A la corrupción y la inseguridad ciudadana se suma la pobreza, que asusta tanto como la extorsión y que asoma como otra de las tantas flaquezas del actual gobierno.
El informe “Evolución de la pobreza monetaria 2014-2023”, publicado por Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), refleja que la pobreza creció, por segundo año consecutivo, de 27.5% (2022) a 29% (2023).
Los indicadores también reflejan que 1,9 millones de peruanos están en pobreza extrema (249 mil más que en 2022) y que 9 millones 780 mil personas son pobres en el país.
Además, que La Libertad está en el grupo de las 10 regiones con altos índices de pobreza. Le anteceden, en orden descendiente: Cajamarca, Loreto, Pasco, Puno, Huancavelica, Ayacucho, Huánuco, Provincia Constitucional del Callo y Piura.
Los datos provienen de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO). La pobreza se elevó 26.4% en zonas urbanas, un aumento de 2,3 puntos porcentuales respecto al año anterior; sin embargo, disminuyó 39.8% en zonas rurales, una reducción del 1.3%.
Pobreza extrema y otros infiernos
La población en situación de pobreza extrema en 2023 fue del 5,7 %, y afectaba a 1 millón 922 mil personas, frente a 1 millón 673 mil personas de 2022.
Acción Contra el Hambre, explica que “una persona está en pobreza extrema cuando no tiene recursos para comprar los alimentos más básicos, incluso destinando todos sus ingresos para comprar productos para su alimentación. Es una situación que va más allá de la carencia de alimentos, agua potable, servicios médicos (…) es un problema grave de Derechos Humanos”.
“La pobreza extrema se mide actualmente como las personas que viven con menos de 1,90 dólares al día. Esta privación económica – la falta de ingresos – es una característica estándar de la mayoría de las definiciones de pobreza. Pero no tiene en cuenta el impacto social, cultural y político de la pobreza”
“Además de la privación de recursos económicos o materiales. La pobreza es también una violación de la dignidad humana”, explica la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
“Alma, Paula y Raquel viven en la extrema pobreza, una realidad que no quieren y no pueden reconocer: “con nuestras vidas es difícil ser niñas””, es uno de los tantos testimonios publicados por las Naciones Unidas, que grafican las consecuencias de esta condición socioeconómica.
En nuestro país, los conceptos se redimensionan: según el reporte del INEI, en 2023, hubo una extremada restricción al acceso del paquete integrado de servicios básicos a la población (agua, saneamiento, electricidad, telefonía móvil e Internet); en especial en Puno, 83,5%; Ucayali, 83,1 %; Loreto, 82,8 % y Huancavelica, 81,1 %.
Del “no es Rolex” a no publicar el informe
Según informaron canal N y Ojo Público, la presidenta de La República, Dina Boluarte, censuró la presentación del informe. De manera repentina, fue cancelada la actividad, programada para la tarde del 9 de mayo, en que expertos en iban a explicar la evolución de todos los indicadores que miden la pobreza, la pobreza extrema y la pobreza multidimensional.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicó, el compendio que, además, señala que la canasta básica familiar cuesta S/446, por persona, y que la población en desempleo abierto y oculto creció 7.9%.