Franz Beckenbauer, considerado uno de los grandes pilares del fútbol alemán y del Bayern Múnich, es una figura tan dominante en el deporte que su huella es imposible de ignorar.
Su carrera como jugador, entrenador y funcionario ha dejado un impacto duradero en la historia futbolística de Alemania y del Bayern Múnich, equipo que ayudó a ascender a las alturas inigualables en Europa.
Franz Beckenbauer: una pelea que le cambió la vida
Originario del barrio muniqués de Giesing, Beckenbauer empezó su vínculo con el deporte a una edad temprana, jugando en los equipos infantiles del SC 1906 Múnich. Casi firmó con el 1860 Múnich, equipo rival del Bayern en esa época, pero la historia tomó un giro diferente.
Un altercado con un compañero le hizo declinar la oferta y, en su lugar, firmó con el Bayern. Y así, el destino del equipo y de Beckenbauer quedaron entrelazados inseparablemente.
Gerhard König, jugador de las categorías inferiores del 1860, lo cacheteó en un partido y Franz Beckenbauer decidió que nunca jugaría en ese equipo. Así fue como caló en el conjunto bávaro.

Desde ese momento, el equipo comenzó un ascenso meteórico, catapultando a Beckenbauer a la fama. En 1965, subió a la primera división de la Bundesliga con Beckenbauer a la vanguardia, junto con sus compañeros Sepp Maier y Gerd Müller.
A lo largo de la década, los éxitos no pararon de llegar. Ganaron la Recopa en 1967 -su primer título europeo- y su primera Bundesliga en 1969. A esto se sumó una triplete inédita en la Bundesliga entre 1972 y 1974 y tres Copas de Europa seguidas entre 1974 y 1976.
En cuanto a su carrera internacional, Beckenbauer también tuvo un impacto significativo. En 1972, Alemania ganó la Eurocopa con él como capitán y en 1974, Alemania se alzó con el título mundial, venciendo por 2-1 a la Holanda de Cruyff.

Sin embargo, su carrera no estuvo exenta de controversias. En 1976 Beckenbauer fue acusado de evasión fiscal, un escándalo que causó revuelo en los medios y que podría haber influenciado su traslado al Cosmos en 1977.
Su agente, Robert Schwann, detectó temprano que Beckenbauer tenía el potencial no solo como jugadores sino también como una máquina de hacer dinero y se aseguró de capitalizarlo al máximo.
El Káiser en medio de las polémicas
Después de su retiro como jugador, Beckenbauer continuó teniendo una influencia considerable en el fútbol, tanto como entrenador y como embajador de este deporte. Ganó un título mundial como seleccionador de Alemania en 1990 y también fue clave para llevar el Mundial a Alemania en 2006.
«Con profundo dolor comunicamos que nuestro padre y mi marido, Franz Beckenbauer, murió el domingo, tranquilamente en el entorno de su familia. Pedimos poder llevar el duelo en paz y omitir toda pregunta», informó su familia en un comunicado.

A pesar de sus logros, las últimas décadas han estado marcadas por el escándalo. Se revelaron flujos de dinero sospechosos relacionados con la Copa del Mundo de 2006, y se cuestionó si la sede del Mundial se ganó únicamente por el carisma de Beckenbauer.
Aunque las acusaciones finalmente prescribieron, la reputación de Beckenbauer quedó manchada. A pesar de los altos y bajos, la influencia de Beckenbauer ya está grabada en la historia del deporte.