Es raro un mercado sin clientes, pero más raro aún es verlo sin vendedores. El panorama que se vivió hoy en los exteriores del mercado zonal Palermo, ex-Mayorista, fue singular. Debido al paro de transportistas, el segundo centro de abastos más importante de Trujillo mostró una cara pocas veces vista: ausencia de ruido, un orden añorado y un clima de tranquilidad idílico.
En la esquina de la avenida España a la calle Sinchi Roca, a pocos metros de ex coliseo de toros, una reja cerraba el tránsito vehicular. Solo peatones cruzaban el lugar. “¡Qué vamos hacer!”, expresó jocoso Roberto Sicha Paz, un vendedor de emolientes, que parqueó su carretilla al lado de la verja frente al impedimento de avanzar.
Metros más allá, la tranquilidad era abrumadora. Los vendedores de animales —desde perros hasta aves— mataban el tiempo mirando sus celulares y bromeando sobre el destino del presidente Pedro Castillo. “Ese cholo es terco. No se va ir así nomás”, consideró una mujer frente a su puestos de pájaros enjauladas.
Donde empieza la avenida Eguren, pocos comerciantes abrieron sus puertas y otros más no llegaron a ocupar la vía pública, como es ‘normal’ en esta parte de la ciudad. “Ufff, lo normal es que esto esté llenecito de vendedores, compradores y carros”, dice Milagros, una vendedora de fruta apostada en la vereda. No quiere decir su apellido, no se sabe si por seguridad o pudor. “Yo no vengo los domingos, pero los lunes sí. Hoy tenía que hacerlo porque dos días sin trabajar para mí es muy complicado”, continúa. A pocos metros, su colega que ofrece golosinas asegura que ella no se puede dar el lujo de faltar un solo día “menos por un paro”.
Bloqueo, bloqueo
El primer día del paro de transportistas cambió la vida de una ciudad como Trujillo que se caracteriza por la movilidad de sus habitantes y el comercio en sus calles. Los colegios cerraron y desarrollaron clases de manera virtual. Los protestantes bloquearon varias arterias. Impidieron por varias horas el ingreso al centro de Trujillo, atentando contra el derecho fundamental del libre tránsito. “Si van a protestar, que lo hagan; pero que dejen hacerlo al resto”, lamentó, minutos antes de las 8.15 de la mañana, en la esquina de Salaverry con España, Ronald Vásquez Paz, empleado de una entidad bancaria.
A pocos metros, su colega que ofrece golosinas asegura que ella no se puede dar el lujo de faltar un solo día “menos por un paro”.
Los transportistas se organizaron en piquetes para impedir la circulación de vehículos, en especial, aquellas que ofrecen servicio público y que no se sumaron a la protesta, la cual tiene el objetivo que exigir al gobierno que ejecute acciones para frenar el alza del precio de combustible.
El representante de la Asociación de Transportistas de la Región La Libertad, José Villanueva Ortiz, señaló, para buenapepa, que el paro ha sido un éxito total. “Los que estamos acá, de manera presencial, somos un porcentaje. El grueso número de transportistas no ha salido, se ha quedado en casa. El Gobierno tiene que darle esa lectura. Esta protesta no la está organizando un grupo de revoltosos o terroristas, sino gente descontenta. Claro, cómo no va haber descontento si en ocho meses se ha duplicado el precio del combustible, cómo no va haber descontento si el precio de las autopartes de los vehículos sube y la canasta familiar se sigue incrementado”, reclamó.
Mañana, martes 5 de abril, continuará la protesta en la provincia de Trujillo. Se espera que los participantes en estos actos entiendan que su derecho termina donde empieza el del otro.