Nadie entiende a Juan Reynoso. Armó el mejor once de los primeros seis partidos de Clasificatorias, pero lo desarmó en 60 minutos. Perú igualó 1-1 con Venezuela, tras un gran inicio que le otorgó su primer gol en 540 minutos. La Blanquirroja cierra el 2023 con dos puntos de 18 posibles, y última. “Fuera, Reynoso”, retumbó el Estadio Nacional al finalizar el compromiso.
La desilusión y la amargura se desbordan entre los seguidores peruanos después de seis jornadas en las Clasificatorias sudamericanas. Son 467 minutos sin conseguir un gol, sin experimentar la victoria. El empate 1-1 contra Venezuela, en el Estadio Nacional, sitúa a Perú en la última posición de la tabla, a escasos tres puntos de la zona de repesca. El porvenir de la Bicolor se ve envuelto en incertidumbre, cargado de cuestionamientos que solo el tiempo podrá resolver.
Perú: un inicio prometedor
La primera mitad de estas Clasificatorias había avivado la esperanza. Perú exhibió su mejor juego, una actitud renovada que tanto se demandaba. Cada jugada era encarada con determinación, poniendo en aprietos a un equipo venezolano superado. A los nueve minutos, Lapadula forzó una jugada en ataque, cediendo a Yotún, quien emergió por el medio. Lamentablemente, ‘Yoshi’ no encontró el espacio necesario para vencer al arco de Romo, quien respondió con una intervención destacada.
La desilusión y la amargura se desbordan entre los seguidores peruanos después de seis jornadas en las Clasificatorias sudamericanas. Son 467 minutos sin conseguir un gol, sin experimentar la victoria. El empate 1-1 contra Venezuela, en el Estadio Nacional, sitúa a Perú en la última posición de la tabla, a escasos tres puntos de la zona de repesca. El porvenir de la Bicolor se ve envuelto en incertidumbre, cargado de cuestionamientos que solo el tiempo podrá resolver.
La primera mitad de estas Clasificatorias había avivado la esperanza. Perú exhibió su mejor juego, una actitud renovada que tanto se demandaba. Cada jugada era encarada con determinación, poniendo en aprietos a un equipo venezolano superado. A los nueve minutos, Lapadula forzó una jugada en ataque, cediendo a Yotún, quien emergió por el medio. Lamentablemente, ‘Yoshi’ no encontró el espacio necesario para vencer al arco de Romo, quien respondió con una intervención destacada.
Pero la redención llegó ocho minutos después. Yotún, con total jerarquía, ejecutó un cabezazo colocado que venció la valla venezolana, tras un excelente servicio de Grimaldo. Perú lideraba con fútbol y temple. Grimaldo, con una jugada individual, estuvo cerca de ampliar la ventaja, pero el arquero Romo desvió su remate al tiro de esquina.
Golpe de Venezuela
La segunda mitad fue un giro radical. Venezuela se volcó de manera más agresiva en ataque, mientras Perú permitía que su oponente creciera más de la cuenta. Jugadores como Soteldo, Rondón, Savarino y, sobre todo, Machís, se convirtieron en una pesadilla para la defensa peruana. Sobre los 54 minutos, Machís desbordó a López, envió un centro para Savarino, quien no perdonó frente a Gallese, igualando el marcador 1-1.
Este gol fue un golpe duro para la Bicolor, que luchó por recuperar la memoria de su desempeño destacado en el primer tiempo. Juan Reynoso ajustó su estrategia, introduciendo a Flores, Zanelatto, Carrillo y Guerrero, buscando soluciones que no llegaron. Perú se transformó en un equipo impreciso, dubitativo, inofensivo y sin ideas. Una marcada diferencia entre los dos tiempos del partido.
El empate persistió hasta el final, consolidando a Perú en el último lugar de las Clasificatorias al cierre del año. Las dudas se ciernen sobre el equipo, y las sensaciones de frustración, rabia y tristeza permanecen en el aire. La incertidumbre se apodera de los corazones de los seguidores, y la espera se prolongará hasta septiembre de 2024, cuando se reanuden las Clasificatorias.
El rendimiento de la Bicolor, una montaña rusa de emociones, refleja la complejidad del fútbol y la imprevisibilidad de los resultados. La capacidad de un equipo para sostener su rendimiento a lo largo de los 90 minutos, y más aún durante una serie de encuentros, es un desafío monumental. Las expectativas, el deseo de victoria y la frustración ante los resultados adversos tejen una trama compleja que envuelve a jugadores, cuerpo técnico y aficionados.
En este contexto, se abre un período de reflexión para el fútbol peruano. ¿Cuáles son los factores que inciden en la inconsistencia del rendimiento? ¿Cómo se puede mantener la calidad de juego a lo largo de todo el partido? ¿Qué ajustes tácticos y estratégicos son necesarios para enfrentar equipos que pueden cambiar drásticamente su enfoque entre tiempos? Estas preguntas deben ser abordadas con seriedad y meticulosidad para trazar un camino más consistente y exitoso en el futuro.
La travesía de la Bicolor en estas Clasificatorias ha sido una montaña rusa emocional para los fanáticos, pero también una oportunidad de aprendizaje. En cada altibajo, en cada empate y derrota, reside la posibilidad de crecimiento y mejora. La pasión por el fútbol peruano persiste, y con ella, la esperanza de que en el próximo capítulo, la Bicolor logre encontrar la consistencia y el éxito que sus seguidores anhelan.