El caso de extorsión a Paolo Guerrero solo nos hace recordar la realidad de vulnerabilidad en la que hoy se encuentran miles de ciudadanos, ante el cruel y sanguinario avance de la delincuencia común y organizada, y extranjera en particular. Los delitos de alto impacto se están multiplicando por todo el país.
Paolo Guerrero y el reflejo de la inseguridad
Me queda claro que este gobierno no tiene la mínima voluntad de mejorar la situación de inseguridad de todos los peruanos, no existe un liderazgo ni menos conocimiento de la problemática, para trabajar una adecuada política de Estados antidelito, con respuestas integrales y articuladas, ser mucho más rigurosos en la captación de ingresos a las escuelas policiales.
¿Y el Plan Boluarte?
El Plan Boluarte, en boca de la misma presidenta, fue una emotividad de su premier. Hablemos claro: fue una mentira más, ante la incapacidad de gestión de este gobierno.
Hoy nadie puede garantizar que está cubierto al 100 %, ante la actual operatividad de la delincuencia organizada, en modalidades delictiva de alto impacto, como extorsiones, secuestro planificados y el accionar del sicariato; por tanto en mi opinión y experiencia, la opción tomada por Paolo Guerrero en su momento, ante las diversas amenazas extorsivas, son las adecuadas; lamentablemente el caso de Paolo Guerrero lo viven hoy la mayoría de ciudadanos.
En el 2023, se contabilizaron unas 20 000 denuncias por extorsión a nivel nacional, 4 000 denuncias de secuestros de acuerdo a Fiscalía; 1 105 homicidios, de los cuales 538 ocurrieron en Lima y Callao y casi 300 en la región La Libertad.
Ante esas cifras, hoy cualquiera en el país podría ser la próxima víctima del abanico de modalidades delictiva que se dan a diario.
César Ortiz Anderson
Presidente de Aprosec
Analista en seguridad