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Orfebres de Catacaos: “En el Perú no pagan el precio justo de nuestro producto”

Más de 400 artesanos trabajan en el arte de convertir el oro y la plata en piezas únicas. ¿Cuál es la situación actual del sector?

En un recinto con paredes desgastadas y un aire de abandono y decadencia, se encuentra la Asociación de Artesanos de Catacaos.

Catacaos —un pintoresco distrito, ubicado en Piura—, es famoso por la habilidad de su gente en cerámica, tejido con paja toquilla y en la elaboración de piezas de oro.

El local es poco frecuentado por residentes y turistas. Alberga a artistas, cuyas voces no se alzan en proclamas estridentes, pero sus manos, hábiles y precisas, hablan con una elocuencia que supera a cualquier palabra.

Está ubicado en la calle Comercio N.º 400. Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), esta arteria se encuentra entre las principales zonas de atracción para los extranjeros, con un 34,7 % de visitantes registrados entre octubre y diciembre de 2023.

Artesados de Catacaos.

“Nosotros no vendemos accesorios, nosotros vendemos arte”, dice como un eslogan, pero también, como un reclamo, Pedro Aguirre de Dios, presidente de la Asociación de Artesanos de Catacaos.

“Necesitamos el apoyo de las autoridades, pues nuestro deseo es exportar nuestras piezas y obtener más ingresos, ya que en el Perú no pagan el precio justo de nuestro producto”, continúa.

Embajador de la filigrana

Dicen que la curiosidad mató al gato, pero en Pedro Aguirre de Dios, esa curiosidad no hizo más que despertar su espíritu artístico. No fue la muerte lo que encontró, sino el comienzo de una vida marcada por los finos hilos de plata.

“Yo veía a mi papá siempre trabajando en el taller. Los aretes los hacía idénticos y me preguntaba: ‘¿cómo es que los puede hacer tan perfectos e iguales?’,” sonríe.

Es así que, con tan solo 10 años, Pedro se inició en la aventura de experimentar con los materiales de su padre y descubrió así su amor por crear piezas de filigrana.

Su progenitor, un hombre que aprendió del oficio gracias al apoyo de un amigo, al ver el interés de su hijo mayor en la elaboración de piezas de filigrana no dudó ni un instante en compartir sus conocimientos.

Es así que, con tan solo 10 años, Pedro se inició en la aventura de experimentar con los materiales de su padre y descubrió así su amor por crear piezas de filigrana.

Cada mañana era un inicio de aprender nuevas técnicas, secretos y habilidades. A Pedro se le presentó la oportunidad y no la desaprovechó. Lo cual, le ha permitido compartir con las nuevas generaciones.

“No sirve de nada que uno guarde todas las cosas que sabe. No nos podemos ir a la tumba llevando nuestros conocimientos sin haberlos sembrado en los demás. El legado debe continuar”, comenta, mientras saca los premios que ha obtenido durante su carrera.

Pedro Aguirre de Dios

Sobre la mesa se observan más de una decena de medallas y diplomas de reconocimiento, entre los cuales destacan el 27.º Concurso Nacional de Plata en el Perú, el Concurso de Patronato a la Plata y el concurso Hilarte, entre otros.

“Es la pasión por el arte lo que te permite ganar. La paciencia para elaborar cada detalle de las piezas, ya sea desde unas dormilonas hasta una escultura del Chalán, es fundamental. Si te desesperas, pierdes”.

En sus palabras resuena la fuerza y valentía de quien ha desafiado y superado adversidades para alcanzar ser lo que es hoy.

Pedro ha forjado un legado que trasciende generaciones, propagando su conocimiento a sus hijos y nietos.

“Les he inculcado y transmitido esta pasión por elaborar accesorios con la técnica de la filigrana, que consiste en el tejido con hilos de plata. Ahora depende de ellos si continúan o no,” revela con entusiasmo.

Sin vacilar, expresa que él es un embajador de la filigrana. “Muchos amigos me dicen que soy el mejor filigranero de Catacaos. Uno con esos halagos se siente contento y satisfecho. Dicen que siempre las personas aprenden de los buenos y que yo soy uno de ellos”, expresa con orgullo.

