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El beso del alcalde de Trujillo, Mario Reyna: el derecho a ser un hombre raro

El burgomaestre aclaró que la caricia que protagonizó con un artista en un concierto no fue un beso, sino un juego, una cháchara, y que lo volvería hacer para el entretenimiento del público.

En la antigua Roma, los esposos, padres, hermanos y primos gozaban del derecho de beso, es decir, podían hocicar, con completa libertad, los labios de la mujer: esposa, hija, hermana o prima.

Pero no era por erotismo, placer o costumbre, sino para descubrir si habían bebido vino.

El consumo de ese licor estaba prohibido para las mujeres. Entonces, el hombre las besaba cuando quería y donde quería para conocer si violó la norma.

El arrumaco que el alcalde de Trujillo, Mario Reyna Rodríguez, protagonizó, en evidente estado de ebriedad, con un cantante de cumbia en un concierto organizado con fondos públicos tiene ápices del derecho de beso de los romanos.

El burgomaestre dio a entender que goza de la prerrogativa de besar al adulto que desee porque nadie ni nada se lo prohíbe.

Una máxima jurídica dicta que lo que la ley no prohíbe, está permitido. Por lo tanto, la autoridad puede repetir el espectáculo del sábado 15 de febrero del 2025, tantas veces le parezca.

Reyna invocó un vacío legal para justificarse. Y para que no quede duda de su banalidad, declaró, al estilo Susy Díaz: “Es parte del show”.

Y, cual artista embelesado por la tribuna, prometió volverlo a hacer cuando «sea necesario» para divertir al público.

El arrumaco que el alcalde de Trujillo, Mario Reyna Rodríguez, protagonizó con un cantante de cumbia en un concierto organizado con fondos públicos tiene ápices del derecho de beso de los romanos.

 “Así que prepárense para más ‘besos’”, dijo Reyna, quien cuando pronunció la palabra ‘besos’ hizo el ademán de las comillas.

También, ha repetido que el beso no fue beso.

Un hombre raro

Es raro el alcalde Mario Reyna Rodríguez. Es raro porque son pocas las personas que llegan a ocupar cargos de elección popular sin ser elegidos.

Su caso es extraño porque, además, es el resultado de la desgracia ajena. Vacaron —gracias a Dios— al burgomaestre por el que votaron los trujillanos y él —Mario— empezó a reinar.

El Diccionario de la Real Academia Españóla (DRAE) señala que raro es un adjetivo que sirve para calificar a quien “se comporta de un modo inhabitual”, “escaso en su clase o especie”, “extravagante de genio o de comportamiento y propenso a singularizarse”.

Es atípico el alcalde Reyna porque en la historia de Trujillo no existe registro de que su máxima autoridad, bailó y besó, en público y para el público, a una persona de su mismo sexo. Es rara esa escena, son raros los protagonistas.

Mario Reyna, Alcalde de Trujillo
El alcade Mario Reyna y el Gato Bazán.

Extraño, infrecuente, original, peculiar, curioso, insólito, inusitado, excepcional, atípico y extraordinario: sinónimos de ‘raro’, según la DRAE.

Es insólito que el alcalde, dos días después, diga, bien suelto de huesos, que su ósculo de marras es parte del show y que no existe ninguna ley o norma que se lo prohíba.

Es inesperada su declaración viniendo de un abogado como él.

La costumbre es ley, don Mario. Es el ABC de todo hombre de Derecho. La legislación está formada por normas expresadas en códigos y por otras que son tácitas, pero que contienen tal fortaleza que unen y vigorizan el tejido social.

Cicerón, en De Legibus, planteó que las normas sociales y las tradiciones son fundamentales para mantener la moral —el bien y el mal— de una sociedad.

“La vida no es más que un tejido de hábitos”, apuntaló Henri-Frédéric Amiel.

En el caso de las autoridades municipales, existe una expectativa tácita de comportamiento que, aunque no esté codificada en ninguna ley, es parte del contrato social que sostiene la confianza pública.

Un alcalde no es un ciudadano más; es un símbolo de la ciudad y, por tanto, sus actos deben ajustarse a ciertos parámetros de decoro y respeto hacia el cargo que ocupa.

