Se ríe. Lo hace de nervios. Los agentes le rodean y le recriminan por qué corre. “No tengo nada, tengo mis cosas. Me asusto”. Alejandro Ruiz Manzanedo abre su mochila negra y sigue riendo.
La risa nerviosa, a decir de los sicólogos, actúa como una respuesta inconsciente ante una situación amenazante y nos prepara para afrontar realidades complicadas. Alejandro Ruiz sabe que está en esas circunstancias. En su mochila tiene tres teléfonos celulares y no sabe cómo justificar su procedencia.
“Yo trabajo aquí, soy de servicio técnico”, les dice a los agentes de la Policía Fiscal que han acudido a la galería El Dorado, en el distrito Ate Vitarte, en Lima. En este centro comercial, ubicado en la avenida Nicolás Ayllón 5079, siempre se acopian y venden teléfonos reportados como robados.
Los agentes, en un operativo sorpresa, intervienen varios estands donde se ofrecen al público modelos de celulares de diversas marcas. En los exhibidores hay equipos de alta gama que los agentes revisan para conocer su procedencia.
— ¿Están robados los celulares?
Justino Marcos Gómez Leyva calla. Los agentes vuelven a preguntar, pero no hay respuesta.
Los efectivos revisan al detalle su estand y ¡bingo! Hallan varias decenas de teléfonos móviles. En un puesto aledaño también hallan equipos sujetados con ligas. Todos estos son cotejados en el sistema de Osiptel, el organismo regulador de las telecomunicaciones en Perú, y los resultados confirman sus sospechas: han sido reportados como robados.
La Policía también detiene a un tercer sujeto que trabaja con ellos. Fue identificado como Rosvel Cure Huacra, de 32 años. En total, los efectivos decomisaron 86 teléfonos robados en varios distritos de Lima, valorizados en aproximadamente 100 mil soles.
Los detenidos fueron puestos a disposición de la Tercera Fiscalía Provincial Corporativa de Santa Anita para las diligencias. Ellos serán denunciados por el delito de receptación y comercio ilegal de los celulares.
De vuelta a sus dueños
Tras confirmar la identidad de los titulares de los equipos, la Policía Nacional, a través de la Dirección de la Policía Fiscal, programó la entrega de los teléfonos a sus dueños. La cita fue en el complejo policial Chorrillos. Hasta aquí llegaron adultos mayores, madres de familia, jóvenes, quienes habían sido víctimas de la delincuencia común que azota a la capital.
“Le compré un teléfono a mi hija, estábamos en el micro y una mujer le dice: ‘Te han vomitado en el hombro’. Mi hija voltea a verse y otro hombre le quita el teléfono de su cartera. Eran cuatro cinco que estaban en el micro”, contó la señora Flores Aramíbar Iveth tras recibir de vuelta el equipo móvil.
Otra joven, que sufrió el robo de su teléfono en un vehículo de transporte público el 2020, también recibió de vuelta su móvil.
Celulares robados
En el Perú el robo de celulares es el pan de cada día y esto va de la mano con la venta informal de estos dispositivos en diferentes centros de atención que en su mayoría son informales. El Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), alertó que el promedio diario de celulares robados en el Perú va en aumento. Según su director de Fiscalización, solo durante febrero de 2023, se han hurtado cerca de 142 mil teléfonos.