Por César Ortiz Anderson, presidente de Aprosec
Tanto se ha hablado sobre el plan Bukele en las últimas semanas, que sería bueno conocer lo que se está hablando.
Para que se trabaje este plan, Nayib Bukele, presidente de El Salvador, realizó un desmoronamiento del estado de derecho. Se tuvieron que tomar instituciones estratégicas del Estado, como la Fiscalía y Poder Judicial; no habría otra manera para que en un relativo mediano plazo obtuviera los resultados medibles de una muy importante reducción del accionar de las pandillas, las temibles maras.
Plan Bukele en marcha
Lo que hizo fue no respetar algunos derechos humanos, como ejemplo se dieron redadas y juicios masivos, contra organizaciones delictivas; no se dieron responsabilidades penales individuales, ya van 17 meses que están en un régimen de excepción. Ante esta situación, se dio un fenómeno que el pueblo salvadoreño no necesariamente apoyaba a una democracia que estaba llena de corrupción.

En estos cuatro años de gobierno de Bukele, una estrategia usada es que no ha brindado ninguna entrevista a cadenas de comunicación ni nacionales ni extranjeras, tampoco comunicaba sus planes y estrategias; primero las trabajaba y luego las explicaba.
En mi opinión, el gobierno de Bukele es ideológicamente agnóstico, gobierna con lo que le conviene a El Salvador. A Bukele ahora se le conoce como el dictador más cool del mundo.
Hoy en El Salvador las leyes son iguales para todos, lo que sucedió en las anteriores legislaturas se terminó, hoy quienes permitan la corrupción e injusticias, se vuelve cómplice de ellas.

La legislatura en El Salvador está marcando un precedente en el combate frontal a la corrupción, al retirar la inmunidad a legisladores corruptos, no importando al partido político que pertenezca y con el ejemplo se enseña.
¿Funcionaría en Perú?
Un diputado del partido de Bukele, Erick García, estuvo implicado en un caso de corrupción, fue desaforado por el resto de diputados con 79 votos de 84. Hoy afronta un juicio y es casi seguro que acabara en prisión. El Salvador tiene una asamblea legislativa unicameral de 84 diputados, que será reducida a 60 diputados a partir del mes de enero del próximo año. Las palabras de Bukele fueron “basta de diputados residuos”.
Con lo dicho hasta acá, pregunto cuántos políticos en general y congresistas en particular apoyarían el Plan Bukele, sin duda la respuesta es más que obvia: se acabó el Plan Bukele.