Lodo. Uno levanta la cabeza y solo ve lodo. Lo hay en todos lados. En las principales calles y avenidas, en los centros comerciales, hospitales y en las viviendas.
El panorama es igual o peor que en el 2017, cuando Trujillo soportó siete huaicos. Aquella oportunidad padecimos el fenómeno del Niño Costero y, a juzgar por lo visto desde anoche, nada se avanzó.
La Esperanza asolada
En el distrito de La Esperanza los daños son incalculables, como en casi toda la provincia de Trujillo. Pistas rotas, casas inundadas y muchas otras colapsadas. Quizás Wichanzao es el sector en este distrito que más sufrió por los deslizamientos. Unas 300 familias lo perdieron todo tras quedar sus casas sepultadas con lodo que descendió de la quebrada Indoamérica.
Un muerto en Florencia de Mora
En la cuadra 16 de la calle 17 de Agosto de Florencia de Mora, se reportó la primera muerte asociada a la emergencia por las lluvias. Un joven identificado como Justo Arteaga perdió la vida intentando ayudar a sus padres. La víctima intentó poner en buen recaudo a sus progenitores, pues la casa que habitaban es de material rústico, y habría sufrido un ataque de epilepsia. Según contaron los vecinos durante una transmisión en vivo de Buenapepa, el joven no fue atendido a tiempo.
En este mismo distrito se reportaron cuantiosos daños de artefactos eléctricos, así como la muerte de animales domésticos. “El agua se empozó en varias cuadras. Nunca el agua ha llegado a este nivel”, dijo uno de los entrevistados.
Alto Trujillo
Las aguas que descendieron por este nuevo distrito de Trujillo destruyeron casas y vías. En el sector Tierra del Sol, unos trescientos metros de pistas y veredas colapsaron tras las fuertes lluvias. El tránsito en esta zona quedó restringido. Una comerciante, en su desesperación por impedir que el agua de lluvia ingrese a su precaria vivienda, colocó más de treinta sacos de ajos. Su esfuerzo fue en vano.
Otra vez el centro de Trujillo
Las calles aledañas al centro de la ciudad también quedaron inundadas. En las avenidas América, Miraflores, Juan Pablo II y muchas otras se vive un caos total. “Todo fue de un momento a otro. No teníamos ningún reporte de que vendría un huaico. Además, no había luz en la noche. Toda el agua entró a mi casa”, contó a este medio una vecina que reside en la avenida Los Colibríes, sector San Judas Tadeo.
En esta zona, decenas de casas quedaron enlagunadas. El nivel del agua empozada les llegaba por encima de los tobillos.
Repasa los daños reportados en distintos puntos de la ciudad en esta galería:
Wichanzao es uno de los sectores más afectados por las lluvias.
Al menos 300 viviendas en La Esperanza quedaron inhabitables.