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Vivienda confortable: el enemigo del hombre está en su propia casa

Nuestro ofuscado vecino se lamenta de haber gastado más de mil soles en un aire acondicionado portátil que no solo no logra enfriar la sala cuando descansa en su sofá; sino que, además, hace un ruido angustiante que le dificulta disfrutar de la televisión. 

Irritado, abre la ventana con el afán de refrescarse. Pero ingresa una ráfaga de polvo desde el patio que, meses atrás, había mandado a pavimentar porque estaba harto de tener que regar el árbol que antes había allí. 

Luego de unos minutos, mientras avanza la tarde, una mancha de luz solar cae directamente sobre la pantalla del aparato, haciéndole cerrar los ojos por el brillo reflejado. Cierra entonces la cortina para favorecer la penumbra y la manguera del aire acondicionado, que con esfuerzo había equilibrado en la ventana, cae al piso emanando todo el calor hacia el interior. 

Pero ingresa una ráfaga de polvo desde el patio que, meses atrás, había mandado a pavimentar porque estaba harto de tener que regar el árbol que antes había allí. 

Seguramente hemos vivido situaciones parecidas. Sea casa propia o alquilada, sea inmueble unifamiliar o departamento en edificio multifamiliar, sea residencia permanente o temporal, podemos mencionar una preocupación en común: nuestro confort dentro del hogar.  

Se parecen, pero…

Antes de continuar, es necesario que hagamos una distinción entre bienestar y confort. En el ámbito cotidiano, usamos estas palabras como sinónimos; pero, el primero, hace mención a la condición interna de un individuo, vinculado con la salud física y mental. 

El segundo, en cambio, es una respuesta de búsqueda de equilibrio frente a estímulos sensoriales del entorno. Para nuestro caso, el confort se refiere a la comodidad obtenida por la satisfacción de nuestros sentidos gracias a las características del espacio que habitamos. Cuando esto no sucede, entonces se produce el disconfort.

Ante el clima tan particular de cada región, evitar el disconfort dentro del hogar representa una laboriosa tarea personal. Vale decir que, para quienes tienen facilidad de acostumbrarse, esto puede ser menos complicado (por ejemplo, soportar el calor o malos olores).

Y, aunque según los ejes ideológicos de la arquitectura, el acondicionamiento ambiental es un recurso valioso favorecer el confort, este suele ser infravalorado frente al precio, el área y los acabados. 

Vivienda reconfortante

Por ejemplo, en nuestra ciudad, si una edificación no considera parámetros de confort y factores climatológicos, puede convertirse en un lugar con problemas de asoleamiento y deslumbramiento en horas críticas, refrigeración y ventilación ineficiente de ambientes, estancamiento de aire con impurezas y malos olores, proliferación de moho en baños, dormitorios calurosos en verano y fríos en invierno, ruidos que se transmiten entre habitaciones, filtraciones por agua de lluvia, entre otros.

Esto ocasiona molestias como: sofocación por calor, entumecimiento por frío, irritación respiratoria por impurezas u olores, fatiga visual por falta o exceso de luz, dificultad para la relajación por el ruido y, a mediano o largo plazo, malestares psicológicos y físicos originados dentro de lo que supuestamente esperábamos sea el calmo hogar. En consecuencia, para tratar de compensarlo, nos vemos obligados a instalar un equipo electromecánico o remodelar partes de la casa.

Aunque estas medidas pueden llegar a atenuar las molestias producidas por el disconfort, no suelen ser del todo eficientes ya que deben ser adaptadas sobre la marcha. También demandan sacrificios de tiempo y dinero que inicialmente no se habían considerado. 

De ahí que sean importantes algunas recomendaciones básicas para que ese inmueble se convierta realmente en la agradable casa que ansiamos.

Vivienda confortable: tome nota

En viviendas independientes, debemos elegir el lote cuya orientación evite el sol de verano y esté a favor del viento. Si esto no es posible, entonces debemos conocer sus ambientes. 

