En la estela del fervor futbolístico, una tragedia asedió a una joven familia en Lima, cuando un padre, estudiante y trabajador fue alcanzado por dos disparos durante violentos enfrentamientos entre hinchas de Alianza Lima y Universitario de Deportes.
Aldair Morales Salinas, estudiante de arquitectura y padre de una niña de tres años, se encuentra en estado crítico después de recibir dos impactos de bala en la cabeza a raíz de los disturbios que siguieron al enfrentamiento entre los equipos que disputaban la gran final de la Liga 1, la noche del último miércoles.
Lima: así fue la tragedia
Morales Salinas, de 28 años, estaba de camino a comprar materiales de arquitectura en el distrito de San Juan de Miraflores cuando se desencadenaron los enfrentamientos violentos.
En medio del caos y la conmoción, dos tiros errantes alcanzaron a Morales Salinas. Posteriormente fue trasladado de urgencia a un centro médico donde se le sometió a una operación para contener una hemorragia cerebral causada por los impactos.
El estado de salud de la víctima es delicado y actualmente se encuentra en la unidad de trauma shock del hospital.
Cañete: peleas entre barristas de Alianza Lima y Universitario
Paralelamente, otra muestra de violencia fanática se produjo en Cañete, con un joven gravemente herido por una golpiza masiva protagonizada también por hinchas de Universitario de Deportes.
La violencia desmesurada ha causado un estrago considerable en la Plaza de Armas de Mala.
Este despliegue de animadversión se produjo a raíz del partido en que Universitario de Deportes se coronó campeón de la Liga 1 2023, venciendo 2-0 a Alianza Lima.
Pese a esta victoria, la celebración de Universitario fue opacada por la controversia que generó Alianza Lima al apagar las luces del estadio Matute inmediatamente después del final del partido.
Ahora, mientras las fuerzas del orden intentan esclarecer estos trágicos incidentes, el foco está en las cámaras de seguridad ubicadas en el lugar.
Se espera que proporcionen información crucial para determinar a los culpables de los hechos violentos y llevarlos ante la justicia. Mientras tanto, una familia espera y llora, su vida se balancea frente a ellos en un hilo muy frágil, una víctima colateral de la violencia desenfrenada que estalló en el nombre de un deporte que se supone que une a las personas.
