-Uy, la mitad, joven.
El jardinero municipal encargado del cuidado de las áreas verdes del parque César Vallejo, conocido como Parque Grande de California, critica que solo el 50 % de las personas que llegan al lugar a pasear a sus perros recogen las heces de sus animales.
-Sí, solo la mitad-, repite y mueve la cabeza en señal de desaprobación y resignación.
-Si viera lo que hay que limpiar después- remata el empleado que se disculpa por no decir su nombre, para evitar problemas con sus jefes de la Municipalidad Distrital de Víctor Larco. Después, sigue regando el gras que está en proceso de recuperación.
A unos metros, un joven está sentado y apoya su espalda en un árbol. Los tres perros que ha sacado a pasear hociquean la hierba. Son animales pequeños y dóciles. No se alejan de su cuidador.
-Si viera lo que hay que limpiar después- remata el empleado que se disculpa por no decir su nombre, para evitar problemas con sus jefes de la Municipalidad Distrital de Víctor Larco.
-Yo sí recojo sus heces- aclara y muestra del bolsillo de su polera unas bolsas aún vacías.
Se identifica como Francisco Quero Paz y tiene el encargo de pasear a los perros de sus amigos y aprovecha en llevar el suyo. “Todos sabemos que debemos levantar sus heces. Ahora que lo hagamos o no, eso va a depender de nuestra educación”, señala.
Un buen sitio
El Parque Grande de California es un lugar emblemático de Trujillo. Está ubicado en una de las zonas residenciales de la ciudad, en la cual se han construido ostentosas casas y, en la actualidad, edificios gigantes de departamentos.
Hace algunos años, la municipalidad adecuó el espacio con alegorías a César Vallejo Mendoza, el poeta universal. Entonces, el sitio se convirtió en un destino con el fin de rendirle homenaje a unos de los escritores más grandes del planeta.
El parque es fundamental para el esparcimiento de los vecinos. Allí practican deporte, se reúnen, se divierten y sacan a pasear a sus mascotas.
“Hay mucha gente cochina. Date una vuelta nomás por todo el parque y lo comprobarás”, propone Francisco Quero, para referirse a la conducta desaprobatoria de los dueños de los animales.
Los perros son considerados como los mejores amigos del hombre, pero también pueden ser una fuente de contaminación y enfermedades si sus dueños no se responsabilizan de recoger sus desechos cuando los pasean por los parques y otras áreas públicas.
Perros: lo buena y malo
El sábado 11 de noviembre, al promediar las nueve de la mañana, una joven vestida con ropa deportiva pasea a su mascota, un perro pequeño. El animal olfatea un árbol, da unos pasos y evacúa. Cuando termina, y sin preocuparse en las deposiciones, su dueña lo jala y regresan al edificio de departamentos, de donde salieron.
Minutos después, y en otro extremo del parque, una pareja de esposos jala a sus dos perros. Uno de los cuadrúpedos defeca y sigue su camino. La mujer levanta las deposiciones. “Es lo que hay que hacer”, dice.
Las heces de los animales en las calles no es cosa de juego, es un problema de salud pública.
Impacto al bienestar
De acuerdo a un estudio de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), del Ministerio de Salud, la totalidad de parques de Lima están contaminados con heces de perros.
Esta situación constituye un riesgo para la salud de las personas ya que estos deshechos contienen parásitos, virus y bacterias que pueden provocar enfermedades gastrointestinales, oftalmológicas, quistes e incluso aborto en gestantes.
La realidad de Lima, es fácil de inferir para todos los espacios públicos del Perú. En especial, para el Parque Grande California.
Esta situación constituye un riesgo para la salud de las personas ya que estos deshechos contienen parásitos, virus y bacterias que pueden provocar enfermedades gastrointestinales, oftalmológicas, quistes e incluso aborto en gestantes.
Entre los parásitos que se pueden transmitir por las heces de perros se encuentran el toxocaro, que ataca el globo ocular y genera estrabismo en los niños, pérdida gradual de la vista e incluso ceguera.
Además, el ancylostoma giarda, que ataca el aparato gastrointestinal; el toxoplasmosis, que puede provocar problemas en el globo ocular y aborto en madres gestantes o retardo mental en el bebé.
También, existen otros parásitos nocivos para el organismo humano, como el echinococcus granulosus, que causa la hidatidosis, una enfermedad que produce quistes en el hígado, los pulmones y otros órganos.
El medioambiente lo sufre
Además de afectar la salud humana, las heces de perros también pueden tener efectos negativos en el medioambiente, especialmente en los ecosistemas urbanos.
Según un estudio publicado en la revista Urban Ecosystems, los perros, al hacer sus necesidades en los parques, pueden dañar al ecosistema y generar una pérdida de la biodiversidad por la fertilización excesiva.
Esto se debe a que las heces y la orina de los canes aportan una cantidad considerable de nitrógeno y fósforo al suelo, que favorecen el crecimiento de algunas plantas y perjudican a otras, alterando el equilibrio natural.
Sanciones por ley
La ley peruana establece sanciones para los dueños que no limpien lo que defecan sus animales en la vía pública.
La Ley 30407, Ley de Protección y Bienestar Animal, dispone que los propietarios o poseedores de animales de compañía deben recoger y disponer adecuadamente los excrementos que expulsan en las áreas públicas.
No hacerlo implicaría una multa equivalente al 10 % de una Unidad Impositiva Tributaria (UIT), es decir, 495 soles.
Esto se debe a que las heces y la orina de los canes aportan una cantidad considerable de nitrógeno y fósforo al suelo, que favorecen el crecimiento de algunas plantas y perjudican a otras, alterando el equilibrio natural.
Sin embargo, más allá de las normas y las sanciones, los especialistas coinciden en que lo más importante es la educación ambiental y la conciencia ciudadana.
La médico Micaela Talavera recomendó que los niños deben lavarse las manos luego de terminar de jugar en el parque o en la calle en general, para mitigar el efecto de las heces de los perros en su salud.
Informó que si no se ejecutan elementales medidas de higiene es posible, además, que un niño que juega en un parque contaminado pueda contraer salmonelosis o leptospirosis, por la orina de roedores que suelen estar presentes en parques donde se acumula basura.