Cada 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial sin Alcohol, y en el Perú esa fecha trae consigo una radiografía preocupante: según el Ministerio de Salud (Minsa), entre enero y octubre de 2025, los establecimientos públicos atendieron 45 550 casos por trastorno de consumo de alcohol, unos 4555 al mes, más de 150 diarios.
No es solo una cifra: son vidas que claman atención, familias que sienten el impacto y comunidades que necesitan ver al problema con urgencia. La Libertad no escapa a esa realidad.

Día Mundial sin Alcohol: ¿Quiénes son los más vulnerables a esta adicción en Perú?
Según July Caballero Peralta, directora de Salud Mental del Minsa, la mayoría de casos corresponde a adultos, con 23,190 registros, seguidos por jóvenes (12,052) y adolescentes (6,243).
Además, el perfil demográfico no es sorprendente pero sí alarmante: el 76 % son varones y solo el 24 % mujeres.
Pero más allá de los números, están las regiones. Caballero alerta que las zonas con más casos son Cusco, Arequipa, La Libertad, Junín y Piura.

Adicción al alcohol genera más de 200 enfermedades
El psicólogo Miguel Hinojosa, parte del equipo técnico de la Dirección de Salud Mental del Minsa, informó que el consumo de alcohol está relacionado con más de 200 enfermedades distintas.
En su lista de consecuencias están desde diabetes, hipertensión, cirrosis, hasta distintos tipos de cáncer. Pero eso no es todo: también incluye trastornos mentales, lesiones, violencia doméstica y pérdidas productivas.

Según Hinojosa, no existe un nivel de consumo «seguro»: cualquier cantidad puede representar un riesgo real para la salud, la familia y la sociedad.
Frente a la gravedad del problema, el Minsa ha fortalecido sus redes de atención: ya hay 299 Centros de Salud Mental Comunitarios en todo el país y 52 unidades de hospitalización especializadas en adicciones.
Además, se ha reforzado el primer nivel de atención con más psicólogos, la idea es que cualquier persona, desde su comunidad, pueda recibir ayuda de calidad, «con calidez», como lo define la propia institución.

«El alcohol no solo enferma, sino que puede matar. Nuestra misión es prevenir, atender y proteger vidas», sostuvo July Caballero.
Para muchos peruanos, el alcohol no es solo un riesgo clínico, sino una fuente de desorden social pues la dependencia no solo daña la salud, sino que fractura hogares, genera violencia y embiste la estabilidad emocional.
En el Día Mundial sin Alcohol, el Minsa instó a reflexionar sobre los daños de esta sustancia, pero también actuar colectivamente para prevenir su abuso. July Caballero destaca el rol del Estado, pero también el de la sociedad civil, no basta con campañas, se necesita un compromiso real para enfrentar lo que ya es una amenaza concreta.
La Libertad: ¿qué camino seguir?
En La Libertad, el reto es doble. Por un lado, los especialistas indican que se debe mejorar el acceso a servicios de salud mental. Por el otro, visibilizar el problema, ya que muchas personas siguen minimizando el consumo de alcohol, como si fuera parte natural de la vida social, sin dimensionar el costo real.
Los expertos coinciden: se necesita un plan con tres puntales.
- Prevención: educación desde las escuelas, talleres comunitarios, campañas que realmente cambien la cultura del consumo.
- Atención: fortalecer los servicios locales, capacitar más psicólogos y asegurarse de que la gente pueda recibir ayuda sin barreras.
- Responsabilidad social: que la comunidad, las autoridades y las familias no normalicen el consumo excesivo de alcohol.

El alcohol puede afectar a cualquiera: padres, jóvenes, vecinos y amigos. Las 45 mil personas atendidas por el Ministerio de Salud no son solo estadísticas; son historias que exigen acción.



