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El amarillo llama a la suerte, pero también a la fatalidad para recibir Año Nuevo

¿Dicha o infortunio? La tradición ordena que se debe esperar con prendas amarillas el Nuevo Año. Sin embargo, este color, también, es sinónimo de desdichas.

 “Por estos días, salir a la calle y decirle a la gente que el color amarillo es mala suerte, suena a blasfemia”, escribo en el Facebook y salgo a la ciudad, dos días antes de Año Nuevo. 

La primera vendedora que llama mi atención en el Mercado Central es una señora de pelo corto y ensortijado y que viste una blusa negra. Es Carmen Rodríguez Espinoza y responde mis preguntas como si yo fuera el mejor de sus clientes. 

En un arrebato coge una ropa interior tipo hilo dental, la enrolla hasta convertirla en una especie de honda. “Lleve su huaraca para que mate a su pajarito”, dice y suelta un proyectil imaginario hacia abajo como agrediendo a la arquitectura pélvica de un varón. Su hija Katy, quien funge de su asistente, ríe y destaca el gesto: “Claro, hay que valerse de todo, hay que tener chispa para poder vender”. 

Una vendedora ofrece una calzón amarillo a una cliente mujer, previo a Año Nuevo.
En las calles de Perú se ofrece ropa interior de todas las tallas. Los peruanos creen en la providencia del amarillo. (Foto: Iván Orbegoso).

Hay preguntas que se responden con otras preguntas. Cuando a Katy le consulto si es que sabe que, para alguna gente, el color amarillo es sinónimo de mala fortuna, ella contesta. “¿En qué país?”.

Le explico que no es un país determinado, sino gente relacionada con el teatro la que piensa distinto a nosotros. De repente llega un par de clientes. “Atiende, atiende”, le ordena su madre. Katy obedece. Luego de un par de minutos, me vuelve a prestar atención, pero esta vez para responder a plenitud. “No estoy de acuerdo con eso. Yo sí creo que el amarillo da buena suerte, lo digo por experiencia”, justifica y menea la cabeza. Sabe Dios si fue a propósito, pero ese movimiento deja ver sus aretes de forma de estrella y de color amarillo. “Solo las mujeres y el diablo son tan redundante”, leyó en una conferencia el mexicano Juan Villoro.

Amarillo fatalidad

Como en el Facebook pulula gente malagracia, reformuló el mensaje anterior: “A ver una ayudita: ¿por qué usamos prendas amarillas para recibir el Año Nuevo?

Caminar por la avenida España es pasar una pista de comando. Los obstáculos instalados por los comerciantes han convertido en intransitable la arteria. Aun así, un matrimonio bastante joven se abre paso. Ella porta unos lentes oscuros que le cubren media cara. Viste short negro y blusa ploma que combinan con sus zapatos-sandalias. Él viste jean, zapatillas y un polo amarillo. El bebé lleva una camisita roja. 

Hay preguntas que se responden con otras preguntas. Cuando a Katy le consulto si es que sabe que, para alguna gente, el color amarillo es sinónimo de mala fortuna, ella contesta. “¿En qué país?”.

Se acercan a un puesto donde se oferta ropa interior amarilla. Negocian. Luego de unos minutos da la sensación que compran dos piezas. Cuando les consultó por qué lo hacen se miran inocentes, sorprendidos. Tal vez, es una pregunta boba a pocos días de Año Nuevo o no saben qué responder. Ya no parecen un matrimonio joven, sino adolescente.  En el Perú, en el 2021, más de 1437 mujeres, entre 10 y 14 años, fueron madres.

“Es la costumbre. Dicen que trae suerte”, responde él, quien no quiere dar su nombre. “Sí, lo mismo. Antes me los compraba mi mamá, ahora tengo que hacerlo yo”, contesta ella, quien ríe y mira a su bebé. Ante la insistencia solo dice que se llama July y acelera el paso para alcanzar a su pareja.

El mítico dramaturgo, actor y director francés del siglo XVII, Moliére, protagonizó en su última obra, El enfermo imaginario, el papel principal: un enfermo. La fatal coincidencia fue que por esos días lo aquejaba de una mortal tuberculosis.

En la Internet se cuenta que el 17 de febrero de 1673, durante la cuarta representación de la obra, Moliére sufrió un grave ataque de tos que le produjo la rotura de una vena mientras la sangre tiñó de rojo el traje amarillo que vestía. Después de perder el conocimiento, murió a las pocas horas. Desde entonces, usar el amarillo en el teatro se relacionó con ese funesto accidente y entró en la galería de supersticiones en el mundo de los escenarios.

La actriz española Alba García Herráez, quien vive por estos días en Trujillo, le baja las malas vibras a esta historia. “Hoy en día, los artistas no se lo toman muy en serio. Si hay que entrar al escenario vestido de todo, pues se hace, así sea de amarillo”, cuenta.  

