Dos sujetos con armas de fuego bajan de un vehículo color amarillo con la apariencia de taxi y encañonan a su víctima, un joven —a bordo de su motocicleta— quien se gana la vida como repartidor de comida rápida en Trujillo.
Es la medianoche del viernes 7 en una de las zonas más transitadas: el óvalo Larco. Los delincuentes logran su segundo golpe de la noche. Uno de ellos viste casaca negra, pantalón buzo del mismo color y lleva una mascarilla quirúrgica para ocultar su identidad.
Tras arrebatar el celular a su víctima ocasional, ambos tratan de huir en el vehículo de placa de rodaje T4A-620, modelo Caldina, carrocería tipo station wagon, conducido por un tercer sujeto; pero son reducidos por agentes de la Policía Nacional, que les seguían los pasos.
Fue así como Los descuartizadores de Tacora, banda criminal dedicada al robo agravado y otros delitos, fue desarticulada por la Policía. Ese mismo día, unos minutos antes, habían perpetrado un primer golpe, a la altura del cruce de las avenidas Túpac Amaru y Miraflores.
Primera pista: habla una víctima
Un taxista interceptó a un patrullero que circulaba por la zona para denunciar que fue víctima de un asalto. Hombres armados lo encañonaron y le quitaron su celular, billetera y otros objetos de valor.
El denunciante, identificado como Luis Mantilla Príncipe, brindó a los efectivos el número de placa de la unidad en la que huyeron los delincuentes, su vestimenta y características físicas. Así fue que, en coordinación con la unidad de Inteligencia, se montó un operativo que concluyó con la captura de los tres asaltantes, justo cuando volvían a delinquir en el óvalo Larco.
Los delincuentes apuntaron con sus revólveres a Gabriel Misarraga Toribio, un joven repartidor de Rappi, quien estaba apostado frente a la agencia de BBVA, a pocos metros del grifo Primax. Le quitaron su teléfono, pero no pudieron salirse con la suya.
Los asaltantes fueron reducidos en plena vía pública por personal de la comisaría La Noria. Tras el registro de ley, los delincuentes fueron identificados como Rodolfo Ascón Torres, de 65 años, alias Cojo; Víctor Andrés Leonardo Núñez Martell, de 30 años, alias Chiky.
Ambos fueron los que descendieron del vehículo para arrebatar el teléfono del joven repartidor en el óvalo Larco. Chiky tenía un arma de fuego tipo revólver desabastecida, con serie y marca limada; mientras que a Cojo se le encontró dentro de su morral noventa y uno envoltorios tipo ketes de Pasta Básica de Cocaína (PBC) y una réplica de arma de fuego.
También se detuvo a César Javier Lacerna Durán (53), alias Mococho, conductor del station wagon. Al momento del cateo en la unidad se hallaron cuatro celulares, dos de ellos de las víctimas, un autorradio marca Hyundai y portavasos acrílico.
El pasado condena
El comandante Jorge Mantilla Iparraguirre, comisario de La Noria, confirmó a Buenapepa que los detenidos tienen antecedentes por robo agravado. Cojo, el adulto mayor, fue denunciado por hurto agravado en el 2017 y 2021; Chiky tiene una denuncia por robo agravado con arma de fuego de marzo del 2022; en tanto que Mococho fue intervenido por hurto en el 2021.
El fiscal David Delgado Silva, de la Tercera Fiscalía Provincial de Trujillo, es quien investiga el caso.
Inseguridad reina en Trujillo
De acuerdo a Numbeo, una web para conocer el nivel de vida en el mundo, solo dos de cada diez peruanos se sienten seguros de caminar durante la noche; mientras que cinco de diez se sienten seguros de caminar de día.
Estas cifras reflejan la alta percepción de inseguridad ciudadana que se vive en Trujillo y otras ciudades del país.
Según la Policía Nacional del Perú (PNP), el año pasado en el Perú se presentaron cerca de 20 mil denuncias por asaltos y robos de vehículos —entre sedan, station wagon, camionetas (suv y pick up), ómnibus, camiones, motos, mototaxis, remolcadores, remolques y semirremolques — 19 991 para ser exactos.
De esta cifra, en menos del 20% de incidentes (3 894) se registraron violencia, agresiones o empleo de armas de fuego de parte de los delincuentes. Los 16 097 robos restantes, equivalente al 80 % del total, ocurrieron en zonas púbicas que las personas usan como estacionamiento: avenidas, calles, parques, entre otros.