No es una exageración decir que lo que ocurrió en Ecuador, específicamente en Guayaquil, puede repetirse en La Libertad, la región del Perú, donde convergen con alevosía los cuatro jinetes de la delincuencia moderna: extorsión, minería ilegal, sicariato y corrupción.
Las bandas organizadas en el país norteño le han declarado la guerra al Estado y, como muestra de su poder, el martes 9 de enero del 2024, tomaron un canal de televisión y atacaron instituciones y espacios públicos y privados.
Las imágenes de periodistas amenazados por encapuchados con armas de fuego, de estudiantes universitarios corriendo para protegerse de la violencia, automóviles incendiados y delincuentes alardeando de su artillería no son propias de países de Sudamérica, acostumbrada a otro tipo de manifestaciones de violencia.
La Libertad, la región del Perú, donde convergen con alevosía los cuatro jinetes de la delincuencia moderna: extorsión, minería ilegal, sicariato y corrupción.
Lo que ocurrió es un escalamiento de la criminalidad en la nación de unos 18 millones de habitantes, la cual se ha emponzoñado en torno al tráfico de droga. Y, además, es la evidencia de la incapacidad del Estado para enfrentar a un enemigo bastante conocido. El crimen organizado es, desde hace algunos años, uno de los enemigos más notorios y severos de Latinoamérica.
“Durante la última media década, narcotraficantes extranjeros se han unido a pandillas como Los Choneros para construir una poderosa industria del narcotráfico en todo el país, infiltrándose en el gobierno, extorsionando a empresas y matando a los ecuatorianos que intentan enfrentarlos”, informa The New York Times.
¿Puede ocurrir lo de Ecuador en Perú?
–Hay que revisar lo que está pasando en Pataz. Hay que revisar lo que está pasando en Piura, en el puerto de Paita.
Rubén Vargas Céspedes, exministro del Interior del Perú, sabe de lo que habla.
“Las bandas criminales del Ecuador están operando en Perú. Ahora mismo están en plena disputa por territorios y, también, llegando a acuerdos con el Tren de Aragua y están dominando o empezando a controlar varias provincias de la franja costera”, continúa.
Las bandas a las que se refiere Vargas son las mismas a las que el gobierno de Ecuador elevó al nivel de grupos terroristas: Caballeros Oscuros Águilas, ÁguilasKiller, Ak47, ChoneKiller, Choneros, Covicheros, Cuartel de las Feas, Cubanos, Fatales, Gánster, Kater Piler, Lagartos, Latin Kings y Lobos.
Asimismo, Los p.27, Los Tiburones, Mafia 18, Mafia Trébol, Patrones, R7, y Tiguerones.
El Ejército de Ecuador consideró que estos grupos son objetivos militares, es decir, los buscarán, identificará y eliminará.
Estamos muy cerca
“El escenario de Ecuador es absolutamente posible en el Perú y vamos camino a esa situación anárquica y anómica (conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación)”, considera el exministro Vargas Céspedes.
La sierra de La Libertad, en especial donde se desarrolla la minería, como Pataz, ha sido tomada por grupos delictivos del extranjero, quienes a sangre y fuego, están creando un Estado paralelo al peruano.
El modus operanti es dominar por completo los territorios en los cuales se desarrollan actividades como minería y narcotráfico.
Los hechos hablan por sí mismo. El último de ellos, el ataque a un convoy de policías para rescatar a delincuentes. En diciembre del 2023 asesinaron con explosivos a diez trabajadores de Minera Poderosa, antes ejecutaron a un padre y sus dos hijos en Trujillo.
Los últimos crímenes en La Libertad tienen vínculos con la minería ilegal. Existe una conjetura policial de que el asesinato en el Mall Plaza de Trujillo, la noche previa a Navidad, y delante de cientos de personas, es parte de la lucha de poder en torno al negocio de las minas.
El sociólogo Dante Vera, exasesor del Ministerio del Interior (Mininter), consideró que a partir de lo ocurrido en Ecuador, “hay razones para estar preocupados” en el Perú y “por eso tenemos que tomar medidas de prevención y defensa inmediata”.
Desgracia de Ecuador, beneficio de Perú
La violencia en la sierra de La Libertad es evidente, es un hongo que crece a vista y paciencia de todos. Empero, ninguna de las autoridades políticas y policiales ha estado a la altura para frenar su crecimiento. ¿Lo estarán ahora? Ahora que el mal manifestó sus fauces cerca de nuestras fronteras.
El destino nos está salvando. La desgracia de Ecuador debe ser nuestra salvación. Estamos a punto de repetir lo que está lacerando a la nación vecina; pero, también, estamos a tiempo de evitarlo. “Las desgracias, al igual que la fortuna, solo llegan cuando las hemos buscado con nuestros actos”, dijo Confucio.
La violencia en la sierra de La Libertad es evidente, es un hongo que crece a vista y paciencia de todos. Empero, ninguna de las autoridades políticas y policiales ha estado a la altura para frenar su crecimiento.
El Estado nacional y regional deben ejecutar acciones integrales, efectivas y estratégicas para defender su soberanía de un enemigo interno que está carcomiendo los cimientos sociales.
Vamos al ande
Y la primera acción es tener presencia. La sierra de La Libertad es un lugar abandonado, sin vías de acceso, donde la pobreza campea y el Estado tiene presencia a cuentagotas con instituciones endebles.
Ni si quieras cuando ocurren desgracias, las autoridades estatales se interesan en fondo y forma de esta parte de la región. En diciembre del 2023, cuando asesinaron a diez vigilantes de Minera Poderos, el gobernador César Acuña Peralta, en lugar de visitar la zona, se subió a un avión y se fue a Europa para atender asuntos personales.
La fuerza policial debe trabajar en la zona con lo mejor de sus capacidades: la inteligencia. Además, los operadores de justicia —Ministerio Público y Poder Judicial— debe contar con todas las herramientas y la valentía para enjuiciar a todo aquel que comete delitos.
Finalmente, y no menos importante, se debe trabajar con la población de manera holística. El pueblo y, en especial, el de la sierra tiene un sentido amplio y profundo de la paz social.
Los peruanos del ande fueron actores claves en la lucha contra el terrorismo de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). El pueblo rechazó la ferocidad y brutalidad con la que estos delincuentes pretendían imponer su poder.
Avisados estamos. No perdamos la oportunidad de evitar desgracias mayores, sino sufriremos en carne propia las palabras del Jean de La Fontaine: “La mayor desgracia es merecer la desgracia”.