Franco Enrique Navarro es el elegido. Carlos A. Mannucci navegó casi sin rumbo esta temporada y necesitaba un viraje brusco de timón para enmendar el rumbo, ese camino que sus hinchas sueñan desde que el equipo de sus amores regresó a Primera División.
El ‘Pepón’, conocido no solo por su trabajo en los banquillos, sino también por su carácter férreo y explosivo y pasional, vuelve a enfundarse la tricolor. Lo hizo en 1994, por solo algunos partidos y en el ocaso de su exitosa carrera como futbolista, pero fue suficiente para conquistar las retinas de los trujillanos.
Navarro, un DT de la casa
No será el primer exjugador de Mannucci que regresa al club para asumir el reto de dirigirlo. El último, y en profesional, fue Salomón Paredes, en 2019. El talentoso mediocampista en los 90 dirigió a la ‘Tri’ en 2 partidos en Liga 1: cuando cesaron a José Soto y previo a la llegada del uruguayo Pablo Peirano Pardeiro.
Así como Salomón, otros exfutbolistas tomaron el reto que hoy asume Navarro. Juan ‘Gol’ Caballero, destacadísimo futbolista de esta tierra, jugó a nivel profesional con Mannucci y dirigió al equipo en Copa Perú. En Copa Perú también hay ejemplos: el brasileño Moacyr Pinto, jugador y entrenador a la vez; Sergio el ‘Che’ Pereyra, Marco ‘La Araña’ Tello, Alfonso Vilela, el ‘Chupo’ Leyva, entre otros.
Sangre caliente para un clima frío
Navarro vuelve a Mannucci en un momento crucial. El proyecto parece estancado, complaciente con su situación de mitad de tabla y con un clima frío cuando ejerce de local en el Mansiche, otrora su fortaleza.
El carácter del ‘Pepón’ le dará otro aire. Probada está su sapiencia como técnico en Trujillo: el Torneo del Inca, unas semifinales del Descentralizado y una histórica Copa Sudamericana con César Vallejo entre 2014 y 2016. ¿Queda lejos? Su tremenda campaña esta temporada con ADT demuestra su vigencia.
Si acaso su carácter le pueda jugar en contra, pero si técnico y club saben convivir con sus virtudes y defectos, este giro de timón será el que necesita Mannucci para dar un paso más en un proyecto sostenible y en crecimiento. Un tipo de sangre caliente para sacudir la modorra y encaminar a un histórico hacia el éxito.
Ojalá así sea.
