La crisis climática sigue siendo un tema de preocupación de la comunidad científica y las consecuencias las padecemos todos. La temperatura media de la superficie oceánica ha alcanzado un nuevo pico este mes de agosto, llegando a los 20,96 ºC, según los datos proporcionados por Copernicus y reportados por la BBC. Esta cifra supera el récord previo de 20,95 ºC establecido en 2016, lo que ha generado preocupación entre los científicos.
Lo más inquietante es que esta cifra récord ha sido alcanzada en agosto, mientras que los expertos esperaban que el máximo de calor en los océanos se diera durante el mes de marzo del 2024. Samantha Burgess, experta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, expresó su preocupación ante esta situación, mencionando que teme por el aumento adicional de la temperatura de los océanos de aquí al próximo mes de marzo.
Aunque las mediciones de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) indican que el récord se habría batido en abril, con una media global de 21,1 ºC, las preocupaciones persisten entre la comunidad científica. Los océanos, como se sabe, desempeñan un papel vital en la absorción del calor generado por las actividades humanas, especialmente las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles y la degradación de los ecosistemas.
Temperatura irá al alza
Expertos advierten que mientras más combustibles fósiles quememos, más calor se extraerá y retendrá en los océanos, lo que dificultará el proceso de estabilización y restauración del equilibrio térmico en estos ecosistemas. Los océanos ya absorben el 90% del calor resultante de la actividad humana, exacerbando la crisis climática.
Este nuevo récord en la temperatura de la superficie oceánica resalta la urgencia de abordar la crisis climática y tomar medidas significativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y preservar la salud de nuestros océanos. De lo contrario, los efectos del calentamiento global en el medio ambiente marino serán cada vez más devastadores y difíciles de revertir.
Cabe precisar que, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el brazo científico de la ONU, la primera semana de julio de este año ha quedado marcada en los registros como la más calurosa jamás registrada. Durante este periodo, se rompieron dos récords consecutivos de temperaturas, evidenciando el preocupante calentamiento global que enfrentamos.