Sus días, o, mejor dicho, sus años de operar con total impunidad llegaron a su final. La organización criminal los Elefantes de La Esperanza, dedicada al tráfico ilícito de drogas en este y otros cuatro distritos de Trujillo, recibió un certero golpe tras la detención de 32 de sus miembros.
Lo que se hereda no se hurta
La banda era integrada, en su mayoría, por un clan familiar liderado por Rosa María Carranza, alías Tía Kalo; y sus hijos Rosa Torres Marín, Yonhy Rivero Marín y Jessica Torres Marín, quienes tenían su centro de operaciones en el distrito La Esperanza. Pero como la banda se conformaba en total por 38 personas —de los cuales 32 fueron capturados esta madrugada— extendían sus tentáculos en Florencia de Mora, Alto Trujillo, El Porvenir y Laredo.
Según información que maneja la fiscal provincial Magdalena Cisterna Burga del Equipo N.° 2 de la Fiscalía Especializada Contra la Criminalidad Organizada, esta red criminal operaba desde hace veinte años en La Esperanza.
Desde ese tiempo empezó a extender sus ilícitos negocios con el apoyo de malos efectivos de la Policía Nacional, quienes sabiendo la actividad ilícita a la que se dedicaban, los extorsionaban para evitar, frustrar y advertir intervenciones conjuntas entre la PNP y la Fiscalía. En buen cristiano, les allanaban el terreno para que operen sin problemas, previo pago de fuertes sumas de dinero.
Cruzaron la línea de la ley
En el megaoperativo conjunto entre la Policía y la Fiscalía contra el Crimen Organizado de La Libertad, se detuvo a ocho agentes en actividad, uno de ellos un oficial de la Policía Nacional del Perú (PNP) que, según reveló el jefe de la Tercera Macrorregión Policial, general PNP Augusto Ríos Tiravanti, desempeñaría un papel clave en el funcionamiento de los Elefantes de La Esperanza.
“El oficial intervenido evidentemente juega un papel clave en la organización, pues tiene a su cargo personal policial. De estos ocho efectivos policiales, uno de ellos brindaba seguridad a la banda, otros proporcionaban información privilegiada, como alguna acción policial en contra de ellos y también extorsionaban a la banda para que continúen operando y realizando sus actividades ilícitas”, indicó.
Ríos Tiravanti detalló que en total son diez policías vinculados a esta organización, pero solo se pudo detener a ocho de ellos. Estos malos agentes pertenecen a unidades de la División de Investigación Criminal (Divincri), Escuadrón Verde, Grupo Terna, entre otros.
“Los efectivos pertenecían a una determinada unidad policial, pero como esta banda se ha mantenido en el tiempo, cuando los policías eran rotados seguían en contacto con la banda. Esa ha sido la conducta típica delictiva de los efectivos policiales que hemos capturado y que integraban esta organización criminal. Han sido intervenidos en sus unidades policiales y en sus domicilios”, prosiguió.
De estos ocho efectivos policiales, uno de ellos brindaba seguridad a la banda, otros proporcionaban información privilegiada y también extorsionaban a la banda para que continúen operando y realizando sus actividades ilícitas
El jefe PNP no descartó que haya más efectivos implicados. “Podría haber malos fiscales, malos jueces. La investigación va a continuar. Hay escuchas telefónicas que analizar. Hay detenidos que se van a acoger a la colaboración eficaz”.
Así fue el golpe
El megaoperativo para desarticular a los Elefantes de La Esperanza se planificó hace ocho meses. Personal de la Oficina Regional de Inteligencia les seguía los pasos. Tras analizar las escuchas telefónicas de los cabecillas de esta red criminal se destapó la caja de pandora. Se reunió la evidencia que comprometía a los diez efectivos en actividad y se presentó el caso ante la Fiscalía Contra el Crimen Organizado de La Libertad.
Se allanaron 38 inmuebles ubicados en La Esperanza, Florencia de Mora, Laredo, El Porvenir, Salaverry y Casa Grande.
Participaron 41 fiscales y se requirió del apoyo de 65 patrulleros para intervenir en simultáneo en todas las viviendas. En estas se pudo incautar cinco armas de fuego, 24 cartuchos, cinco cacerinas, cinco teléfonos celulares, cinco memorias USB, una balanza en la que pesaban la droga, 2395 ketes de pasta básica de cocaína (PBC), 600 gramos de PBC y 5350 soles en efectivo.
También se decomisó documentación confidencial sobre transferencias bancarias que demostrarían la forma en la que esta banda amasó cientos de miles de soles con la venta de droga. Todos estos elementos probatorios ya obran en poder de la fiscal provincial Magdalena Cisterna Burga.
Ellos son
El Ministerio Público reveló la identidad de los intervenidos en el operativo. Se trata de los policías Nilton Edwin Llempén Vásquez, alias Muelas de fierro o Llempén; Javier Daniel Acosta Yacila, (a) Acosta; Jean Pierre Carrillo Peralta, (a) Carrillo; Percy Junior Pumamango Gutierrez, (a) Pumamango; Oscar Adrián Silva Santiago, (a) Silva; Hermes Eduardo Polo Morales, (a) Polo; Christian Josué Dioses Girón, (a) Dioses; May Tayson Rafael Eguia Trauco, (a) Toto, Coto o Cuto.
A ellos se suman Luis Omar Llempen Torre, (a) Gordo Lucho o Chato Lucho; Juan Carlos Cueva Montoya, (a) Serrano; Yuliana Inabel Perez Roldan, (a) Ely; Rossania Rosmeri Ramos Usquil, (a) Rossania; Isabel Asucena Mariños Vargas, (a) Chabuca; Yessenia Paola Urquiza Pérez, (a) Gorda Yessenia; Carmen Rosa Pérez Horna, (a) Loca Carmen; Fernando Cosme Pérez Horna, (a) Yayo.
También figuran Milton Segundo Marín Carranza, (a) Mudo Julio; Víctor Miguel Guevara Paredes, (a) Víctor; María Natividad Vera Benites, (a) Mami; Carlos Alberto Veneros Huarniz, (a) Gringo; Carlos Elmer Venegas Díaz, (a) Bigote; José Luis Saldada Chávez, (a) Chato; Cristian Yeynson Bautista Roncal, (a) Loco Cristian; Juana Estela González Rodríguez, (a) Chata Juana; Víctor Segundo Lurita Paredes, (a) Lurita; Williams Cristian Castro Flores, (a) Cristian; Carlos Alberto Calderón Esquerre, (a) Mecánico.