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Tragedia rondó en Argentina: cable de alta tensión casi tira a Messi y compañía del bus durante festejos

Leo y su banda pudieron burlar, como buenos gambeteadores, un cable de alta tensión que pudo tirarlos del bus descapotable durante las celebraciones por el título mundial de fútbol. Superado el momento siguen los festejos.

Euforia. Algarabía. Una alegría intensa se vive en Argentina tras la consagración de su selección en la Copa Mundial de la Fifa Qatar 2022. Sus jugadores, con Lionel Messi a la cabeza, fueron recibidos como héroes tras vencer a Francia en la mejor final de todos los tiempos. Y no era para menos.

Desde que aterrizó el avión en suelo argentino, la madrugada del martes 20, el conjunto albiceleste recibió incansables muestras de afecto. Fue tal el desborde de la gente por la ‘Scaloneta’ que los jugadores tuvieron que subirse a esa hora al bus descapotado, cuando tenían previsto hacerlo en horas de la mañana para recorrer las principales calles de Buenos Aires.

Caravana de la selección argentina es recibida por millones de hinchas en Buenos Aires.
Locura total. Argentina celebra a lo grande su tercera estrella mundial.

Tremendo susto

Fue en el recorrido del aeropuerto al predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) en Ezeiza, donde la tragedia rondó y pudo opacar las celebraciones. Los máximos referentes de la selección, Leo Messi, Nicolás Otamendi, Ángel Di María, Rodrigo de Paul y Leandro Paredes viajaban en la parte posterior del bus y estuvieron muy cerca de impactar con un cable de alta tensión que les pasó rozando por encima de la cabeza.

Fue Nico Otamendi quien se dio cuenta del peligro y pegó un grito que alertó a sus compañeros. Messi, Angelito y Rodri, pudieron esquivar el cable a tiempo; Leandro casi lleva la peor parte, pues estaba mirando a la multitud. Por fortuna, el cable rozó su gorra y la tiró.

A pesar del desagradable momento, todo continuó con normalidad y los campeones del mundo pudieron llegar a la sede de la AFA, donde descansaron antes de iniciar la caravana por las calles de Buenos Aires, donde fueron ovacionados por más de seis millones de personas. Una verdadera locura.