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En baños envasaban sal de mesa adulterada que iba a ser distribuida en mercados de Lima y provincias

Trabajadores utilizaban registro sanitario de una empresa legalmente constituida para comercializar producto adulterado que ponía en peligro la salud de miles de familas.

Ocho toneladas de sal de mesa y sal de cocina adulterada fue incautada por la Policía Nacional, en un operativo desplegado en un depósito clandestino, en Lima.

La intervención ocurrió en una vivienda multifamiliar de dos niveles, en el distrito de Santa Anita. En su interior se encontró la sal en tinas que eran envasadas en diversos ambientes, incluso en los baños. También se hallaron bolsas de la marca Marina.

Mercados de Lima y provincias eran el destino final

Ubicada en la cooperativa Villa San Francisco, la vivienda servía como centro de operaciones para envasar y sellar estos productos sospechosos. Efectivos de la Dirección de Seguridad del Estado, la División de Investigación de Delitos contra el Estado y el Departamento de Salud Pública ingresaron al inmueble y lograron decomisar ocho toneladas de sal de dudosa procedencia que iba a ser distribuida en los principales mercados de Lima y provincias.

Efectivos de la Policía revisan la sal adulterada que se envasaba en un taller, en Lima.

Los trabajadores utilizaban de manera ilícita el registro sanitario que pertenece a una empresa legalmente constituida. Durante la operación, fueron intervenidas cinco personas que se encontraban en el lugar.

“Trabajaban en una forma totalmente artesanal e insalubre. Abarcaban el mercado de Lima. Tienen bolsas que hacían pasar como un producto legal. También lo distribuían en provincias. Esto representa un atentado contra la salud pública. No es una sal apta para el consumo”, mencionó el coronel César William Díaz Jáuregui, jefe de la División de Investigación de Delitos contra el Estado de la Policía Nacional.

Ricardo Urquiaga
Ricardo Urquiaga
Es el segundo de tres hermanos y el más piña de los tres. Comparte lo que algunas personas meticulosas dicen sobre "usted es lo que usted come"; pero da más crédito a lo que la Biblia señala: usted es lo que usted piensa. Cree que con el tiempo la verdadera condición de corazón —o lo que es lo mismo, buenos o malos frutos— se manifiesta tanto en palabra como en acciones. Por eso es un convencido de que para cambiar el mundo se necesita producir buenos frutos.