Aludir al sabio Albert Einstein, quien dijo: “Si se quiere obtener resultados distintos, no se puede seguir haciendo más de lo mismo”. Para obtener buenos resultados esperados por la comunidad en la problemática de la inseguridad es vital e impostergable una adecuada gestión de la información.
La estrategia parte de una centralización y validación de la información, la descentralización de la acción y concreción de la reacción inmediata, oportuna y eficaz.
Seguridad ciudadana, tarea de todos
Frente a las falencias del Estado, cuya acción es actualmente descoordinada, difusa y desarticulada por parte de diversas entidades y poder enfrentar con efectividad la inseguridad, se debe implantar e implementar centrales de Seguridad Pública modelos primero a nivel distrital, luego provincial, después regional y finalmente nacional.
La inseguridad ciudadana no es un tema sólo policiaco, también tiene aspectos que atender de carácter multisectorial, transversal, intergubernamental, holístico, integral e inclusivo con participación proactiva de todos los actores tanto de la autoridad como la comunidad.
Las acciones a ejecutar involucran aspectos estratégicos, tácticos y operativos de inteligencia no sólo como procedimiento operativo; sino como proceso mental (es un reto para rato).
Se requiere el compromiso gubernamental de la autoridad y la comunidad en general en el cumplimiento de protocolos, funciones y responsabilidades consensuadas y consentidas sujetas a medidas de motivación y sanción ante la dimensión de los resultados.
Una cosa es atender las necesidades que requiere la seguridad ciudadana (más policías, más serenos, más patrulleros, más motos, más cámaras, etc) y otra cosa es enfrentar las fallas, defectos y vulnerabilidades del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana mediante un plan piloto que ha sido planteado hace más de una década a las diversas autoridades de los Poderes Ejecutivo y Legislativo y también algunas municipalidades; pero sin decisiones ni respuestas.
Así como en los deportes como el fútbol y el ajedrez hay acciones engañosas para garantizar el triunfo; igual para enfrentar a la delincuencia con éxito, existen las estratagemas, que es obvio no se pueden advertir, porque hay acciones que se hacen pero no se dicen si se quiere obtener resultados esperados.
El mito del “delincuente invisible” debe desbaratarse; pues a los delincuentes sólo hay que quitarles movilidad, invisibilidad y velocidad porque son seres de carne y hueso como todos los seres humanos, que se dedican a protagonizar el sistema negativo social, y la fórmula ganadora a la que temen y hay que utilizar es: la delación.
Un sabio criminalístico de talla mundial, Edmond Locard, dijo en el siglo pasado: “El tiempo que pasa, es la verdad que huye”, pero ahora con el avance de la modernidad se afirma ello, con el siguiente agregado: “…pero la tecnología la puede alcanzar y atrapar”. Y eso está faltando en la fecha.
Cualquier acción tecnológica, táctica u operativa debe basarse en la información sobre la experticia de los agentes (fuerzas del Orden, serenos, etc) para identificar las vulnerabilidades que evidencian los infractores de la ley en todas y cada una de las etapas del inter criminis que se desarrollan en el mapeo georeferencial local para aplicar así el antídoto tecnológico adecuado para neutralizarlas.
Por ahora, siendo el uso de las motocicletas un instrumento para cometer alevosía y cruentas acciones delictivas como sicariatos, asaltos, extorsiones, etc., deben adoptarse decisiones gubernamentales en el ámbito jurídico, tácticos y operativos.
Finalmente la seguridad ciudadana debe dejar de ser “Tarea de todos, responsabilidad de nadie”.
Por César Ortiz Anderson
Presidente de Aprosec
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