Legado hecho a mano

La radio está encendida en el taller de Víctor Hugo Yarlequé, orfebre con más de treinta años de experiencia en la técnica de la filigrana.

Según la Real Academia Española (RAE) la filigrana es una obra formada por hilos de oro y plata, unidos y soldados con gran perfección y delicadeza.

Se debe poseer habilidades excepcionales, reflejar compromiso y precesión en el trabajo para producir piezas de alta calidad. Los orfebres de Catacaos lo saben mejor que nadie.

En reconocimiento a esta notable destreza, en 1989 el Estado peruano otorgó al distrito el título de Capital Artesanal, mediante la Ley N.º 25132.

Asimismo, en el 2010 el Instituto Nacional de Cultura reconoció y declaró la técnica de la filigrana como Patrimonio Cultural de la Nación.

La filigrana es una obra formada por hilos de oro y plata, unidos y soldados con gran perfección y delicadeza. Se debe poseer habilidades excepcionales, reflejar compromiso y precesión en el trabajo para producir piezas de alta calidad. Los orfebres de Catacaos lo saben mejor que nadie.

El registro no solo honra a los orfebres de Catacaos, sino que también asegura la protección y continuidad de esta tradición artesanal para las futuras generaciones.

Se escucha a la agrupación Corazón Serrano y una de sus canciones de desamor. Víctor está sumergido en una profunda concentración para realizar un dije del árbol de la vida.

Aunque para algunos escuchar música mientras realizan una actividad puede ser una distracción, otros opinan lo contrario.

Según la Universidad Católica de La Plata (2022), la música activa una zona del lóbulo frontal encargada de potenciar la capacidad de concentración. Esto puede aliviar el estrés y mejorar el rendimiento en la tarea que se realiza.

Víctor Hugo Yarlequé.

“El silencio me aburre. Necesito motivación para hacer mi trabajo”, expresa mientras en su rostro se dibuja una gran sonrisa.

Para Víctor, la técnica de la filigrana está en sus venas. En su hogar siempre estuvo rodeado por los hilos de la plata, el fuego, las pinzas y todo utensilio de elaboración. Sus progenitores fueron orfebres.

“Mis manos hablan el mismo idioma que el de mis padres a la hora de realizar un diseño”, manifiesta satisfecho.

Por un momento deja las pinzas con las que estaba formando las hojas del árbol de la vida. Sacude sus manos. Abre un cajón de su mesa. Saca una fotografía. La imagen es invaluable. Su padre enseñándole a fundir la plata en el fuego.

Se observa en su mirada una alegría inmensurable. Los recuerdos lo abruman. Agradece a sus padres Nicolás y Juana, quienes lo involucraron desde pequeño en el entorno de la joyería.

En 2018, Hugo Yarlequé recibió un reconocimiento nacional que lo distingue como uno de los personajes más emblemáticos de Catacaos.

El Ministerio de Cultura premió sus destacados trabajos elaborados con hilos de plata, otorgando el galardón de Personalidad Meritoria de la Cultura.

Catacaos: en busca de una solución

Actualmente, ambos trabajan en su taller, situado en la Asociación de Artesanos de Catacaos, colaborando con otros orfebres reconocidos.

Destacan que el negocio ha bajado totalmente, pues no hay mucha afluencia de gente interesada en comprar piezas o accesorios de filigrana.

Ante esta situación, y en coordinación con la Oficina de Información Turística de Catacaos, se están impulsando iniciativas para ofrecer a los visitantes nacionales y extranjeros experiencias únicas.

Entre estas iniciativas se incluyen desfiles de moda en lugares céntricos de Piura, donde las modelos exhibirán joyas de filigrana, así como charlas destinadas a reforzar la revalorización del arte de la técnica de la filigrana.

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Además, Pedro Aguirre de Dios, presidente de la asociación, mencionó que uno de sus objetivos es que el Centro de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica (CITE) vuelva a estar operativo y al servicio de los artesanos.

 Esto les permitiría recibir capacitaciones y realizar pasantías en otras ciudades y países, facilitando así su desarrollo profesional.

Texto y videos: Danitza Anaya Montenegro
Fotos: Anthony Mendoza Tocto