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Niño Guerrero: el capo del Tren de Aragua que vivía en una cárcel con discoteca y piscina

En la prisión de Tocorón, donde purgaba condena por homicidio, vivía lleno de lujos. Logró escapar tras una incursión policial que tenía por objetivo desarticular al Tren de Aragua.

Héctor Guerrero Flores, conocido como el Niño Guerrero, ha surgido como uno de los criminales más temidos y sanguinarios de Venezuela y, por extensión, de América Latina. Es el líder del infame Tren de Aragua, una de las mayores organizaciones criminales de su país, y su influencia se ha extendido mucho más allá de las rejas de la prisión de Tocorón, ubicada a unos 140 kilómetros al suroeste de Caracas.

El miércoles 20 de setiembre, las autoridades venezolanas llevaron a cabo una operación de gran envergadura para desmantelar las bandas criminales que operaban en la prisión de Tocorón, que hasta entonces había sido el centro de operaciones del Niño Guerrero y su imperio criminal. Aunque las autoridades informaron que habían tomado el control total de la prisión y detenido a 88 personas, la pregunta que queda en el aire es: ¿dónde está el Niño Guerrero?

Niño Guerrero: el origen del mal

Héctor Guerrero Flores, natural de Maracay, la capital del estado de Aragua en Venezuela, ingresó al mundo del crimen a principios de la década de 2000. Sus primeros delitos incluyeron el asesinato de un oficial de policía en 2005, lo que lo llevó a ser arrestado en 2010 y encarcelado en la prisión de Tocorón por cargos de tráfico de drogas, homicidio y robo.

El líder del Tren de Aragua llevaba una vida llena de excentricidades en prisión.
La Policía desconoce el paradero del Niño Guerrero.

Sin embargo, su paso por la prisión no fue un impedimento para su carrera criminal; por el contrario, Tocorón se convirtió en su plataforma de poder. Aprovechando su influencia sobre la población reclusa, el Niño Guerrero se convirtió en el líder supremo de lo que se conoce como el Tren de Aragua.

Tren de Aragua: el salto fuera de Venezuela

Bajo el liderazgo del Niño Guerrero, el Tren de Aragua dejó de ser una pandilla carcelaria local para convertirse en un cártel del crimen internacional. Su influencia se extendió desde las celdas de Tocorón hasta los barrios de Venezuela, minas ilegales de oro en el estado de Bolívar, rutas de narcotráfico hacia Trinidad y Tobago, y luego a otros países latinoamericanos como Perú, Ecuador y Chile, siguiendo la migración de los venezolanos.

Más de 4 mil miembros en Latinoamérica

Este imperio criminal se cree que está compuesto por más de 4 mil personas en toda la región y se financia a través de una amplia variedad de delitos, que incluyen extorsión, secuestro, robo, estafa, minería ilegal del oro, contrabando de chatarra, homicidios, narcotráfico y lavado de dinero, trata de personas, tráfico de migrantes y venta de armas a otros grupos criminales.

Cárcel de Tocorón: la Catedral II

Para entender cómo el Niño Guerrero pudo expandir su imperio desde la prisión, es necesario comprender las circunstancias extraordinarias en Tocorón. Esta prisión, lejos de ser un lugar de castigo, se había convertido en una especie de reino criminal que ofrecía comodidades que iban más allá de lo inimaginable en una cárcel.

Cárcel con discoteca, piscina y otros lujos

La prisión de Tocorón contaba con discoteca, piscina, parque infantil, casino, restaurantes, bares, licorerías, cajeros automáticos y hasta un zoológico con animales exóticos. Estos lujos eran financiados con las ganancias de las actividades criminales de los reclusos.

El Niño Guerrero vivía en su propio piso, equipado con camas matrimoniales, televisores de pantalla plana y equipos de sonido. Incluso tenía su propia custodia y nadie podía ingresar sin su permiso. Esta prisión a medida, diseñada para mantener el control de los pranes, ofrecía al Niño Guerrero un refugio seguro desde donde dirigir su vasto imperio criminal.

¿Dónde está el Niño Guerrero?

La reciente operación en Tocorón es un hito importante en la lucha contra el crimen en Venezuela, pero el éxito de esta operación dependerá en última instancia de la captura del Niño Guerrero y su círculo cercano. La operación puede haber desmantelado la estructura en la prisión, pero la verdadera pregunta que queda es si el líder de esta organización criminal logró escapar antes de la redada.

Las autoridades aún no han dado detalles sobre el paradero del Niño Guerrero. La evasión exitosa sería un golpe devastador para las fuerzas del orden y podría dar lugar a una nueva ola de criminalidad en la región. El Niño Guerrero representa un peligro no solo para Venezuela, sino para toda América Latina. Su influencia se ha expandido más allá de las fronteras y su habilidad para operar desde la prisión es una advertencia de la profundidad de la corrupción en el sistema penitenciario venezolano. Mientras las autoridades continúan buscándolo, la región permanece en alerta ante la amenaza que representa  uno de los criminales más notorios de América Latina.