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Miedo y xenofobia: obstáculos que limitan la denuncia de trata de personas

Las extranjeras que llegan el Perú son carne de cañón para la mafias que lucran con la prostitución. En este informe se recogen testimonios y se explica el marco legal que castiga esta práctica. ¿Por qué la leyes no se cumplen?

Colaboradores*
Esther Acaro Silva
Andrea Valdivieso Seminario 
Renzo Villamil Baras

El miedo y la percepción de xenofobia son algunos de los factores que se evidencian en los testimonios vinculadas a la trata de personas en la región La Libertad. Este  problema afecta a los migrantes, cuyas condiciones son  aprovechadas por los tratantes, quienes les venden falsas esperanzas de una vida mejor. Las víctimas no denuncian por miedo a ser discriminadas y maltratadas por la justicia y la sociedad.

Ana Claudia llegó a Trujillo en 2021. Tardó un mes y medio en conseguir un trabajo formal. “Encontrar empleo era complicado ya que constantemente era rechazada por ser de otra nacionalidad. Estaba totalmente dispuesta en trabajar 24 horas al día por un bajo salario”. 

El abogado penalistas y exfiscal Alfredo Galindo Peralta comenta que este tipo de vulnerabilidad induce a la víctima a mantenerse en silencio y precisa que un 90% de las mujeres extranjeras llegan al Perú por algún puesto de trabajo y en este proceso ellas se convierten en seres altamente vulnerables que, por necesidades económicas tienden a sujetarse a acciones de “los tratantes”, quienes emplean explotación sexual como una forma de actividad lucrativa. 

“No acepté su propuesta laboral, en ese momento quise denunciarlo, pero de ahí me dije a mí misma: ‘soy venezolana y las autoridades no harán nada al respecto’”.

¿Para qué?
Elaborar este reportaje nos condujo a vivenciar la trata de personas con fines de explotación sexual. Guardamos la identidad del siguiente testimonio que quedó registrado en audio y que refleja lo expresado por Galindo. Se trata de una joven de 23 años, quien, a inicios de 2022, acudió en busca de empleo a un bar de la avenida Miraflores de Trujillo. 

En un negocio se solicitaba una persona para  atención al cliente en el despacho de bebidas; sin embargo, era una trampa muy común y que las mafias usan para captar a las migrantes ilegales: no se exige experiencia laboral ni documentos en regla, solo buena presencia.

El señuelo es un monto considerable como pago. “No acepté su propuesta laboral (prostitución clandestina), en ese momento quise denunciarlo, pero de ahí me dije a mí misma, ‘soy venezolana y las autoridades no harán nada al respecto’”. Asegura que, bajo amenazas de muerte, “guardar silencio fue la mejor opción”. 

Las mafias se aprovechan de la falta de trabajo y capturan a sus víctimas. (Foto: El Peruano).
Las mafias se aprovechan de la falta de trabajo y capturan a sus víctimas. (Foto: El Peruano).

La trata de personas es un delito contemplado en el artículo 129-A del Código Penal. Vulnera, interrumpe y transgrede dos derechos humanos: la libertad y la dignidad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei), en el Perú, el 84,8 % de las víctimas son mujeres; entre enero y junio del presente año han registrado un total de 237 denuncias. En su portal, el Ministerio de Relaciones Exteriores advierte que el Perú es lugar de origen, tránsito, destino y movilización de personas con fines de explotación sexual, laboral, de adultos y de personas en minoridad: niños, niñas y adolescentes.

Marco legal
Según la Ley de Trata de Personas N° 28950,  las víctimas no deben ser sancionadas por su situación migratoria ni, mucho menos, obligadas a retornar a su país de origen o de anterior residencia, en consideración a la persecución o peligro que pueda correr su vida, libertad o su integridad personal. 

El Estado peruano tiene políticas de protección a las víctimas; sin embargo, el desconocimiento del sentido humano (que no discrimina a extranjeros legales o ilegales), y de los canales de denuncia, son las principales barreras. En un caso de trata, la Fiscalía actúa de inmediato sin mirar el país de origen de las  víctimas, se realizan las acciones por si se deban repatriar y, en el caso de los menores de edad, son ingresados a una unidad de protección, acorde a la ley N°30925, que declara de interés nacional y necesidad pública la implementación de los espacios de acogida temporal para las víctimas de trata y explotación sexual de niñas, niños, adolescentes y mujeres, acorde a su disponibilidad presupuestal. 

