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Aunque solo uno fuera: el beso es un placer y un peligro para la salud

No hay causa sin consecuencia ni datos que la ciencia no pueda descubrir. Los besos producen un sinnúmero de sensaciones, pero también pone en aprietos nuestra bienestar.

Escribe Sandy Valeria Crespo Carrasco

Cuando dos personas establecen contacto boca a boca, intercambian 9 mililitros de agua, 0.7 miligramos de proteína, 0.18 miligramos de compuestos orgánicos, 0.71 miligramos de grasas y 0.45 miligramos de cloruro de sodio; según el portal de la revista Smithsonian. 

Ahora, imagina cuántas bacterias puedes contraer en un beso de sólo diez segundos. De acuerdo a un estudio publicado en Microbiome, en ese minúsculo tiempo recibes hasta 80 millones de bacterias. 

Los patógenos responsables del resfriado, herpes simple, tuberculosis y sífilis pueden llegar al organismo por medio de la cavidad bucal. Pero tómelo con calma, ya que de las más de 200 especies de estos organismos que se intercambian mediante este acto, el 95 % son inofensivas para individuos con defensas normales. 

Imagina cuántas bacterias puedes contraer en un beso de sólo diez segundos. De acuerdo a un estudio publicado en Microbiome, en ese minúsculo tiempo recibes hasta 80 millones de bacterias. 

Y aunque no lo crea, besar no es sencillo, ¿sabes por qué? Porque aunque se usen solo dos músculos, estos queman de 2 a 3 calorías, mientras que los besos apasionados pueden involucrar de 23 a 34 músculos faciales y 112 músculos posturales, por lo tanto, se consumen entre 5 y 26 calorías por minuto, así lo revela un artículo publicado en The American Journal of Medicine.

¿Dosis de pasión o de riesgo?

Entonces, si biológicamente nuestra salud está en juego, ¿por qué besamos constantemente? Para Sheril Kirshenbaum, autora de The Science of Kissing: What Our Lips Are Telling Us, el beso actúa como una droga en nuestro cuerpo; por lo que uno busca repetirlo. 

Por su parte, la investigadora y experta en biología del amor Helen Fisher asegura que el beso estimula los tres sistemas cerebrales del ser humano: en el primero aparece la testosterona, encargada de despertar el deseo sexual; en el segundo aparece la dopamina, responsable de regular el amor pasional, y en el  último se encuentra la oxitocina, aquella que nos da una fuerte sensación de apego a la otra persona. 

Un beso es sinónimo de amor, pero no para todas la culturas de la tierra. (Foto: cortesía).
Un beso es sinónimo de amor, pero no para todas la culturas de la tierra. (Foto: cortesía).

Además, gracias a la filematología (ciencia que estudia los besos), la neurocientífica Wendy Hill durante una reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), sostuvo que las sustancias químicas que contiene la saliva nos ayudan a evaluar a una posible pareja para decidir si es la más idónea. 

Besar probablemente es muy bueno. Mucha gente se preocupa por las bacterias y los virus que generan, pero si bien uno puede atrapar gérmenes de esa manera, hay más riesgo al atraparlos en un apretón de manos, indicó Sheril. 

Asimismo, agregó que, besar es muy bueno porque minimiza el estrés, disminuye la presión arterial, puede hacerte sentir bien y fortalecer los lazos sociales. En términos de beneficios y perjuicios de besar, “pienso que besar es definitivamente una conducta muy saludable”, finalizó la experta en el tema. Es más, expertos en la ciencia afirman que la producción de saliva incrementa durante los besos activos, lo cual puede ayudar a prevenir las caries dentales.

Origen del beso

Los antropólogos confirman que hace más de dos millones años, los homínidos (primates con capacidad para andar en posición erguida) ya se besaban, y que la costumbre deriva del instinto y de la necesidad que sienten las mamás de masticar la comida hasta convertirla en papilla para sus bebés. Por ello, la hipótesis de que halagaran de la misma manera al macho dominante de la manada, en un primitivo gesto de adulación y sometimiento, parece no ser exagerada. 

Por otro lado, nada es tan real como que el hábito de aplicar los labios al ejercicio de la succión sólo progresó en los mamíferos, dado que cuando nacen se prenden en la teta materna en busca de leche y protección. Así, entre los precursores de la especie humana, todavía arbóreos, la cultura del beso nació temprano, con el primer aliento de vida y con el primer intento de desarrollo sociobiológico.

Ni siquiera la covid-19 ha acabado con los besos en el mundo. (Foto: cortesía).
Ni siquiera la covid-19 ha acabado con los besos en el mundo. (Foto: cortesía).

El primer registro de los besos data del año 2500 a. C., en la India (en los templos de Khajuraho).También en Oriente, en el año III d. C, se gestó el Kamasutra, un libro sagrado de Vatsyayana que abordó a la divinidad natural del sexo. 

El Kamasutra incluía referencias al beso como práctica sexual. Y lo dividió en tres categorías. La primera es el beso nominal, donde los labios apenas se tocan; le sigue el beso palpitante donde sólo se moviliza el labio inferior; y por último, el beso de tocamiento en el que se emplean labios y lengua. 

