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Anthony Camizán: 14 meses desaparecido, su relación con un policía y la búsqueda dramática de su familia

Familiares no han cejado en la búsqueda del joven desde que desapareció el 21 de agosto de 2022. ¿Tienes alguna información que pueda ayudar?

El 21 de agosto de 2022 la pesadilla tocó la puerta de la familia Camizán Guerrero, cuando Anthony, el penúltimo de los hermanos, partió de casa en Piura a falta de cuatro días para su cumpleaños número 24.

Desde ahí, el paradero del estudiante de Ingeniería Civil se tornó un enigma, más aún cuando quedó al descubierto la relación que mantenía con el efectivo policial Edixon Rone Córdova Godos, señalado como responsable de su desaparición.

Desde aquel sombrío día, Alonso, el hijo mayor de la familia, no ha cejado en su búsqueda. Los primeros meses marcaba el número de teléfono de su hermano. Solo encontraba un abrumador silencio como respuesta; un eco vacío en medio de la distancia.

Una señal apenas

También recorría las calles solitarias de Piura hasta altas horas de la madrugada, con la luz de esperanza por volverlo a ver. Esa misma luz se encendió cuando una aplicación de rastreo ubicaba el móvil de Anthony en un terreno baldío de Chiclayo, y se apagó tan pronto llegó hasta el lugar sin encontrar señales.

Desde ahí, el paradero del estudiante de Ingeniería Civil se tornó un enigma, más aún cuando quedó al descubierto la relación que mantenía con el efectivo policial Edixon Rone Córdova Godos

En su segundo intento de ubicar el teléfono, la app arrojaba como punto de encuentro una casa en Castilla, Piura. Esta vez, pidió ayuda a la policía, pero se negaron bajo el argumento de la falta de confiabilidad del aplicativo.

La negativa no detuvo a Alonso, quien se acercó al sitio en compañía de algunos primos y amigos, y recurrieron a un dron para explorar la zona. A pesar de sus esfuerzos, nuevamente, no lograron encontrar ninguna pista que los acercara al paradero de su Cayo, como llamaba de cariño.

En el cuarto mes, marchó, junto a su familia, amigos y conocidos, por las calles de Canchaque — un pueblo ubicado a 174 kilómetros de Piura—, punto en el que, además, Anthony fue visto por última vez por sus parientes.

Alonso Camizán muestra la foto de su hermano Anthony.
Alonso Camizán no desmayado en la búsqueda de su hermano.

Un día después de la manifestación, a quien ya no se le vio más en la localidad fue al policía Rone Córdova. Abandonó la comisaría de Canchaque, a fin de continuar con las mismas funciones, pero ahora en un centro policial de Piura.

Para Alonso, este acto fue uno de los tantos que evidencia que la justicia se inclina a favor del miembro de la Policía.

Una moto por un dato

Luego, tras diez meses de la desaparición de su hermano, ofreció su moto, su juguete favorito y único medio de transporte, a cambio de cualquier indicio que pudiera arrojar luz sobre el paradero de Anthony.

El teléfono nunca sonó, y el mutismo que rodeaba la desaparición de su hermano se tornó abrumadora. Es posible que nadie lo haya visto o, tal vez, sí; pero el misterio que envolvía este caso mantenía a la comunidad sumida.

Un día después de la manifestación, a quien ya no se le vio más en la localidad fue al policía Rone Córdova. Abandonó la comisaría de Canchaque, a fin de continuar con las mismas funciones, pero ahora en un centro policial de Piura.

En su intento desesperado visitó a un par de videntes para que tejieran el manto de la verdad en torno a Anthony. Voces se alzaban; unas sosteniendo que Anthony persistía en la senda de la vida, pero aislado y ajeno a su propia historia.

Otras envolvían la creencia en su deceso. Decían lo que cualquier persona común podría especular. Lo único cierto es que ninguno logró demostrar el don que alega.

Anthony Camizán en sus sueños

Ante la abrumadora oscuridad de la incertidumbre, Alonso quiso tirar la toalla. En ese crítico instante fue el propio Anthony quien emergió en los recovecos de sus sueños. En ese mundo onírico, su hermano le propinó dos bofetadas con una voz llena de urgencia: “¿Me vas a dejar?”.

Solo horas antes, Alonso había comunicado a su madre, la señora Yolanda Guerrero, su decisión de abandonar la búsqueda de su hermano. Había llegado al punto de agotamiento, y planeaba redirigir su enfoque hacia su labor cotidiana, pero la súplica de Anthony, emanada de los confines de los sueños, sirvió para continuar de pie hasta encontrarlo. “Los sueños son la semilla de la realidad”, dijo James Dean.

Anthony con sus amigos

Esa no fue la única vez en que Anthony se hizo presente en Alonso. En noches sucesivas, su figura continuó materializándose en los recovecos de la mente de su hermano, con un ruego desesperado que se repetía: “Búscame, búscame”.

La transformación era notable. Anthony ya no era el joven radiante y robusto que alguna vez reflejó fortaleza y vitalidad. En esos sueños se mostraba demacrado, desconsolado y atemorizado, lejos de la voluntad de regresar a casa por temor a Rone, el mismo que, cuando compartían una relación, le infringía maltratos físicos y psicológicos.

