El conflicto en Medio Oriente, con la reciente participación de Estados Unidos en la escalada entre Irán e Israel, ha encendido las alarmas en los mercados internacionales y también en el Perú.
Aunque el país se encuentra geográficamente alejado del epicentro del enfrentamiento, los efectos políticos y económicos pueden sentirse a miles de kilómetros, especialmente por la importancia estratégica del estrecho de Ormuz, una vía clave para el comercio mundial de petróleo.

Guerra Irán-Israel: el estrecho de Ormuz, un punto neurálgico
El estrecho de Ormuz es un corredor marítimo de apenas 33 kilómetros en su parte más angosta, pero por él transita hasta el 30 % del petróleo que se transporta por mar a nivel global.

Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Dubái dependen de este paso para exportar crudo a los principales mercados del mundo. Cualquier interrupción en esta ruta, ya sea por ataques o bloqueos, puede provocar un alza inmediata y significativa en los precios internacionales del petróleo.

El riesgo para el Perú: petróleo más caro y presión inflacionaria
Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), advirtió que el mayor riesgo a corto plazo para la economía peruana es precisamente una escalada en el conflicto que derive en la interrupción del tráfico petrolero por el Ormuz.
«El riesgo es que el precio del petróleo suba mucho, si comienza a ser atacado el Ormuz, porque por el Ormuz pasa la mayor parte de petróleo de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Dubái. Casi el 28 % del comercio mundial del petróleo pasa por ahí. Con cualquier interrupción, sí podría afectarse el precio del petróleo», explicó Velarde en conferencia de prensa.

El titular del BCRP estima que, en el peor escenario, el precio del crudo podría subir hasta un 50 %, lo que tendría un efecto inmediato en los costos de combustibles, transporte y productos de la canasta básica en el Perú. Aunque Velarde considera que un precio tan alto no se mantendría por mucho tiempo, el impacto sería perjudicial para la economía nacional y global.
«El riesgo es que el precio del petróleo suba mucho, si comienza a ser atacado el Ormuz, porque por el Ormuz pasa la mayor parte de petróleo de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Dubái. Casi el 28 % del comercio mundial del petróleo pasa por ahí.
El Banco Central de Reserva ha ajustado a la baja su proyección de crecimiento para el 2025, pasando de 3,2 % a 3,1 %, en parte por la incertidumbre internacional y un desempeño menos favorable en minería e hidrocarburos.
La minería metálica, por ejemplo, ve reducida su previsión de crecimiento de 2 % a solo 0,3 %, mientras que el sector hidrocarburos baja de 5,5 % a 4 %. En contraste, los sectores no primarios muestran un leve ajuste al alza gracias al dinamismo del gasto privado.

Tensión en el tráfico marítimo y cautela en los mercados
La situación en el estrecho de Ormuz ha obligado a los buques comerciales a modificar sus rutas, desplazándose cerca de la costa de Omán para evitar aguas iraníes, siguiendo recomendaciones internacionales ante el aumento del riesgo. Este cambio ha incrementado la tensión en el tráfico marítimo y mantiene en vilo a los mercados energéticos mundiales.
Aunque el conflicto se desarrolla lejos de las fronteras peruanas, sus repercusiones pueden sentirse directamente en el bolsillo de los peruanos a través de un aumento en el precio de los combustibles y, por ende, en los costos de vida.
La advertencia de Julio Velarde es clara: el mayor riesgo a corto plazo para la economía peruana es una escalada que afecte el flujo de petróleo por el estrecho de Ormuz, un escenario que, aunque incierto, obliga a la cautela y a seguir de cerca la evolución del conflicto.




