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Te inscribieron en un partido político sin preguntar: la herida invisible en la democracia peruana

Abrir el buzón y encontrar que tu nombre figura en un partido político sin que tú lo supieras. Sentir que alguien ha tomado tu identidad como si fuera un trofeo, una ficha más en un tablero que no elegiste jugar.

Una identidad ahora atada a una agrupación de la que nunca escuchaste o, peor aún, del que jamás quisiste formar parte.

Así comenzó el sobresalto de miles de peruanos en abril de 2025. Una revelación que no llegó en forma de noticia espectacular; sino en susurros digitales, en capturas de pantalla, en mensajes de WhatsApp que iban de amigo en amigo,
“Mira tu nombre en el padrón. Puede que estés inscrito sin saberlo.”

Y muchos lo estaban.

Una identidad ahora atada a una agrupación de la que nunca escuchaste o, peor aún, del que jamás quisiste formar parte.

La indignación no tardó en convertirse en una sensación más profunda, una herida invisible, un despojo silencioso.

Porque en un país donde la democracia aún se construye con escombros del pasado, que alguien decida por ti, que alguien use tu nombre para engordar las filas de un partido que no elegiste, más que un error, es una traición.

Números y voces de indignación  

Las cifras, frías como suelen ser, empezaron a calentar las redes y los titulares. Seis casos en enero, ocho en febrero y treinta y tres en marzo.

Y un estallido en abril. Solo hasta el día 23, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) había registrado 102 denuncias. Pero los números, por sí solos, no cuentan el escalofrío de fondo. Lo hacen las voces.

Leer más: ¿Figuras en un partido político sin tu consentimiento? Sigue estos pasos para desafiliarte de forma gratuita

Como la de Aldo Facho, arquitecto limeño, quien descubrió por azar que estaba inscrito en un partido político Nueva Gente, gracias a la búsqueda de un amigo.

“Nunca firmé nada, nunca me llamaron. Ni siquiera sabía que existían”, relata. Su testimonio breve, pero cargado de impotencia, se replicó en cientos de peruanos.

Firma. Jurando Nacional de Elecciones. JNE Inscripciones fraudulentas.

Hasta hace poco, quienes descubrían estar inscritos sin su consentimiento enfrentaban un nuevo obstáculo.

Para salir del padrón de un partido político, los ciudadanos debían pagar una tasa de S/ 46.20, un costo que muchos consideraban una barrera injusta e insalvable.

Este cobro, impuesto por el JNE, convertía en un trámite oneroso el derecho básico de desafiliarse, dejando a miles de peruanos atrapados en un alistamiento no deseado y sin recursos para revertirla.

¿Acaso este era el precio para corregir una afiliación que nunca diste, una adhesión impuesta? ¿Cómo puede tener costo el derecho a decir: “yo no soy parte de esto”? La pregunta ardía como una denuncia colectiva.

Un acto de justicia

Finalmente, la presión fue más fuerte. El 23 de abril, bajo el ojo de la tormenta, el presidente del JNE, Roberto Burneo, y la jefa del Reniec, Carmen Velarde, anunciaron lo que por justicia ya urgía, la exoneración del pago para la desafiliación.

Y es que el engaño no era nuevo. Desde 2023, Reniec ya advertía irregularidades, pero fue ahora, en abril de 2025, cuando el país despertó.

No fue solo la cifra de 238 335 firmas inválidas detectadas en informes anteriores. Fue la sensación de que la democracia estaba siendo manipulada como una marioneta.

La abogada Jeannette Llaja también alzó la voz. Se enteró de su afiliación forzada al revisar su estado en línea.

“Nunca firmé, jamás puse mi huella. ¿Cómo pueden jugar así con nuestros datos personales?”, dijo con la preocupación de quien sabe que este no es un error administrativo; sino una grieta en la confianza pública.

Y es que el engaño no era nuevo. Desde 2023, Reniec ya advertía irregularidades, pero fue ahora, en abril de 2025, cuando el país despertó.

El JNE ya presentó 40 denuncias penales, y 30 fueron admitidas. Pero la justicia, como sabemos, tiene un paso más lento que la indignación.

Mientras tanto, los ciudadanos siguen consultando listas, buscando su nombre, como si persiguieran rastros de un robo del que no sabían que eran víctimas.

A contrarreloj, el Congreso discute una medida que podría marcar un antes y un después, el uso obligatorio del DNI electrónico y reconocimiento facial para futuras afiliaciones.

Una solución tecnológica que, si llega a tiempo, podría blindar lo más básico, el derecho a decidir a quién dar o no tu respaldo político.

Abril de 2025 ya no será solo el mes de las denuncias. Será recordado como el mes en que el país se miró al espejo y descubrió una grieta en su reflejo democrático. Pero también será recordado como el momento en que miles dijeron “basta”, y se rehusaron a ser parte de una farsa.

Partidos políticos falsifican firmas

Y esta es una historia que ya ha vivido el Perú. Esta es una historia que nos vuelve a golpear y mostrarnos que la política partidaria en nuestro país sufre de un pecado original: la corrupción.

En el 2000, se reveló que el expresidente Alberto Fujimori echó andar una maquinaria sofisticada para falsificar firmas y lograr la inscripción de su partido, con el que se reelegió. Se identificó a los responsables y se les castigó. No sirvió de ejemplo.

Muchos años después, de cara a un proceso electoral —del 2026—, que será un festín, todos quieren ganar. Como sea y con quien sea.

La política puede tener muchas caras, pero la voluntad del pueblo no debería ser una de mentira.

Una opinión de Evelyn Coronel Arica.