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Día Mundial del Donante de Sangre: solo 4 personas de cada 100 donan voluntariamente en Perú

Según el Minsa, el 53,2 % de las muertes en el Perú ocurren debido a la insuficiencia de sangre en los servicios de salud.

En el vasto mosaico de desafíos que enfrenta América Latina, uno de los más imperiosos pero a menudo ignorados es el déficit en la donación voluntaria de sangre.

Dentro de este panorama, Perú destaca tristemente como el país con el índice más bajo de donaciones voluntarias en la región, con apenas un 4 % del total de unidades de sangre recolectadas anualmente provenientes de donantes solidarios, según reveló el Ministerio de Salud (Minsa).

Esta cifra, comparada con el 30 % de donaciones voluntarias obtenidas en otros países latinoamericanos, pone de relieve una situación alarmante que no solo refleja la escasez de sangre, sino que también arroja luz sobre las dificultades que enfrentan los pacientes y sus familias para acceder a este recurso vital.

En la búsqueda desesperada por sangre, los pacientes se enfrentan a verdaderas odiseas, desde recurrir a llamados de auxilio a allegados hasta caer en manos de mafias de ‘vampiros’ que acechan en los alrededores de los hospitales, aprovechándose de la urgente necesidad de quienes luchan contra enfermedades y lesiones que requieren transfusiones sanguíneas.

Los impactos de esta escasez van más allá de las dificultades logísticas y financieras. Un alto porcentaje de muertes maternas en el país está directamente relacionado con hemorragias y la falta oportuna de sangre.

De manera similar, las intervenciones quirúrgicas para pacientes con quemaduras sufren retrasos significativos debido a la falta de este vital líquido, el cual aún no puede ser sustituido por ninguna alternativa médica.

Según datos difundidos por el Minsa, el 53,2 % de las muertes en el Perú ocurren debido a la insuficiencia de sangre en los servicios de salud, lo que subraya la urgente necesidad de abordar este problema de manera integral y urgente.

Esta situación constituye no solo un desafío para el sistema de salud, sino también un verdadero obstáculo para el bienestar y la seguridad de toda la sociedad.