Alcalde de Trujillo: Mario ya no es Mario

Mario Colberth Reyna Rodríguez no es solo el peruano nacido el 7 de octubre de 1978 ni el abogado egresado de la Universidad César Vallejo ni el candidato a teniente alcalde que en el 2021 declaró ingresos de bienes y rentas por 180 mil soles. No, es más que esas señas.

Mario Colberth Reyna Rodríguez es el primer vecino de Trujillo. Él nos representa, y administra el dinero público de unas de las ciudades más importante del Perú.

Todos sus actos públicos están cargados de simbolismo y significado político y social. Por lo tanto, su caricia con el Gato Bazán, exintegrante de la orquesta Armonía 10, no es una mera anécdota, ni puro show.

El meollo del asunto no es porque se dio un beso con un varón —él puede besar a quién quiera—, sino el acto de alejarse de la conducta idónea —apropiado y adecuado— de una autoridad.

En Ética a Nicómaco, Aristóteles recuerda que la virtud de un gobernante radica en su capacidad para actuar con prudencia y mesura, en busca del bien común.

Leer más: Alcalde de Trujillo, Mario Reyna, sobre su beso a un hombre: “Es parte del ‘show’”

El filósofo griego sostiene que la autoridad debe ser un reflejo de equilibrio, debido a que sus acciones no solo afectan su imagen personal, sino que también influyen en la percepción que la ciudadanía tiene de las instituciones.

En el Perú, la confianza en las instituciones está apaleada, por lo tanto cada acto de un representante debe ser ponderado para no erosionar aún más la credibilidad de quienes nos representan.

En este sentido, ¿un beso en un escenario público es un acto de cercanía, apertura o es “parte del show”?  o ¿es una falta de seriedad que desdibuja la figura de quien debe representar el orden y la responsabilidad?

En Ética a Nicómaco, Aristóteles recuerda que la virtud de un gobernante radica en su capacidad para actuar con prudencia y mesura, en busca del bien común.

¿Qué alcalde necesita Trujillo, una ciudad violenta y violentada?

¿Un líder corajudo que se enfrente a los graves problemas de la urbe —inseguridad y corrupción— o un bailarín asincopado y besucón? ¿Un líder que arrastre respeto y confianza, o un abogado que amenaza: «Yo soy así. Si les gusta o no a la gente es tema de ellos»?

El origen del beso

La ciencia aún no se pone de acuerdo en por qué nos besamos los humanos.

Se cree que su origen es la premasticación de alimentos, otros que es un extensión de la lactancia materna o que es un mecanismo que hallaron algunos mamíferos para olerse de cerca y establecer cierta compatibilidad y, finalmente, que es un proceso de acicalamiento.

“Los primates revisan el pelaje de un compañero en busca de parásitos, insectos o residuos. Cuando lo encuentran, el acicalador se acerca con los labios salientes y hace un movimiento de succión para atrapar el residuo que encuentra en el pelaje de su pareja”, señala un informe del diario El País.

El beso, según esta última teoría, es un acto de limpieza, de profilaxis. Que el beso con el Gato Bazán sirva para que el primer vecino de Trujillo enjabone la idea trivial que posee de la figura de alcalde.

En su ensayo, La civilización del espectáculo, Mario Vargas Llosa lamenta que la política es presa de la lógica del divertimento, donde lo que importa no son las ideas o los proyectos a largo plazo, sino la imagen, el escándalo y la capacidad de entretener.

Los políticos, continúa el premio Nobel, en lugar de ser figuras serias y comprometidas con el bien común, se han convertido en personajes que buscan captar la atención del público, a través, de gestos vacíos y frases impactantes.

Y, en el caso del alcalde de Trujillo, con bailes desaforados y besos robados con animadores de cumbia.

César Clavijo Arraiza
César Clavijo Arraiza
Nació en un desierto frente al mar, donde solo crecen árboles de algarrobos. Dice que le gustan todas las frutas, pero en los últimos meses se ha decantado por el pepino, de origen andino; pero con una mala fama: se cree que si se consume después de beber licor puede causar la muerte. Periodista, escritor, docente, padre y esposo. Es torpe con la pelota, pero ama jugar fútbol. En el 2018 publicó "Tercera persona"; en el 2023, "No todo se queda en la cancha". Terminó un doctorado en comunicaciones.
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