En medio de una escalada de violencia que devasta Sudán, la región de Darfur enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, advirtió el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU. Con la población al borde de la inanición, la urgencia de la ayuda humanitaria es más crucial que nunca.
Sudán: una lucha por sobrevivir
La desesperación se cierne sobre Darfur mientras la población se ve obligada a recurrir a medidas extremas para sobrevivir. Según Michael Dunford, director regional para África Oriental del PMA, la gente se ha visto forzada a subsistir con una dieta indigna, alimentándose de “pasto y cáscaras de maní”. Esta situación extrema es una consecuencia directa del conflicto que asola la región desde hace años.
Esta entidad reveló que más del 95 % de la población no puede permitirse una comida completa al día, en medio de la guerra civil entre el ejército y un grupo paramilitar que rápidamente ha conquistado varios sectores del país.
La gente se ha visto forzada a subsistir con una dieta indigna, alimentándose de “pasto y cáscaras de maní”. Esta situación extrema es una consecuencia directa del conflicto que asola la región desde hace años.
Sudán se encuentra inmerso en una guerra civil desde abril de 2023, cuando estallaron los enfrentamientos entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), paramilitares que han sembrado el terror y la destrucción a su paso. La escalada de la violencia ha desencadenado un éxodo masivo de refugiados.
Un símbolo de resistencia
En ese contexto, la ciudad de El Fasher se ha convertido en un bastión de resistencia contra las RSF. Sin embargo, incluso aquí, la violencia no cesa. Toby Hayward, coordinador humanitario adjunto de la ONU para Sudán, describe una situación desesperada, con asesinatos indiscriminados, incendios deliberados y bombardeos aéreos indiscriminados que destruyen vidas y comunidades enteras.
Más del 95 % de la población no puede permitirse una comida completa al día, en medio de la guerra civil entre el ejército y un grupo paramilitar que rápidamente ha conquistado varios sectores del país.
Mientras la violencia se intensifica, la entrega de ayuda humanitaria se ve obstaculizada por trámites logísticos y burocráticos. Las restricciones impuestas por las autoridades en Port Sudan y la interrupción de los convoyes de ayuda desde Chad han exacerbado la situación, dejando a más de 1,7 millones de personas en Darfur en una situación de emergencia alimentaria.
Con millones de personas desplazadas y en necesidad urgente de ayuda, Sudán se enfrenta a una de las peores crisis humanitarias de su historia. La comunidad internacional debe responder con celeridad y determinación, brindando el apoyo necesario para aliviar el sufrimiento y evitar una tragedia aún mayor en esta tierra devastada por la guerra. La vida de millones de personas depende de ello.
