Como expresidenta de la Asociación Trujillo Arte y Literatura (ATAL), Adriana Doig Mannucci fue testigo y artífice de un hito cultural: las primeras ferias del libro que lograron traer dos veces al nobel Mario Vargas Llosa a Trujillo.
En una entrevista con BuenaPepa, Doig recordó cómo surgió esta hazaña: «Fue gracias a Vargas Llosa que hicimos la feria. Teníamos una idea loca, y le dimos un proyectito. Luego nos llamó su asistente diciendo que le gustaba la idea de venir. Allí empezó todo».
El vínculo del escritor con la ciudad norteña no fue casual. Vargas Llosa guardaba un cariño especial por Trujillo, vinculado a su experiencia como jurado en el Concurso Nacional de Marinera.
«Fue gracias a Vargas Llosa que hicimos la feria. Teníamos una idea loca, y le dimos un proyectito. Luego nos llamó su asistente diciendo que le gustaba la idea de venir. Allí empezó todo».
«La feria se hacía en enero porque él había sido jurado de la marinera. Tenía un recuerdo maravilloso. Las dos veces que vino fuimos al concurso, porque a él le encantaba. Eso no lo debemos olvidar.», relató Doig.
«Mario Vargas LLosa fue supercariñoso son Trujillo», remarcó.
Mario Vargas Llosa y la marinera
El Club Libertad de Trujillo, organizador del certamen de danza, informó que Vargas Llosa fue juez de la competencia en cuatro oportunidades en la década de 1980.
El ganador del Nobel de Literatura falleció el 13 de abril del 2025 en Lima, a los 89 años.

Las ferias, organizadas por ATAL hace décadas, sentaron un precedente en la escena cultural trujillana, lo que demuestran que la perseverancia y el amor por la literatura pueden lograr lo extraordinario.
Adriana Doig brindó estas declaraciones el jueves 29 por la noche en la plazuela El Recreo, lugar donde se desarrolla la Feria Internacional del Libro de La Libertad. «Espacios como estos son tan necesarios», consideró.