Me resistía a verla, tal vez, porque me hacía ruido toda la polémica detrás de ella o por terminar de desilusionarme al encontrar las razones para no considerarla como un buen producto; pero cedí a la presión social y la vi.
Sonido de libertad (Alejandro Monteverde, 2023) nos cuenta como un agente especial del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, quien se dedicaba a capturar pedófilos, hasta que se topa con un caso que lo conmueve al punto de involucrarse y, por fin, ir a la raíz del problema del tráfico sexual infantil.
Leer más: “One Piece” un éxito o hasta que por fin Netflix lo logró: “Sonido de libertad”: susurros exagerados contra el tráfico de niñosTimothy “Tim” Ballard, interpretado por Jim Caviezel, se viste o transforma en un Rambo moderno en busca de salvar a una niña secuestrada, para lo cual debe sumergirse en las cloacas del negocio que gira en torno a la explotación carnal de menores de edad.
Se viste o transforma en un Rambo moderno en busca de salvar a una niña secuestrada, para lo cual debe sumergirse en las cloacas del tráfico sexual infantil.
Caviezel trata de transmitir todo ese dolor, confusión o acercamiento hacia las víctimas, esos pequeños niños esclavizados para el placer de monstruosos millonarios o guerrilleros desalmados.
El actor cumple o, como mencioné líneas arriba, trata de cumplir, pues una mirada perdida, alguna lágrima suelta no llega a convencer de todo.
Si a ello le sumamos el estereotipar de manera casi mal intencionada a personajes como los pederastas solo logran deshumanizarlos; nos lo presentan como caricaturas exageradas, con la intención de generar contra ellos temor o asco.
Ojo, la temática es fuerte y real, pero todo ese contexto sobre un entramado tratando de bloquear a la cinta, es una exageración, pues no se lanza más datos que los genéricos sin afectar realmente a los que solicitan y abusan de los niños.
La cita nos deja con los sucios, borrachos, pervertidos y desalmados latinos, quienes son los únicos villanos de esta historia.
Pero en sí no se toca de forma abierta de donde nace ese tráfico provocado por la necesidad/solicitud existente en el mercado estadounidense, que es el que provoca este negocio.
Sonido de libertad es una cinta de acción que trata un tema vulnerable y delicado, donde el personaje principal se transforma en otro supernorteamericano que va a salvar a los pobres niños latinos de la maldad provocada por otros latinos que los esclavizan.
En el aspecto técnico, la música crea una atmósfera adecuada, con canciones, por momentos, muy acertadas; en cuanto a las luces y las cámaras son correctas, con algunas tomas interesantes.
Pero el filme por completo termina cayendo en la gran bolsa de producciones de acción que buscan impactar en el público con un tema tratado de manera superficial, sin ahondar en las reales causas. Película genérica, al fin y al cabo.
En el aspecto técnico, la música crea una atmósfera adecuada, con canciones, por momento, muy acertadas; en cuanto a las luces y las cámaras son correctas, con algunas tomas interesantes.
Todo el escándalo mediático que vistió la campaña de marketing ejecutado por la distribuidora, ayudó sobremanera a vender la cinta, convirtiéndola a la fecha en un éxito en el tema de recaudación, puesto que ha multiplicado por casi quince el presupuesto invertido.
Si te gustan las películas que son mezcla de acción con temáticas sociales que apelen a tus sentimientos puede que llegue a gustarte; pero si buscas un filme que remueva las bases/ influencia del tráfico sexual infantil como tal, esta obra no llega más que a mostrar, de manera muy segada, un asunto demasiado serio.
Sacando provecho a esta película podríamos decir que exhibe algo evidente en nuestra sociedad mundial, sin hacer otra cosa que mostrar lo evidente, dejándonos con ganas de tener un contenido que genere conciencia sobre el tema.