InicioFruta frescaDía del Pescador: historias en mar y tierra

Día del Pescador: historias en mar y tierra

El sábado 29 de junio se rinde homenaje a San Pedro y San Pablo, patrones de los pescadores. Buena Pepa navegó algunas millas en la vida de tres hombres de mar curtidos por la experiencia y motivados por la fe y sus familias.

“Muy de madrugada van los pescadores
con sus atarrayas camino a la playa,
van con sus veleros, todos muy contentos,
soltando las velas viajan mar adentro.

Ya sus pequeñuelos van a despedirlos
y desde la playa agitan pañuelos.
Se van nuestros padres nobles pescadores
buscando el sustento contra mar y viento.
Por el horizonte ya todos se alejan
nobles pescadores que Dios los proteja”

Agua Marina – Noble pescador.

La devoción de los pescadores peruanos hacia sus patrones San Pedro y San Pablo, cumple 74 años. Son tiempos recios marcados por los bajos niveles de captura en la pesca artesanal; sin embargo, la fe está por encima de todo.

Pescadores de mar y tierra

El mar no duerme y los pescadores tampoco. La faena de pesca no tiene horario. Bajo la Luna, bajo el Sol o el cielo estrellado, la pesca es un momento; después, la gloria o la nostalgia.

“Es bien triste cuando no hay pesca”, dice Manuel Porras Martines, quien tiene cuarenta años de amor con el mar de Paita.

Ha evolucionado de pescador artesanal a capitán de su chalana con motor fuera de borda. En tiempo recios, el turismo es más rentable que pescar. Asegura que el mar es una cuestión de fe y la pesca, de devoción.

La historia navega con él: asegura que la pesca actual está impulsada por la tecnología; en sus tiempos mozos, era por la fuerza y el sentido común. El mar de Grau era más generoso.

Sin duda, la imagen que todo hijo de pescador tiene sobre su padre es un maletín al hombro, la mano que se agita en un silencioso “nos vemos pronto”; a veces, algunas lágrimas de tristeza. Al retornar a casa, el pescador huele a mar: en su ropa, piel y alma.

Un “choro” en el mar

En todos los puertos del país existe la figura del catanero: analogía de un asaltante que se apodera de la pesca ajena.

Dos cataneros, que se hicieron de una pesca de pota, fueron rescatados por un grupo de pescadores artesanales, a cuarenta minutos de la costa de Paita. Habían naufragado y la muerte empezaba a sumergirlos, como si fuera el precio por sus infamias.

Inocente o culpable, en un naufragio solo importa la vida.

No revelaron su prontuario, solo querían sobrevivir. Días después, sus héroes se enteraron de que eran enemigos inminentes. “Eran choros” … “pero, nuestro lema en el mar es: la vida está primero”, dice Hilberth Pazos Paiva, patrón de la embarcación que asistió al rescate.

En el siguiente podcast, el relato del rescate.

El miedo a la muerte

“Cuando uno se siente al borde de la muerte se afianza el instinto de conservación. Por varias razones aquel día mi séptimo día era muy distinto de los anteriores: el mar estaba calmado y oscuro; el sol me abrasaba la piel, era tibio y sedante y una brisa tenue empujaba la balsa con suavidad y me aliviaba un poco de las quemaduras”. (Relato de un náufrago, Gabriel García Marquez).

Naufragar es una muerte lenta y el miedo de no ser encontrado carcome el alma. No volver a casa, es el temor innato en todo pescador.

En Salaverry hay una historia que limita con la leyenda: dos pescadores artesanales naufragaron y sobrevivieron seis días sin comer ni dormir. La embarcación cubierta de agua flotaba en la inmensidad del océano como sostenida por la mano de Dios.

Pescadores que navegaban en la embarcación anchovetera “Rosas 2”, rumbo a Paita, los rescataron en una acción similar a los cataneros.

Fuente video: Tv. Cosmos – Reportero: Jorge Clavijo.

La nueva generación

En Huanchaco, la pesca ancestral en caballito de totora es una herencia familiar. En Paita, ocurre lo mismo con la pesca artesanal e industrial.

“Ante un mar agitado, la actitud es importante”. Bray Clavijo Fiestas, pescador artesanal.

Bray Clavijo Fiestas es el hijo mayor de un pescador. Como su padre, Marcos, se ha especializado en la pesca industrial abordo la embarcación “Capricornio 5”. Sin embargo, en periodos de veda de anchoveta, él navega cómodo en el rubro artesanal.

La devoción a San Pedro es su guía en la inmensidad del mar. “Los compañeros de pesca son como la familia”, dice. Lejos de casa, se alimenta del amor de sus hijos Josmar y Stefanno, quienes en tierra lo extrañan.

Gracias a la pesca artesanal, los frutos del mar llegan a las mesas de las familia peruanas.

“Ser pescador es una pasión y la llevo en la sangre con mucho orgullo, porque mis dos grandes abuelos (Bartolomé Clavijo y Ángel Fiestas) fueron unos magníficos pescadores, mi padre pescador y mis tíos, también”.

En el siguiente podcast, la reflexión de Bray. En tierra es el capitán de un mototaxi.

En la siguiente entrega por el Día del Pescador, “El profe y el mar”: Jacinto Zárate Flores, un profesor en huelga y morador de Zorritos (Tumbes), en 1985 encontró en la pesca artesanal un placebo para sus urgencias económicas. El maestro se volvió novato, pero su suerte sorprendería, incluso, a su experimentado capitán. 

La sola idea le pone los pelos de punta a su esposa. No se ha sentido así desde el terremoto de 1970, que dejó 48 muertos en Tumbes; mientras el corazón de su segundo hijo latía en su vientre.  

Jorge Clavijo Correa
Jorge Clavijo Correa
Nació en el ardiente puerto de Paita y tiene gustos afinados por la música electrónica, el post-punk y el blues. Nunca será un 'mangazo', como se les dice a las varones agraciados; pero tiene un entusiasmo especial por este fruto que descubrió de niño gracias a la complicidad de sus abuelos. De origen indio, el mango metaforiza el proceso de maduración en la vida profesional de Jorge. En el periodismo empezó verde cubriendo y escribiendo historias policiales en horas de la madrugada para un canal de televisión. Creció con su destacada participación en cuatro concursos nacionales de periodismo y está tomando buen aroma como docente universitario. Algún día madurará.