Una menor de 16 años, quien fue raptada en el cruce de la calle Hermanos Angulo y la avenida Pumacahua en el distrito de El Porvenir, fue rescatada de una supuesta red de trata de personas en la mina Lajón, ubicada en el caserío otuzcano con el mismo nombre (Buenapepa no publica ningún dato o información que conlleve a la identidad de menores de edad víctimas y agresores en casos de violencia).
El 26 de julio, la adolescente fue reportada desaparecida por sus padres. Desde entonces, sus familiares vivieron un calvario, pues el agresor les enviaba fotos por la mensajería de WhatsApp de cómo la maltrataba. Fueron varios días de duelo y tensión hasta que la menor logró enviar información sobre su paradero en la mina Lajón, donde se encontraba retenida.
“Lleno de impotencia al ver moretones en el cuerpo de mi hija, me comunicaba en clave con ella. En una de nuestras conversaciones, ella me comenta que estaban viajando a un caserío de Otuzco. Allí es cuando avisé a la Policía y viajamos hacia donde supuestamente la llevaron. Encontramos solamente a mi hija en pésimas condiciones”, relató el padre de la niña.
Desde entonces, sus familiares vivieron un calvario, pues el agresor les enviaba fotos por la mensajería de WhatsApp de cómo la maltrataba. Fueron varios días de duelo y tensión.
La Policía logró identificar que el agresor es, supuestamente, Julio César Reyes Arena, quien también fue acusado de violación de una menor de edad en junio de este año. “Él abusó de otra niña. Los padres estaban buscándolo, mientras que la Policía ha esperado que ocurra un suceso de mayor gravedad para recién capturarlo. Además, la captura fue porque les avisé dónde él estaba; caso contrario, nunca lo encontrarían”, comentó el tío.
Debido a la forma de cómo hallaron a la menor, los policías manejan la hipótesis de un posible caso de trata; mientras tanto, los familiares temen que Julio Reyes pueda salir en libertad por falta de pruebas.
Secuestrada camino al gimnasio
Eran casi las tres de la tarde, cuando la adolescente salió de su domicilio de Laredo para dirigrse a un gimnasio en El Porvenir. En el camino, un auto la abordó y un hombre bajó de su vehículo. Era Julio César Reyes Arena. Según, la acusación, él la subió a la fuerza y la llevó a un lugar desconocido. Pasaron horas y la niña no volvía a casa.
Sus padres notificaron su desaparición en la comisaría de Laredo. En efecto, nada aliviaba la incertidumbre que les albergaba. No tuvieron formas de comunicarse con la menor por más de 5 días hasta que recibieron mensajes vía WhatsApp que aumentaba el temor de no volverla a ver. Los mensajes revelaban que la menor sufría de agresión física, pues el sujeto la ultrajaba con cargador, soga y objetos punzocortantes. Además, la adolescente reveló a sus padres haber sido abusada sexualmente.
El día sábado, la trasladaron a la mina Lajón. Allí, según comentan los familiares, les esperaba otras personas que no lograron identificar. Por ende, los agentes policiales manejan la hipótesis de que se trataría de un caso de tráfico de mujeres.
Lajón es un caserío de Otuzco donde la minería ilegal, con todas sus patologías, campean a diestra y siniestra. Denuncias sobre asesinatos asaltos y sicariato son comunes en esa jurisdicción.