En aquellos por los que ingresa demasiada luz de sol, podemos construir aleros, con lo que se disminuye la sensación de calor y se evita el deslumbramiento generado por el brillo en las superficies. 

Si una edificación no considera parámetros de confort y factores climatológicos, puede convertirse en un lugar con problemas de asoleamiento y deslumbramiento en horas críticas, refrigeración y ventilación ineficiente de ambientes.

Para facilitar la refrigeración, podemos instalar ventanas que permitan dirigir la brisa o también ventanas sobre la carpintería de las puertas para facilitar la salida del aire caliente.

Por otro lado, debemos verificar que baños y cocinas tengan ventanas que reciban directamente los rayos del sol y el viento ya que ambos eliminan microorganismos, impurezas y olores. 

Debe haber un jardín en la casa y, si este lo permite, albergar un árbol que, además de generar sombra, atrapa el polvo que las ráfagas de aire podrían transportar. 

Finalmente, en los acabados, debemos optar por materiales que incrementen la insonorización de dormitorios a fin de crear un ambiente acogedor.

Mi departamento

En departamentos de edificios multifamiliares, las opciones son más limitadas debido a que están condicionadas por las especificaciones del proyecto inmobiliario. Sin embargo, se puede sacar el máximo provecho del clima a fin de ahorrar en equipos de climatización artificiales. 

Al igual que con la vivienda independiente, podemos elegir el departamento cuya ubicación evite el sol de verano, especialmente dormitorios y salas. 

Además de que, si está en un piso más elevado, aprovecha las brisas frescas de altura y se aleja de los ruidos a nivel de la calle. Ya que muchos edificios cuentan con ascensor y escalera de evacuación, subir es una decisión a favor del confort.

Para disminuir el exceso de luz solar, sin bloquear la ventilación natural, podemos instalar parasoles de interior en vez de cortinas. Pero siempre es prioridad que baños y cocinas tengan ventanas hacia el exterior o hacia tragaluces para combatir microorganismos y malos olores. 

De esta forma, un extractor electromecánico es un complemento, pero no una necesidad. Y, aunque no haya jardines a nivel del suelo, podemos cultivar un plantas purificadoras y aromáticas de interior.

Por último, en algunas ocasiones el contratista permite negociar alternativas de acabados. En este caso, podemos seguir las mismas recomendaciones de la vivienda independiente con el fin de favorecer la insonorización de dormitorios y optar por materiales con propiedades termoacústicas.

Además, en vista de las últimas precipitaciones ocurridas por fenómenos meteorológicos, también es necesario acondicionar la casa o departamento: los aleros y las bruñas sobre las ventanas actúan como cortagotas que evitan que la lluvia ingrese al interior. 

Y, por otro lado, un jardín siempre tendrá más ventaja para la absorción de aguas frente a un piso pavimentado.

Estas son solamente algunas pautas generales. Cabe mencionar que contratar los servicios de un arquitecto ayudará a dar más precisión en el acondicionamiento de la vivienda y, de esta forma, favorecer el tan ansiado confort de hogar que todos como usuarios merecemos.

Alejandro Li Hon
Alejandro Li Honhttp://www.buenapepa.pe
Alejandro Li Hon es el seudónimo literario de Carlos Chiroque Céspedes (Trujillo, 1985). Arquitecto de profesión, educador por vocación y escritor por pasión. Es docente de la Universidad Nacional de Trujillo y coautor del himno del Colegio de Arquitectos del Perú. Cultiva el arte de la narrativa con participación en publicaciones independientes como "La Esfera Verde" (2013) y "El Guardarropa de Bea" (2017); y con colaboraciones de relatos en el libro “Deja que todo el mundo te cuente lo que pasó” (2020), en el diario local La Industria y en la revista [cap] del Colegio de Arquitectos de La Libertad.