Semana Santa es sinónimo de viaje. De la oportunidad de desplazarse a nuevos destinos. Del momento preciso para compartir con la familia el disfrute de conocer un lugar fantástico. Y Nuevo Chimbote, en Ancash, reúne las características ideales para sacarle el juego al feriado largo.
En este distrito se puede hacer trekking (excursionismo) en bosques vírgenes, nadar con lobos marinos, disfrutar de la pesca del día, avistamiento de aves, visitar una réplica de la basílica de San Pedro y mucho más.
Nuevo Chimbote se ubica a 428 kilómetros al sur de Lima, el viaje en auto es de aproximadamente 6 horas y el pasaje en bus puede costar desde 40 soles. La oferta de hoteles y restaurantes es para todos los gustos y, sobre todo, es un lugar de gente alegre y acogedora.
Así mismo, de Trujillo está ubicado a 160 kilómetros y existen una oferta amplia de servicios de transporte, tanto de buses como de colectivos.
Nuevo Chimbote: con mucho sabor
Del mar a la olla. La gastronomía es exquisita y se prepara con pescado fresco del día. Ceviche clásico y de maruchitas, sudados, el popular combinoche y platos a base de raya. Nunca se pierde cuando se pide un cebiche en Chimbote.
Nuevo Chimbote es una de las ciudades más modernas del norte, con su gran Plaza Mayor y la Catedral de Nuestra Señora del Carmen y San Pedro Apóstol, una réplica exacta de la Basílica de San Pedro, incluso con las catacumbas en el sótano.
El bosque virgen de San Antonio es perfecto para hacer trekking y acampar. Está muy cerca del centro de la ciudad.
Para los amantes de los deportes de aventura este distrito es perfecto. Pueden recorrer la sensacional Ruta Marina Las Loberas, con playas como la hermosa Caleta Colorada con sus aguas color turquesa, El Dorado, las Loberas donde se puede nadar muy cerca de lobos marinos y el espectacular panorama de playa la Poza, una auténtica piscina de aguas calmadas.
El viajero encontrará en Nuevo Chimbote a los los Humedales de Villa María, una importante reserva natural como que sirve de alojamiento de aves migratorias que descansan en sus viajes desde Canadá hasta la Patagonia, además de ser el hábitat de garzas, parihuelas, entre otras especies.