La familia del expresidente Alberto Fujimori transformó la misa de cuerpo presente en un acto político que terminó con el grito unánime de “¡presidenta, presidenta!” para su hija y heredera política, Keiko Fujimori. El evento, que originalmente era un tributo fúnebre, tuvo lugar en el Gran Teatro Nacional y atrajo a decenas de militantes y simpatizantes del fujimorismo.
El ambiente, que estaba cargado de emotividad de parte de los deudos y seguidores de quien fuera presidente de Perú entre 1990 y 2000, tuvo un tinte proselitista cuando sonó la famosa canción de campaña “El ritmo del chino”, adaptada al contexto fúnebre.
Con esas notas familiares, los seguidores de Fujimori encendieron el teatro con cánticos y vítores, al punto de que la ceremonia religiosa pasó a un segundo plano y el enfoque se volcó hacia el legado político de la familia.
Kenji Fujimori: “El chino nunca va a morir”
Kenji Fujimori, el hijo menor del exmandatario y excongresista, tomó la palabra entre lágrimas. Afirmó que, aunque su padre ha fallecido, su legado y obra política perdurarán. “Nunca va a morir ‘el Chino'”, aseguró, en referencia al apelativo popular que se ganó Alberto Fujimori durante su mandato.
La multitud no tardó en responder, proclamando que Fujimori era “el mejor presidente” que ha tenido Perú. El menor de los Fujimori también aprovechó para agradecer al expresidente Pedro Pablo Kuczynski por el indulto que le concedió en 2017, el cual permitió que su padre saliera de prisión tras cumplir parcialmente sus condenas por delitos de corrupción y violaciones a los derechos humanos.
Keiko Fujimori y la pesada mochila que carga
Keiko Fujimori, quien fue primera dama durante el gobierno de su padre y ha sido candidata presidencial en tres ocasiones, habló con un tono más controlado pero igualmente contundente.
Sin derramar lágrimas, como sí lo hizo su hermano, aprovechó para enfatizar lo que considera los logros de su padre: “Acabó con la enfermedad terminal que afectaba a nuestro país”, en referencia a la hiperinflación y el terrorismo, dos de los principales problemas que enfrentó su gobierno.
Sin embargo, al abordar los juicios que condenaron a su padre por crímenes de lesa humanidad, Keiko insistió en que, aunque perdió “el juicio humano”, ganó “el juicio de la historia”. “El pueblo peruano te ha absuelto”, proclamó, sin hacer mención a las víctimas de las masacres o de las esterilizaciones forzadas, crímenes que aún pesan sobre el nombre de su padre.
Los gritos de “presidenta” resonaron con fuerza en el recinto, dejando en claro que los seguidores de Fujimori ven en Keiko la continuación de ese legado. La lideresa de Fuerza Popular finalizó su discurso reafirmando que continuará reivindicando la obra de su padre, lo que fue recibido con fervor por los presentes.
“Acabó con la enfermedad terminal que afectaba a nuestro país”, dijo Keiko sobre su padre, en referencia a la hiperinflación y el terrorismo, dos de los principales problemas que enfrentó su gobierno.
¿Fin a los problemas?
Una de las frases que más eco tuvo en la ceremonia fue cuando Keiko, en referencia a su hermano Kenji, aseguró: “Vamos a estar unidos para siempre”. La división entre ambos se hizo evidente cuando Kenji jugó un papel decisivo en la negociación del indulto de su padre, lo que generó tensiones en la familia. Sin embargo, esta ceremonia pareció sellar la reconciliación pública entre ambos, algo que fue celebrada con gritos de “unidad” por parte de los asistentes.
“El pueblo peruano te ha absuelto”, proclamó Keiko, sin hacer mención a las víctimas de las masacres o de las esterilizaciones forzadas, crímenes que aún pesan sobre el nombre de su padre.
Al final de su discurso, Keiko agradeció no solo a Kuczynski, sino también a los magistrados del Tribunal Constitucional que ratificaron la liberación de su padre en dos ocasiones. Igualmente, expresó su agradecimiento a la presidenta Dina Boluarte por no haber cedido a las presiones internacionales que pedían revocar esa decisión.
El fujimorismo en un país dividido
La misa-mitin culminó con la retirada del ataúd de Fujimori mientras sonaba la versión tradicional de “El baile del chino”, canción emblemática de sus campañas políticas.
Fujimori deja un legado lleno de claroscuros, con un sector de la población que lo recuerda como un salvador, mientras que otros no olvidan las violaciones a los derechos humanos y los actos de corrupción por los que fue condenado.
El mitin improvisado durante la misa no solo fue una despedida familiar, sino una señal de que el fujimorismo, como fuerza política, se resiste a desparecer. La figura de Keiko Fujimori, como heredera directa de ese legado, ha vuelto a cobrar protagonismo, con sus seguidores alentando su ya evidente intención de postular nuevamente a la presidencia del país.
Con un respaldo electoral que oscila entre el 15 % y el 20 %, según las encuestas, el movimiento político fundado por Alberto Fujimori sigue siendo una fuerza significativa en la política peruana. Ahora, Keiko enfrenta el reto de consolidar esa base, unir las filas fujimoristas y lidiar con los múltiples procesos legales que ella misma enfrenta.
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