Galindo tiene esta conclusión para graficar el desconocimiento de las leyes: “La ignorancia y el miedo son las culpables en su mayoría, de que las personas no puedan denunciar siendo uno de los mayores impedimentos”. 

“La migración ya es un fenómeno que es vulnerable. Es uno de los factores que, al igual que la pobreza, puede la trata aprovecharse de eso”.

En enero del presente año, el equipo fiscal de la Fiscalía Provincial Especializada en Delitos de Trata de Personas de La Libertad y personal policial de la Comisaría de la  Familia realizaron un operativo preventivo de delitos de trata de personas con fines de explotación (mendicidad) en diferentes calles y avenidas de Trujillo. 

Se encontró a padres de familia con menores de edad vendiendo caramelos. Dos niños, que fueron alquilados por sus padres, fueron rescatados de los brazos de dos extranjeros. 

“¿Dónde hay trata?”
Es de tarde en Trujillo y en una banca de la plazuela El Recreo, espacio muy frecuentado por extranjeros que son víctimas de trata para fines de mendicidad, la Fiscal de la Fiscalía de Familia de Trujillo, Delia Bracamonte Muguerza, explica que cuando se trata de extranjeros se normaliza la violencia.

 “Hay un índice alto de venezolanas y colombianas que son víctimas de trata (con fines de explotación sexual). Hay estigmas y ciertos estereotipos. Tenemos que erradicar cualquier tipo de discriminación hacia ellos (migrantes). Acá, peruanos y extranjeros son víctimas de trata”, señala.

Luego se pregunta “¿dónde va a ver trata?, donde haya pobreza, donde haya necesidad, donde haya vulneración, en personas vulnerables: los niños, las niñas, los adolescentes, los migrantes, los pobres, las mujeres ancianas. La migración ya es un fenómeno que es vulnerable. Es uno de los factores que, al igual que la pobreza, puede la trata aprovecharse de eso”. 

El pasado 30 de julio, en el marco del Día Mundial Contra la Trata de Personas, el Ministerio del Interior informó que la Policía Nacional del Perú rescató a 671 víctimas en 487 operativos desarrollados en el ámbito nacional entre enero y julio de 2022. 

En Trujillo, las autoridades han intervenido varios night club, los cuales son fachadas de prostíbulos clandestinos.(Foto: Internet)
En Trujillo, las autoridades han intervenido varios night club, los cuales son fachadas de prostíbulos clandestinos.(Foto: Internet)

En junio, un operativo preventivo desarrollado en vehículos de transporte interprovincial en La Libertad se intervinieron a 29 extranjeros que ingresaron de manera irregular al país y una menor de edad, quien viajaba sola sin compañía de sus progenitores (hay una investigación en curso para determinar si se trataba de tratantes y víctima). Peruanos o extranjeros (legales e ilegales) pueden sumarse a la lucha a través de la denuncia  ante la Fiscalía de Trata de Personas de La Libertad, al teléfono 231721 anexo 5073 o al correo electrónico: fistrap.lalibertad@mpfn.gob.pe. También llamando a la línea gratuita 1818. 

Dato: las Fiscalías Especializadas en Delitos de Trata de Personas, previenen y persiguen los delitos de trata de personas y delitos conexos, prescritos el artículo 153 del Código Penal que comprenden la venta de niños, niñas o adolescentes, la prostitución y cualquier forma de explotación sexual, la esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, cualquier forma de explotación laboral, la mendicidad, los trabajos o servicios forzados, la servidumbre, la extracción o tráfico de órganos o tejidos somáticos o sus componentes humanos, así como cualquier otra forma análoga de explotación, que pueden ser sancionados con penas privativas de libertad de hasta quince años, y en sus formas agravadas de hasta veinticinco años de pena privativa de libertad.


*Este reportaje fue elaborado en el curso Redacción Periodística del Programa Comunicación y Periodismo de la Universidad Privada del Norte (sede Trujillo), que dicta el docente Jorge Clavijo Correa.