Así, se deduce que el beso es producto de una combinación cultural entre Grecia e India durante las campañas militares índicas de Alejandro en el año 326 a. C.

Fotos que la historia conserva

En la mañana del 14 de agosto de 1945 en Manhattan, los pacientes de Greta Zimmer irrumpieron en su oficina y afirmaron que la guerra había concluido. La inmigrante austriaca dudaba de lo que le decían, así que acudió a Times Square para comprobarlo. 

El ambiente era de celebración y el teletipo de noticias confirmó que, efectivamente, se había dado fin al conflicto. Al momento en el que Zimmer apartó la vista del teletipo, el marinero George Mendonsa se acercó y la besó agresivamente, dejando atrás a su novia. Zimmer pudo apartar al desconocido pero, no sin antes que los fotógrafos Alfred Eisenstaedt y Victor Jorgensen hayan registrado el beso de ambos.

El marinero George Mendonsa sostiene un cuadro que perenniza una beso histórico.
El marinero George Mendonsa sostiene un cuadro que perenniza una beso histórico.

Durante la Guerra Fría, los líderes de los estados comunistas solían saludarse con lo que se llama el ‘beso fraternal socialista’, que podía ser en la mejilla o en la boca. Pero lo que traspasó la historia fue la foto de 1979 tomada por el francés Régis Bossu, quien capturó el momento en el que el soviético Leonid Brezhnev y el alemán Erich Honecker, se besaron en la boca.  

El beso ocurrió cuando Brezhnev visitó Berlín Oriental para celebrar el 30º aniversario de la República Democrática Alemana. Diez años después, cuando el Muro de Berlín cayó, el artista soviético Dmitri Vrubel recreó la imagen en un mural en el lado este del muro. Lo tituló: “Dios mío, ayúdame a sobrevivir a este amor mortal”. 

El poder del beso

Besarse frente a un grupo de personas para formalizar un matrimonio, sellar los contratos con un beso para señalar conformidad; fueron algunas de las tradiciones clásicas. Y aunque besar puede ser una práctica antigua, no es universal. 

Según un estudio publicado en American Anthropologist, de 168 culturas analizadas alrededor de todo el mundo, sólo el 46 % lo hace en un sentido romántico, y en quince grupos culturales de Norteamérica las personas ni siquiera se besan. Para la tribu Mehinaku en Brasil dicho comportamiento es “asqueroso”, publicó BBC. 

De 168 culturas analizadas alrededor de todo el mundo, sólo el 46 % se besa en un sentido romántico, y en quince grupos culturales de Norteamérica las personas ni siquiera lo hacen.

En muchas culturas la gente no acostumbraba a besar, hasta después de un encuentro con los europeos, pero hasta en esos lugares tenían conductas  que probablemente servían para el mismo propósito. Se lamerían, soplarían, chuparían, pellizcarían, hasta existió en una cultura donde de hecho se mordían las pestañas cuando tenían encuentros íntimos. 

Todos estos estilos diferentes de ‘besar’ como comportamiento ponían a las personas en un espacio muy próximo, que finalmente es parte del propósito del beso mismo, simplemente estar cerca, explorar el aroma, gusto y tacto del otro, comento Sheril Kirshenbaum a BBC. Incluso, el explorador británico del siglo XIX William Winwood Reade confesó que se enamoró de la hija de un rey africano, pero cuando se atrevió a darle un beso a la muchacha, ella se asustó tanto que gritó y salió corriendo. El inglés supuso que la mujer creía que intentaba comérsela. 

La explotación del beso en el Romanticismo fue constante debido a que pasó una ‘práctica privada’ a en un ‘elemento estético”. En efecto, el siglo XX estuvo marcado por la sexualización de los medios durante las primeras décadas del siglo. 

Aquí se introducen temas lascivos en los medios masivos de la cultura popular, como un factor determinante en la globalización y publicación del beso. Así se comenzó a utilizar al beso como un elemento lascivo en la publicación de distintas artes como la literatura, la pintura, el drama y el cine, todos ellos enfocados al consumo y gusto popular. 

En el siglo XXI, un beso es considerado una práctica sexual ligera a diferencia de otro tipo de material erótico contenido en diversos medios de distribución masiva.

El beso más largo de la historia

No podemos dejar pasar de largo una de las fechas más importantes para este acto simbólico de amor, el Día Internacional del Beso, que está cerca de celebrarse. El 13 de abril se celebra este acto como homenaje al beso más largo que se ha registrado en la historia, y que ocurrió en Tailandia, para conmemorar el Día de San Valentín. 

El beso más largo de la historia se extendió por más de 58 horas. (Foto: cortesía).
El beso más largo de la historia se extendió por más de 58 horas. (Foto: cortesía).

Todo inició en el 2011 en el país del sudeste asiático con un concurso en el que una pareja de la misma nacionalidad estableció un récord mundial con el beso más largo. El contacto duró 46 horas, 24 minutos y 9 segundos. 

Dos años después, la misma pareja rompió su propio récord al darse un beso por un tiempo de 58 horas 35 minutos y 58 segundos. Cabe señalar que esta conmemoración busca ser un recordatorio de la importancia que tiene el beso en las relaciones humanas.