Escribe Sebastián Bocanegra Salas
Todos los jueves, al caer la noche, los aficionados al motor preparan sus autos con la finalidad de salir a correr. Las máquinas se encienden para quemar llanta en las pistas trujillanas. Los conductores se sumergen en una actividad riesgosa e indebida: los piques ilegales.
Se exponen a recibir multas que sobrepasan los mil soles o, aún peor, arriesgan su integridad física y la de otros. Pero así es la pasión, se vive y goza al límite.
El automovilismo es un deporte siempre emergente en el Perú. Modalidades como autocross y drifting adquieren notoriedad; pero todos los esfuerzos y promoción se centran en Lima, por lo que dejan un gran vacío en el resto del país.
Se exponen a recibir multas que sobrepasan los mil soles o, aún peor, arriesgan su integridad física y la de otros. Pero así es la pasión, se vive y goza al límite.
Es bien sabido que el deporte motor ha sido parte importante de la identidad de otras provincias, como Tacna, que en su autódromo recibe no solo a locales; sino, además, es anfitrión de competencias internacionales con el país vecino, Chile.
También destaca Ayacucho, con el conocido tramo Huancayo-Ayacucho, parte de la emblemática competencia Caminos del Inca. Esta provincia también es sede del Premio Presidente de la República, que organiza el Automóvil Club Peruano. Sin contar con el arraigo de los ayacuchanos hacia las competencias de rally, pues este ha sido parte de su historia desde el siglo pasado.
¿Dónde estás que no te veo?
Observando el panorama nacional, es evidente la nula presencia de La Libertad en esta disciplina. Parece que no existe interés por ser parte del movimiento automotor.
La Libertad, en especial Trujillo, es hogar de multitud de amantes de los autos. Cientos de aficionados modifican sus vehículos con el fin de obtener, ya sea, la mayor velocidad en el cuarto de milla, la mayor estabilidad para pista o la mejor destreza para sortear los complicados tramos del rally.
Estos aficionados no cuentan con un lugar donde desarrollarse de forma profesional, ya que, en La Libertad, no existe un autódromo, para probar máquinas y habilidades.
Es sorprendente, pues en los últimos diez años, el crecimiento económico del país, ha generado un aumento considerable en la importación de vehículos, al punto de llevar la infraestructura vial al borde del colapso, tanto en Lima como en provincias.
Con más autos en circulación, aumenta también la cantidad de personas interesadas en los autos, competencias o preparación de ellos.
Piques: freno en seco
Los apasionados por el motor, no perciben el apoyo del Estado. Adolfo Burgos, integrante del Club AE86 Trujillo, es un emprendedor y padre de familia, quien está involucrado en el mundo automotor desde temprana edad.
Afirma que las personas participan en piques (carreras de cuarto de milla) ilegales por el simple hecho de la falta de promoción y apoyo a eventos legales.
Durante mayo, se inscribió a una competencia de piques legales en Salaverry; sin embargo, esta fue cancelada el mismo día del evento, debido a trabas impuestas por la municipalidad de ese puerto.
Los impedimentos para la organización de este tipo de actos no son nuevos, pues en el pasado estas fueron motivo para la desaparición de agrupaciones, como la extinta Trujillo Racing, que, al no recibir apoyado para organizar competencias, cesaron sus actividades.
Jamil Silva Achtar (26), quien es parte de la tercera generación de una familia entusiasta del mundo automotor, relata cómo su hermano tenía que llevar su auto hasta Lima, para poder correr en el kartódromo Santa Rosa.
Jamil, así como otros corredores callejeros, también tiene un recorrido profesional, debido a que ha participado en varias competiciones en La Chutana, el autódromo más grande del Perú, ubicado en Lima.
Él habla sobre cómo la falta de apoyo en La Libertad afecta, gravemente, al desarrollo del deporte; pero aún peor, incentiva a la organización de carreras bajo la ilegalidad.
Al igual que Adolfo, concuerda en que los corredores en general, se sienten perseguidos tanto por las municipalidades, como por la Policía; sin embargo, creen que la única solución al problema de los piques ilegales en Trujillo, es el apoyo por parte de las municipalidades para organizar eventos legales que promuevan la práctica segura de la disciplina de la velocidad.
Ricardo Muñoz, quien también proviene de una familia arraigada al deporte, entiende el rechazo de las municipalidades hacia este tipo de certámenes, pues es cierto que implican un moderado nivel de riesgo, por la posibilidad de que ocurran accidentes.
Sin pistas
La falta de un autódromo o kartódromo en Trujillo obliga a la realización de eventos legales para tratar de solucionar el problema de los piques callejeros.
Actualmente, se impulsa el automovilismo desde la empresa privada, como Aire Simbal, firma que, en julio del 2023, trató de organizar el primer evento de rally que Trujillo jamás había visto en los últimos años.
Sin embargo, también, fue boicoteado por la Municipalidad de Simbal, que retiró los permisos un día antes de la competencia.
Aun así, se sigue tratando de organizar eventos legales de la mano de Aire Simbal y otros inversores privados como RaceLab o HG Performance.
Los intereses de este tipo de eventos son múltiples, desde la activación económica por la compra de repuestos, reparaciones, pintura, venta de accesorios, modificaciones e incluso el turismo que podría incentivar un evento de rally o la realización de un autódromo.
El futuro del deporte automotor en Trujillo depende, en parte, del apoyo que las municipalidades puedan brindar para facilitar la realización de eventos legales del sector privado.
Este contenido es resultado del curso Introducción al Periodismo del programa de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Privada Antenor Orrego.