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Caos social: las autoridades de Lima deben tomar medidas ante el peligro que se avecina

La situación en Lima es caótica, pero los limeños aún no tienen ni idea de lo que está sucediendo; aunque los incidentes diarios en el Centro Histórico empiezan a generar reflexión: la capital del Perú está en riesgo de que próximamente el caos se extienda a más distritos. 

La larga crisis política de inestabilidad y desgobierno traducida en la salida sucesiva de seis presidentes en cinco años ha generado desorden social, vandalismo, saqueos, destrucción del bien público y privado, el ataque a las fuerzas del orden paralizando a varias regiones del sur. Pero esto recién empieza a sentirse en Lima. Los peruanos no sabemos qué terreno estamos pisando.

No sólo es la crisis política y la salida de seis presidentes. La pandemia y sus consecuencias aún no terminan —el Perú es el país con más víctimas por millón de habitantes—. Pero económicamente el país ya estaba paralizado en cuanto a obras y proyectos de inversión a raíz del caso Lava Jato, desde antes de la pandemia.

Tenemos problemas que vienen de afuera como las consecuencias de la guerra en Ucrania, la inflación y la escasez de fertilizantes. Sumado a esto la sequía que afecta a toda la región. Los manifestantes y las movilizaciones no están reclamando en vano.

Los índices de inseguridad ciudadana han venido creciendo alarmantemente desde el fin de la cuarentena en el 2020. Desde Aprosec, advertimos que la crisis político-social y la inseguridad ciudadana estaban directamente relacionadas y que en algún momento iban a colapsar.

Foto: Arturo Gutarra.

Este panorama es producto de errores cometidos a lo largo de dos o tres décadas que no prepararon al Perú para crisis estructurales que afectan a todo el mundo: la pandemia del covid, la guerra en Ucrania, el cambio climático, etc. La crisis de nuestros partidos políticos y sus líderes, el destape de sus actos de corrupción, y los casos que los han llevado a juicio o a prisión también forman parte de un fenómeno político internacional personificado en la empresa Odebrecht.

Es decir, los problemas que nos afectan no son diferentes a los que afectan en mayor o menor medida a los países de nuestra región: Brasil, Argentina, México, Colombia, Chile, etc. Incluso la diferencia socioeconómica de Lima con las provincias, o de los distritos de clase media-alta de Lima con los distritos limeños donde predominan poblacionalmente los sectores socio económicos C, D, E, F también es un fenómeno propio de las grandes ciudades latinoamericanas como México DF, Bogotá, Río de Janeiro, Sao Paulo, o Buenos Aires.

La diferencia está en cómo el Perú o en este caso, Lima, reacciona ante estas situaciones. Todos los países latinoamericanos sufrieron las consecuencias de la pandemia del covid, pero no todos tuvieron la proporción de víctimas mortales que registró el Perú. En el Perú encontramos las mismas diferencias socioeconómicas que en otros países de la región, pero en el Perú tenemos también las diferencias étnicas y una gran población de origen andino, quechua, aimara o amazónico, muy diferente a la composición de los distritos de Lima. Este problema alcanzó un máximo en los años 1980 con Sendero Luminoso reclutando militantes de origen quechua o aimara para ejecutar el llamado Cerco a Lima.

Ante este peligro actual, las autoridades limeñas deben actuar con inteligencia. Las soluciones deben ser de largo plazo y no parches momentáneos. Sin embargo, a nivel de seguridad y orden las medidas deben ser inmediatas. La seguridad y el orden deben prevalecer ante todo evitando que el caos se propague.

En cuanto a las inmediatas medidas a tomar por las autoridades limeñas debe priorizarse disminuir el riesgo a la formación de hordas, bandas, pandillas o barrabravas que procedan al saqueo y al robo. Estas bandas existen y se ubican en los distritos más pobres: Callao, Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores, San Martín de Porres, Villa María del Triunfo, Comas, Ate, Santa Anita, etc., se encuentran organizadas y actúan ocasionalmente con motivos de partidos de fútbol protagonizando enfrenamientos callejeros, batallas campales y saqueos; pero también se dedican a la microcomercialización de drogas, al robo, raqueteo, extorsión, etc. , habiéndose presentado recientemente casos de asesinato y de posesión de armas.

Otra medida de inteligencia social a tomar por las municipalidades debe ser empadronar y registrar a todos los dirigentes vecinales de los barrios de los conos Norte, Sur y Este de Lima para hacer inteligencia y estar informados de los movimientos que podrían ocurrir hacia la formación de hordas y bandas predispuestas al robo y al saqueo; en coordinación con la Policía y los gobiernos locales es urgente hacer este trabajo de ingeniería social.

Análisis de la situación

1. Cuáles son las causas de esta violencia: en mi opinión es por la pérdida de poder de algunos al salir Castillo de la Presidencia.

2. Es una violencia que ya estaba planificada. Esos falsos consejos de ministros descentralizados servían para ello así como las reuniones en Palacio con sindicatos, organizaciones, gremios, reservistas y ronderos. No olvidemos entre muchas frases de su premier Aníbal Torres: “correrán ríos de sangre”. Se dedicaron con Castillo azuzar a la violencia y crear odio racial y de clases entre peruanos

3. Qué hacer ante esa realidad. De continuar la extrema violencia, implantar el estado de sitio en las regiones y ciudades que así lo requieran, nadie está por encima de la ley, por ello Castillo hoy está preso por su fracasado autogolpe.

4.- ¿En adelante qué podría suceder? No olvidemos que aún estamos oficialmente en pandemia, con una crisis alimentaria mundial, con una recesión en la mayoría de países, pero, sobre todo, con una delincuencia organizada y urbana que debido al desgobierno de Castillo se ha desbordado.

Finalmente, desde Aprosec queremos hacer una reflexión sobre el descuido de la inteligencia y de la sociología en nuestro país que no ha podido evitar llegar a este nivel de caos social al punto que hasta el momento no se ha podido identificar ni aislar a los líderes, organizadores y planificadores de la grave situación de inseguridad que vive el Perú.

La gestión presidida por Dina Boluarte no está haciendo nada al respecto. Mientras tanto la estrategia aplicada por Pedro Castillo y sus ministros, que no es otra que la estrategia del Foro de Sao Paulo y el comunismo, sigue en marcha. El objetivo es ahogar económicamente al país paralizando el trasporte terrestre y aéreo, colapsando los sectores económicos: agro, turismo, minería, energía, comercio, etc.

Sin embargo, no vemos que se esté haciendo algo al respecto de parte del gobierno de Dina Boluarte, que constitucionalmente es el mismo gobierno de Pedro Castillo. En fin, estamos en un gobierno sin respuesta.

César Ortiz Anderson

Presidente de APROSEC

www.aprosec.org