Chan Chan desamparado. Nadie lo respeta. Nadie lo cuida. Ni las autoridades ni los ciudadanos son responsables con la protección del patrimonio mundial de la humanidad y uno de los atractivos turísticos más importantes del Perú.
Tal es el caso del chofer del camión concretero de placa BMR-896, quien botó residuos de cemento dentro de la zona intangible del complejo arqueológico.
El hecho ocurrió el viernes 14 de marzo, cerca de las 12.30 p. m.
A plena luz del día, el conductor detuvo su pesado vehículo a un costado de la autopista Trujillo-Huanchaco, a pocos metros del ingreso al Palacio Nik An (ex-Tschudi), el más visitado por los turistas.
De inmediato bajó. Con naturalidad, usó una manguera de agua para limpiar tolva, rampa y otras partes de la carrocería.
El residuo del concreto — ‘aguaje’— se regó por toda la calzada, lo que obligó a los conductores de las unidades que circulaban por el lugar a tomar medidas preventivas.
En ese instante, por el otro carril, pasó una policía —de la división de Tránsito—, pero no se percató del evidente atentado contra nuestro patrimonio cultural y contra el Reglamento Nacional de Tránsito.
El su artículo 258º, este dispositivo, señala que “está prohibido arrojar, depositar o abandonar objetos o sustancias en la vía pública, o cualquier otro obstáculo que pueda dificultar la circulación o constituir un peligro para la seguridad en el tránsito”.
El infractor recibirá una muta del 5 % de la Unidad Impositiva Tributaria, la cual equivale a 267.5 soles.
Lekersa infractora
Una consulta vehicular en el portal de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos del Perú, arrojó que el camión de marca Foton pertenece a la Compañía Constructora, Comercializadora y Servicios Lekersa SA.
Fundada el 15 de enero del 2001, sus actividades se vinculan con la renta de maquinaria industrial y comercial. Su sede principal es Trujillo.
Los camiones de concreto premezclado o mixer transportan material de construcción de alta demanda en el mercado porque ofrecen mayor control de calidad, rapidez de aplicación y menor desperdicio de materiales.
Chan Chan abandonado
BuenaPepa consultó con una fuente de la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad, quien afirmó que la zona donde el vehículo dejó sus residuos está dentro del polígono de protección del complejo Chan Chan.
Los principales problemas que afronta este espacio arqueológico son las invasiones y el arrojo de basura y desmonte.

Este último inconveniente se evidencia en que a diarios decenas de vehículos llegan dejan desperdicios.
La falta de vigilancia, poco civismo y leyes laxas han provocado que gran parte del complejo arqueológico parezca un basural.
No un problema nuevo. Sin embargo, parece que las acciones de las autoridades son ineficientes.
Desde el Ministerio de Cultura se ha exigido a las municipalidades, tanto la provincial de Trujillo, como las distritales, que ejecuten acciones de control contra los camiones que cargan desmonte y desechos de construcción.