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Violencia sexual: sábado es el día de más ataques en el Perú

El hogar sigue siendo el lugar más vulnerable para las víctimas de los agresores sexuales.

Escribe por Iveth Xiomara Yamunaqué Gonzales 

Según el libro de Génesis, el sexto día —sábado—, Dios creó al hombre, el único ser hecho “a su imagen y semejanza” y encargado a “dominar” el resto de la creación.

Por los hebreos sabemos que la palabra sábado significa descanso. 

Hombre y descanso, dos palabras vinculadas al sábado, que en este Perú del 2023 se desconectan y contradicen por completo. Es más, se canibalizan. Es peor, se relacionan con una de las más nefastas violencias; la sexual, la que pulveriza el presente y desintegra el futuro de las víctimas.

Según el boletín de Estadísticas de Criminalidad, Seguridad Ciudadana y Violencia del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), los sábados fue el día que más denuncias de violencia sexual se presentaron (18,1 %) en Perú entre enero y marzo del 2023. 

Le sigue el viernes (15. 5%). Los lunes es la jornada donde menos hechos de agresiones se registraron. 

Los horarios de mayor incidencia de los ataques fueron entre las 8:01 a. m. a 2 p. m. (35,1 %) y 2:01 p. m. a 8 p. m. (30,2 %).

Hombre y descanso. “Dios mío, si tú hubieras sido hombre, hoy supieras ser Dios”; reclama Vallejo. 

El descanso extremo es la ociosidad y la ociosidad es la madre de todos los vicios. “Hay tres cosas difíciles: guardar un secreto, soportar un agravio y emplear bien el ocio”, advirtió Quilón de Esparta.

De acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la violencia intrafamiliar ocurre cuando hay maltrato entre los miembros de una familia, el cual puede ser de tipo físico, psicológico, sexual o económico. 

La violencia no tiene género

“A la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa”. Esta frase es letra muerta para muchos. Y es que las féminas, al parecer, se han vuelto un objeto propicio para llenarlas de insultos, golpes y abusos sexuales, en lugar de rosas. 

Hay tantas cicatrices que son disimuladas por el perdón y los supuestos arrepentimientos de quien en algún momento juraron amarlas.

Durante el periodo enero-febrero 2023, en el Perú, 1562 mujeres fueron víctimas de violencia sexual, lo que representa el 92,3 % del total de actos lesivos contra las mujeres. En comparación al mismo periodo del 2022, este tipo de denuncias de ataques aumentó en 35 denuncias (2,3 %).

Violencia sexual

Asimismo, respecto al grupo etario, el mayor incremento porcentual se observó en mujeres cuyas edades oscilan de 30 a 59 años (16,2 %) y de 18 a 29 años (6,5 %). 

Así mismo, hay realidades que existen y de las cuales no se hablan. La sociedad con sus prejuicios ha sabido silenciar las agresiones contra los hombres, porque los machos maltratados existen. 

Las denuncias de violencia sexual contra hombres alcanzaron 131 en el periodo enero–febrero 2023; de ellos, 46 (35,1 %) eran adolescentes de 12 a 17 años de edad y 45 menores de edad (34,4 %). 

En Lima Metropolitana se registraron 46 denuncias, lo que representa el 35,1 % del total de denuncias contra hombres, y en segundo lugar lo ocupó Ayacucho con 19 denuncias, siendo casi la totalidad de ellos de 18 y más años (94,7 %)

Viviendo con el enemigo 

La violencia siempre está relacionada con la calle, centros educativos, oficinas, universidades, entre otros; sin embargo, el hogar es el escenario de acontecimientos destructores o asesinatos que han quebrantado lazos familiares. 

En estos espacios se han cometido los más horrendos actos bajo el refugio del temor, el silencio y la ligereza de dejarlos pasar.

Según cifras del INEI, el 41,3 % de los casos de agresión por violencia sexual ocurrieron en el domicilio de la víctima, en enero-febrero 2023; comparado con el mismo periodo del año 2022, se observó disminución de 4,9 puntos porcentuales; menores porcentajes ocurrieron en descampado (5,9 %), reuniones sociales (2,3 %), y calle/avenida/jirón (2,1 %), entre otros. 

En Lima Metropolitana se registraron 46 denuncias, lo que representa el 35,1 % del total de denuncias contra hombres, y en segundo lugar lo ocupó Ayacucho con 19 denuncias, siendo casi la totalidad de ellos de 18 y más años (94,7 %)

La Ley 30364, promulgada en el año 2015, tiene como objeto prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.