Un mensaje, una prueba

Este sombrío pasado se reveló en las capturas de WhatsApp presentadas ante la fiscalía. Un mensaje en particular se destacaba como un indicio clave que avivaba las sospechas en torno al policía: “Estoy con Rone, me está llevando en su moto. No sé a dónde”.

En su mochila, Alonso siempre porta hojas con la imagen de su hermano, dispuesto a dejar una huella de su presencia en cualquier lugar que pise.

En ese mundo onírico, su hermano le propinó dos bofetadas con una voz llena de urgencia: “¿Me vas a dejar?”.

Está a la espera de un encuentro inminente y del deseo de devolver la sonrisa a su familia, quienes sufren su ausencia tanto como él, y en cada alborada aguardan ansiosos cualquier noticia que revele su paradero.

De vez en cuando, en compañía del hermano menor o de sus tíos, visita casa por casa preguntando por Anthony.

Las razones que hunden a Rone

Alonso, como un explorador en busca de la verdad, se encuentra en un viaje intrincado. Hay indicios que apuntan hacia Rone como guardián de los secretos que ansía descubrir. Aquí las razones.

Cuando Anthony desapareció, el silencio de Rone fue ensordecedor, a pesar de haber compartido una relación sentimental con él.

Ante la insistencia de la familia confesó la unión con Anthony, pero al ser llamado como testigo ante la Fiscalía, negó tenazmente haber sido su pareja, a pesar de las pruebas.

“Solo éramos amigos”, alegaba con una férrea determinación. ‘Mi error fue no grabarlo’, lamenta Alonso.

El policía, en su intento por mantener un velo sobre la verdad, ante otra de las cuestiones, seguía mintiendo. Sostenía con firmeza que el iPhone en su posesión, posteriormente empeñado a un colega, había sido un regalo de su enamorada.

No obstante, la caja del mismo teléfono, un testigo silencioso, fue hallada entre las pertenencias de Anthony, lo que añade un toque de misterio a esta búsqueda de la verdad.

El enigma se profundiza aún más al descubrir que en la habitación alquilada por Rone se encontraron tres polos y dos pantalones pertenecientes a Anthony.

Además, una sábana marcada por rastros de semen y sangre, hallazgos que desde Lima los declararon como insuficientes para confirmar su origen. Las pruebas no se detienen aquí.

El registro de llamadas revela que, antes del fatídico 21 de agosto del 2022, ambos sostenían conversaciones fluidas, y el día de su desaparición, la última llamada registrada en el dispositivo de Anthony gira alrededor de las 4:30 de la tarde e involucra al mismo personaje: Rone Córdova García.

El enigma se profundiza, y Alonso está decidido a descifrarlo. El policía asegura haberlo dejado en Salitral a las seis de tarde; sin embargo, las cámaras de seguridad contradicen su versión al capturarlo pasando por un caserío llamado Serrán a las 5:18, ubicado a quince minutos de Salitral.

No obstante, la caja del mismo teléfono, un testigo silencioso, fue hallada entre las pertenencias de Anthony, lo que añade un toque de misterio a esta búsqueda de la verdad.

La lógica parece tambalear, pues el trayecto de Canchaque a Salitral se completa en unos 45 minutos de ida y otros 45 de regreso. Entonces, “es ilógico que haya estado de vuelta a la hora que indica”.

Alonso no puede evitar sentir indignación, pues, algo parece estar ocultándose detrás de las contradicciones en el relato, que, además, no es el único en el que se encuentran discrepancias: “El cuerpo policial guarda secretos. Primero afirmaron que sí existía un operativo, para luego retractarse”. En este punto, tanto la Policía, como la fiscalía parecen haberle dado la espalda a la búsqueda de la verdad.

Un largo proceso

Al inicio, la denuncia se asentó en la comisaría de Catacaos, distrito ubicado a 30 minutos de Piura y lugar donde Alonso Camizán vive, razón por la que las investigaciones partieron de ahí, y dieron sus primeros pasos después de tres meses.

Con el tiempo, ante la falta de progreso, se tomó la decisión de trasladar el caso a la fiscalía de Huancabamba, una provincia vinculada al distrito de Canchaque, lo que llevó ocho meses adicionales.

Sin embargo, esta nueva etapa también resultó ser un desafío. Aunque en un inicio, el fiscal adujo que no era pertinente citar a Rone a declarar sin antes disponer de los resultados del análisis de las llamadas telefónicas, una vez en posesión de estos datos, el caso pareció estancarse.

Rone sigue siendo considerado únicamente un testigo, lo que le permite responder de manera selectiva, alegando falta de memoria o desconocimiento.

En el presente, dos abogados se alzan como guardianes del caso de Anthony, por lo que Alonso espera que las investigaciones prosigan su curso y sobre todo, arrojen buenas noticias.

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Sandy Valeria Crespo Carrasco
Sandy Valeria Crespo Carrasco
En el rincón donde habita, los campos son el corazón del banano orgánico, una fuente de sustento que se extiende más allá de las fronteras. De ahí, su gusto por los chifles. Su amor no se limita solo a las frutas; sino, también, a los gatos. Uno de ellos comparte sus días, un compañero travieso y lleno de afecto. La pasión por tejer historias es su faro en este vasto océano de la comunicación, y está dispuesta a abrazar cualquier desafío porque cada uno de ellos es una oportunidad para crecer.