En un inusual y afortunadamente no trágico incidente, una madre de familia confundió el acelerador con el freno de su camioneta, y terminó empotrada en la pared del colegio donde estudian sus hijos. A pesar de la magnitud del impacto en la institución educativa Nuestra Señora de La Merced, ubicado entre la avenida La Arboleda y la calle Andrés Bello, distrito de Ate, en Lima, no hubo víctimas ni heridos que lamentar.
Confusión total
El incidente ocurrió cuando la madre se aproximaba al colegio para recoger a sus hijos. En un giro infortunado de los eventos, confundió los pedales de su camioneta, presionando el acelerador en lugar del freno, lo que resultó en un choque violento contra la pared de la institución.
Personal de Serenazgo de la Municipalidad de Ate se movilizó rápidamente al lugar del accidente para evaluar la situación y brindar asistencia. Afortunadamente, no se reportaron víctimas ni heridos, a pesar de la impresionante escena y el daño causado a la infraestructura del colegio.
No habido
La camioneta involucrada en el accidente, que quedó con la parte delantera seriamente dañada, tiene la placa BKU-263. Según el registro de la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (Sunarp), esta camioneta está registrada a nombre de dos personas: Hugo Orlando Huarcaya Rivera y Norma Mercado Falcón. Hasta el momento, no se ha identificado al individuo que se encontraba al volante de la camioneta en el momento del accidente.
Riesgo de derrumbe
Una periodista de TV Perú, que se encontraba presente en la escena del accidente, informó que en el momento del choque, la zona donde ocurrió el accidente estaba siendo utilizada como depósito de desmonte y malezas por parte del centro educativo. Esta circunstancia resultó fundamental en la falta de víctimas, ya que no había estudiantes ni personal en la zona del impacto.
En las imágenes difundidas en redes sociales, se pudo observar que la infraestructura del colegio sufrió un daño significativo. Un agujero del tamaño de la camioneta quedó en la pared, el cual tuvo que ser cubierto con rejillas para evitar el acceso a la institución educativa.
Sin embargo, debido a las condiciones en que quedó la pared de material noble, el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) expresó preocupación por el peligro de derrumbe. Se recomendó acordonar la zona para evitar que las personas transiten por el área hasta que se realicen estudios adicionales para evaluar la estabilidad de la estructura.
Lima: otras incidencias
En otras zonas de Lima, lamentablemente, se han reportado incidentes de robo y violencia cerca de instituciones educativas. En el distrito del Rímac, dos delincuentes chocaron violentamente contra un automóvil después de robar el teléfono celular de una estudiante en la puerta de su escuela. Testigos del robo informaron que uno de los criminales le arrebató el teléfono a la estudiante antes de huir en una motocicleta.
Tras el choque, la estudiante, valiente y decidida, siguió a pie a los delincuentes hasta el lugar del accidente y los identificó. Recuperó su propiedad mientras las autoridades llegaban al lugar.
En San Juan de Lurigancho, las cámaras de seguridad capturaron el momento en que delincuentes atacaron a estudiantes cuando salían de su escuela. Un grupo de jóvenes esperaba en una esquina y, tras identificar a sus víctimas, una mujer se acercó a un cómplice para entregarle un arma de fuego. Luego, entre los tres, bloquearon el paso de los estudiantes y les robaron sus objetos de valor.
Las madres de familia en este distrito han pedido a las autoridades que aumenten la vigilancia en la zona y tomen medidas para proteger a los estudiantes que salen de clases en la tarde.
El incidente en Ate Vitarte, aunque impactante, tuvo la fortuna de no causar víctimas. Sin embargo, sirve como un recordatorio de la importancia de la precaución al volante y la necesidad de prestar atención a la seguridad vial cerca de las instituciones educativas. Mientras tanto, en otras partes de Lima, la violencia y el robo cerca de las escuelas siguen siendo preocupaciones graves. La seguridad de los estudiantes y sus familias debe ser una prioridad para las autoridades y la comunidad en general, y se deben tomar medidas para abordar estas preocupaciones de manera efectiva. El llamado es a la vigilancia y la cooperación para garantizar un entorno seguro para todos.