Según el abogado Pedro Manuel Castro Viera, la norma demarca los tipos de abuso, ya sea física, sicológica, económica y sexual. Además, delimita los sujetos de protección los cuales son dos: violencia ejercida contra las mujeres propiamente por ser mujer y la violencia familiar (cónyuges, excónyuges, convivientes).  

En el periodo enero-marzo del año 2023, se registraron 29 mil 741 denuncias por agresión sicológica y 22 mil 663 por violencia física. En conjunto, representan el 91,6 % del total de denuncias por violencia familiar; porcentaje restante comprende la violencia física/sicológica, sexual y económica/patrimonial. 

Mientras respire 

“Antes de morir contaremos al mundo nuestras experiencias. Miles de personas se identificarán. Tal vez, propiciemos que deje de sucederle lo mismo a muchas otras almas atormentadas”, dice un fragmento de la novela Mientras Respire, catalogada como vertiginosa, estremecedora, cruda, cargada de emociones intensas; escrita por el mexicano Carlos Cuauhtémoc Sánchez.

La obra ofrece un mensaje implícito para evitar el abuso psicológico, la violencia sexual y el maltrato emocional, y lo hace a través de tres historias de mujeres que colisionan con la crueldad.

Como Zoé, casada con un hombre que apenas le dirige la palabra y unos hijos que nunca parecen estar; o Ana, una dama hermosa que atrae miradas; pero tras esa belleza, un oscuro pasado se esconde, un fantasma la atormenta; o Mirella, una mujer que fue herida a causa del amor.

Como estos personajes de ficción, en el Perú, muchas mujeres tienen sus propias lesiones que contar.

“Las palabras también duelen, los golpes no me dolían tanto, como sus palabras”, compara Rosario, mientras mueve, de forma apresurada, sus manos, tal vez, por los recuerdos que la avasallan. 

“Mi hijo tenía 6 años cuando tuvo que ver como su padre me pegaba”, evoca.

Ella tiene 45 años, 14 de casada, de los cuales, 4 se volvieron un infierno. A pesar de lo ocurrido, en la actualidad, vive con quien fue su agresor. Para ella, el perdón la hizo más fuerte y se ha encomendado en la fe de Dios que nunca la desampara. 

Hombre y descanso, dos palabras vinculadas al sábado, que en este Perú del 2023 se desconectan y contradicen por completo. Es más, se canibalizan. Es peor, se relacionan con una de las más nefastas violencias; la sexual, la que pulveriza el presente y desintegra el futuro de las víctimas.

Según el reporte de la Policía Nacional del Perú, en el primer trimestre del 2023 se registraron 57 213 denuncias por violencia familiar en general. Durante el tercer trimestre del mismo año, mayor cantidad de denuncias por este tipo de agresiones se registraron en Lima Metropolitana (1962), seguido por Piura (3684) y Cusco (3015).

Violencia sexual: denunciar sin miedo 

Por cada mujer u hombre que se atreva a denunciar tiene que surgir a su alrededor apoyo de la administración pública y de su entorno, porque en soledad es muy difícil salir de la violencia familiar. 

Según Castro Viera, de acuerdo a lo que menciona la norma, se puede acudir a la comisaría más cercana, algunas cuentan con centros de asistencia mujer, los cuales brindan ayuda a los miembros que han sufrido este tipo de agresiones, así mismo, se puede buscar ayuda en el Ministerio Público o en las fiscalías especializadas. 

“A parte de las evidencias, para que la denuncia sea procesada, es la sindicación, es decir, que, si existe evidencia directa de que la persona ha sido agredida y se puede denotar en el cuerpo algún moretón o raspadura se procede”, señala el profesional. 

Ante esta situación, los efectivos policiales se encontrarían con un delito de flagrancia, por lo tanto, tendrían que acudir al lugar donde se encuentra el agresor para detenerlo por un plazo máximo de 48 horas. 

“Se sigue el procedimiento regular, a la víctima se le aplica una ficha de valoración para verificar en qué nivel de riesgo se encuentra. Luego, se deriva al juzgado de familia para ver si se le emite medidas de protección”, continúa Castro. 

De la misma manera, se le deriva al Ministerio Público para saber si se le demarca en al artículo 122-B del Código Penal que establece el delito contra la vida, el cuerpo y la salud en su modalidad de agresión en contra de las mujeres o los integrantes del grupo familiar. 

Si ha sido o conoce a alguien que esté afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, puedes comunicarte de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerable.