En cenizas y chatarra terminó un bus de la empresa El Dorado, que cubre la ruta Trujillo – Paiján. Al promediar las 2 de la tarde del jueves 13 de enero, dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta le cerraron el paso y arma en mano, hicieron descender a los pasajeros. Ante la mirada atónita de los infortunados testigos rociaron combustible y le prendieron fuego.
El hecho se registró en el sector La Rueda Macabí, en el distrito de Paiján. Los atacantes hicieron varios disparos al aire mientras huían. El conductor nada pudo hacer para sofocar las llamas, solo observar desde lejos como su herramienta de trabajo era consumida por el fuego, a pocos metros de sembríos de caña.
Se supo que es la tercera vez que la empresa El Dorado sufre un atentado por sus socios se niegan a pagar cupos. Aunque han denunciado el hecho, la Policía no ha logrado identificar a los autores. La semana anterior, una unidad fue atacada a balazos en la carretera Panamericana Norte.

Noche de explosiones
Al sur de Paiján, en Trujillo, la madrugada de la víspera de San Valentín estuvo marcada por varias explosiones en manos de extorsionadores.
Una se registró a pocos metros de la base policial del Escuadrón de Emergencias Centro. Se trata de una vivienda ubicada en la avenida Húsares de Junín. La explosión fue registrada por cámaras de seguridad.
Otro atentado se registró en una vivienda de la urbanización Palermo. El hecho fue registrado por cámaras de seguridad lo que permitió la identificación y rápida captura de los implicados. Se trata de Carlos Daniel Anticona Llontop (25) y Miguel Fernando Sánchez Salvatierra (20) a quien se le encontró un cartucho de dinamita y una carta extorsiva en sus partes íntimas.
Los demás ataques se registraron en viviendas ubicadas en la avenida Miraflores, y en los distritos de Florencia de Mora y El Porvenir.
El gobernador mira a otro lado
El gobernador de La Libertad, César Acuña Peralta, es cuestionado por politizar la lucha contra la inseguridad ciudadana. En una de sus presentaciones, en compañía de los altos mandos policiales y militares de la región, detonó una bomba de críticas al minimizar la escalda delictiva.
“No hay amenazas a empresarios, ahora lo que hay es bastante extorsión y las bombas”, ha referido. Las reacciones no se han hecho esperar, señalando su falta de resiliencia con las victimas de la inseguridad.
Trujillo está en estado de emergencia; sin embargo, la población no siente el resultados contundentes de esta estrategia multisectorial.


