante; todos los competidores sueñan con pisar o volver al Chimú, porque tiene una magia especial”.
María del Carmen Olórtegui Risco está en Lima como parte del Concurso Nacional y Mundial de la Marinera del Club Libertad. La primera laureada del certamen del baile peruano vive con los sentimientos encontrados.
A pocas horas del inicio de las semifinales del concurso, que este año dejó Trujillo para disputarse en Lima, Olórtegui conversó con #Buenapepa.
-El campeonato vive una edición histórica, ¿cómo se está desarrollando fuera de Trujillo?
-Se desarrolla con normalidad, más allá de que se han reducido los días de competencia y han juntado categorías; entonces, la etapa de eliminatorias se ha hecho más larga; pero todo está dentro del orden programado. Sí, está asistiendo gente al polideportivo del Callao, pero son los que acompañan a los bailarines, no público en general, porque son horas de trabajo, también. En cambio, en Trujillo había un poco más de público desde las eliminatorias.
-¿Cómo están tus emociones, tus sensaciones?
-Es como la de muchos campeones: sentimientos encontrados. Estamos felices y concentrados porque este es el mundial de Club Libertad, y apoyamos, le ponemos el mismo entusiasmo; sin embargo, llega un momento, por lo menos a mí, a mitad del concurso, que me da pena y quisiera estar en Trujillo, en el monstruo del Chimú, como yo le digo, porque tiene otra energía, otra vibra, es —por su arquitectura— como si abrazara. Sientes que estás en otro nivel. Como se desarrollan selectivos todo el año en diferentes lugares del país y del mundo —entre ellos Lima— en escenarios parecidos (al polideportivo del Callao) varios participantes sienten que están en un selectivo muy grande.
-¿Cómo está afectando el cambio de sede al concurso desde la competencia misma?
-En varios flancos. Por ejemplo, las distancias para los competidores. No todos se quedan cerca del Callao, unos están muy lejos y en Lima el tráfico no es un problema menor. Hay participantes que llegan muy temprano y también tarde. Otro aspecto es el reconocimiento del polideportivo. Muchos de nosotros ya tenemos pautado y mapeado cómo es el coliseo (Chimú). Sin embargo, nos cuesta ahora porque el polideportivo es muy grande. Es muy lindo, tiene ambientes amplios; pero ubicarnos se complica un poco.
-¿El número de parejas es el mismo de años anteriores? ¿Aumentaron los competidores o mermaron?
-Creo que en algunas categorías el número de parejas es igual, en otras hay más, porque las eliminatorias han sido con muchísimas parejas. En general, es muy parecido a años anteriores. Pero se extraña ver gente de provincia. Hay muchos bailadores del sur y del norte que no han podido venir a este Mundial, lo cual nos apena. Entonces, entre nosotros decimos “vamos bailando por todos los que no pudieron venir”. Ellos ya habían planificado, invertido sus ahorros por estar en Trujillo y los cambios no le han dado la oportunidad.
-¿Cómo están los participantes trujillanos?
-Lo más bonito que está pasando ahora es que nosotros los trujillanos nos hemos unido. Literalmente somos pocos en Lima. Sentimos, entonces, que estamos sacando la cara por Trujillo y nos apoyamos con todo. Situación que antes no se veía. Por eso siempre hay que rescatar lo bueno. En Trujillo, el mismo nivel de competencia, hace que cada academia esté solo con su gente. En cambio, acá estamos pegaditos. Haciendo un grupo más grande. No importa de qué academia eres, basta que seas trujillano y las matracas se levantan. Eso está muy lindo.
-¿Qué banda de músicos participa en el concurso?
-Son dos; la Jerzy´s Band y Anthonys Friends que son buenas; pero, igual, se extraña mirar a la banda de las 32 División de Infantería, que, también, es una tradición en el concurso.
-Según tu pálpito, ¿vuelve la marinera el próximo año a Trujillo?
-Soy una mujer de fe y sé que la marinera regresará a Trujillo. La marinera norteña tiene su lugar y el lugar al que todos los bailarines ansiamos ir para el Concurso Nacional y Mundial del Club Libertad es el coliseo Chimú. El Monstruo del Gran Chimú va volver. Yo lo sé.