Muchas reacciones a favor y otras tanto en contra. Eso es lo que ha generado la prohibición del oficio de limpiaparabrisas en las calles y avenidas de Lima. Desde el jueves 20 de abril entró en vigencia esta restricción, oleada y sacramentada por la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML).
Además, la norma impide que se ofrezca el servicio de limpieza de otras partes del vehículo en la vía pública, con la advertencia de que los fiscalizadores ediles tienen la facultad de decomisar las herramientas de los trabajadores informales.
¿Cuán masivo es esta actividad en Lima y provincias?
Según la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp), en el Perú hay registrados más de dos millones de vehículos. La circulación de estas unidades es lo que ha generado que cientos de personas, entre peruanos y extranjeros, trabajen de manera informal como limpiparabrisas.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más del setenta por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) en el país se gana la vida de manera informal, siendo la actividad de limpiaparabrisas una de las más demandadas.
Y es que en una jornada de ocho a diez horas, apostados en vías de alto tráfico vehicular, un limpiaparabrisas puede obtener ganancias de entre setenta y cien soles. Los montos varían de acuerdo a la ciudad y a la voluntad de los conductores; aunque tras los violentos incidentes registrados en Lima y provincias, muchos temen colaborar con estos trabajadores informales.
En el siguiente especial, a modo de cómic, te presentamos más detalles sobre esta prohibición y su impacto en la capital peruana.
ILUSTRACIÓN: Annie Vega Foelsche.