Otra historia de la mala fortuna relacionada con el color amarillo, corresponde a Sebastián Julián Gayarre, un cantante de ópera español, quien murió a raíz de un desvanecimiento en el escenario cuando vestía una casaca amarilla durante la representación de Los pescadores de perlas

Además, una expresión tan común como ‘estás amarillo’ —variante de ‘estás pálido’— sirve para describir a una persona enferma o que está a punto de morir. 

Un tipo que por la Internet se hace llamar Eugenio y que según su perfil ha nacido en Bruselas, Bélgica, en diciembre de 1941, cuenta una historia que fundamenta el mal augurio del tono amarillo. “El vestido que llevaban los presos o condenados a muerte caminando a la hoguera o al cadalso era de color amarillento”.

Red social

Un amigo de Paita ha respondido el Facebook. “Es un color que aporta la felicidad. Es brillante, alegre, que simboliza el lujo y es como estar de fiesta cada día. Se asocia con la parte intelectual de la mente y la expresión de nuestros pensamientos. También ayuda a ser organizado, a asimilar las ideas innovadoras y aporta la habilidad de ver y comprender los diferentes puntos de vista”, ha escrito Fernando Pareja. 

Las palabras claves del amarillo son: felicidad, alegría, inteligencia, innovación, energía, sol, fortaleza, poder. ¡Casi nada! “Esta cábala˝ —continúa Fernando— “proviene de China, Taiwán, Corea y Vietnam, donde se cree que las prendas de ropa interior amarillas y rojas, contribuyen a la atracción de las buenas energías o buena suerte como se conoce en Occidente”.

Un hombre toma con sus manos una calzoncillo amarillo en un puesto callejero de Perú, previo al Año Nuevo.
Para todos los gustos. Varones y mujeres salen a la calles de Perú a buscar una prenda amarilla para recibir el Año Nuevo. (Foto: Iván Orbegoso).

Jaqueline Barreto Dávila, también por el Facebook, cuenta que usa ese tono porque “dicen que el amarillo da buena suerte! (Floro) hahahaha”. Luis Felipe Olivos, desde cualquier parte del Perú, comenta que recibe de amarillo el Año Nuevo porque es una gran cábala. Cábala proviene de un término en hebreo que significa recibir. Según los estudios de este tema, la cábala no sería sino un saber de carácter esotérico que Dios habría revelado al hombre. 

La Real Academia Española apunta que cábala es conjetura, suposición, cálculo para adivinar algo, intriga, maquinación y, también, un conjunto de doctrinas basadas en la Biblia, que, a través de un método esotérico de interpretación pretende revelar doctrinas ocultas acerca de Dios y del mundo.

En el ámbito del fútbol, la cábala campea. Ricardo Gareca, el técnico de la selección que nos regresó al Mundial, es un cabalero hecho y derecho: odia el color verde, si se le aparece una novia debe tocarla y nunca, pero nunca escucha canciones de Marc Anthony previo a los partidos. 

“En experimentos se ha confirmado que los jugadores que llevan a cabo sus rituales sí se desempeñan mejor por la seguridad que les causa”, apunta la doctora Gabriela Orozco, investigadora en Psicología y Neurocognición Humana.

Suerte en las ventas

La efervescencia por las compras de Año Nuevo aún no se vive a plenitud. Javier Ibáñez Luján lleva vendiendo en la calle 10 años, por eso sabe que las mayores ventas para despedir el año se viven el mismo 31 de diciembre. “Yo no saco mi cuenta por piezas, sino por dinero, y por lo menos en prendas amarillas venderé 1500 soles”, cuenta con un plato de cebiche en la mano. 

Una mujer adulta mira productos (ropa de color amarilla) junto a su nieto en una de las calles de Perú, previo a Año Nuevo.
Tradición familiar. La oferta y la demanda de ropa de color amarilla aumenta en las calles de Perú. Grandes y chicos busca este producto. (Foto: Iván Orbegoso).

Minutos antes, la señora Carmen Rodríguez Espinoza, la del Mercado Central, la misma que convierte un hilo dental en una huaraca, confesó que ella espera vender un promedio de 2 mil prendas. 

Un cebiche lo puede todo, por ello Javier Luján responde con amabilidad las preguntas. “Por suerte, la gente los compra por suerte”, considera sin dejar de comer. 

El único momento en el que suspende el almuerzo fue cuando le pregunté por el mal augurio que algunos le asignan al amarillo ¡No lo sabía!, exclama y me mira como si le quisiera quitar su cebiche.

César Clavijo Arraiza
César Clavijo Arraiza
Nació en un desierto frente al mar, donde solo crecen árboles de algarrobos. Dice que le gustan todas las frutas, pero en los últimos meses se ha decantado por el pepino, de origen andino; pero con una mala fama: se cree que si se consume después de beber licor puede causar la muerte. Periodista, escritor, docente, padre y esposo. Es torpe con la pelota, pero ama jugar fútbol. En el 2018 publicó "Tercera persona" y ahora está a punto de terminar un doctorado en comunicaciones.