El presidente de Boca Juniors, Juan Román Riquelme, no ocultó su indignación tras la dura derrota del equipo en su regreso a la Copa Libertadores. «Fuimos un desastre», sentenció el ídolo xeneize en un mensaje directo al plantel y al cuerpo técnico, reflejando su profundo malestar por el bajo rendimiento del equipo en el partido de ida.
Riquelme, protagonista en la previa ante Alianza Lima
El viaje de Riquelme a Perú generó una revolución entre los hinchas. Se mostró cercano, firmó autógrafos, se tomó fotos y se reencontró con figuras del fútbol peruano como Nolberto Solano y Carlos Zambrano. Incluso, recibió el saludo del delantero de Alianza Lima, Hernán Barcos, quien expresó su admiración por él. Sin embargo, la derrota empañó toda esa previa cargada de entusiasmo.
El presidente de Boca decidió hablar con los jugadores antes de emprender el regreso a Buenos Aires. «Estaba re caliente», confesaron fuentes cercanas al vestuario. Riquelme no solo expresó su decepción por la actitud del equipo, sino que también resaltó la importancia de la revancha en la Bombonera, donde Boca se jugará el pase a la siguiente fase.
«No estuvimos a la altura del club. La Copa exige otro compromiso y otra entrega», fue parte de su mensaje, en referencia al mal desempeño del equipo, especialmente tras recibir un gol a los cuatro minutos de iniciado el partido. La falta de reacción y la pasividad en el juego fueron los puntos más cuestionados por el presidente.
Críticas al cuerpo técnico de Boca
Si bien Riquelme no apuntó directamente contra el entrenador, su mensaje incluyó a todos los responsables del equipo. «El ‘fuimos un desastre’ fue general, para todos, no solo para los jugadores», explicaron testigos de la charla.
Además, en el Consejo de Fútbol existe preocupación por la cantidad de lesiones musculares que han afectado al plantel. Consideran que la preparación física y la dosificación de cargas no han sido manejadas de la mejor manera, lo que ha derivado en reiteradas bajas en el equipo.
La derrota en Lima dejó a Boca al borde de una eliminación temprana en la Libertadores, algo que sería una mancha histórica para el club. Por eso, Riquelme enfatizó la necesidad de revertir la imagen en la revancha. La Bombonera será el escenario donde Boca deberá demostrar su verdadero nivel y asegurar su continuidad en el torneo.
El mensaje del presidente fue claro: el equipo necesita una reacción inmediata. La responsabilidad es compartida entre jugadores y cuerpo técnico, y el margen de error se ha reducido al mínimo. Boca se juega mucho más que un partido; se juega su prestigio en la Copa más importante del continente.
