El 1 y el 2 de noviembre son dos fechas que tienen en común el recuerdo y el homenaje a los seres queridos que ya no están en este mundo.
Sin embargo, cada una tiene un origen, un significado y una forma de celebración distintos. ¿Qué las diferencia y qué las une?
El Día de Todos los Santos es una fiesta católica que se celebra el 1 de noviembre y que tiene como objetivo venerar a todos los santos, conocidos y desconocidos, que gozan de la gloria de Dios en el cielo.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, “todos los fieles cristianos, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad” (n. 2013). Por eso, la Iglesia propone a los santos como modelos e intercesores para los creyentes.
La tradición de celebrar el Día de Todos los Santos se remonta al siglo IV, cuando la Iglesia dedicaba un día al año para honrar a todos los mártires.
En un intento por eliminar gradualmente las festividades paganas del calendario, la Iglesia Católica decidió establecer una conmemoración cristiana, el Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre.
Esta fecha se eligió con el propósito de superponerse a la festividad pagana del “Samhain” o Año Nuevo Celta; una celebración hoy en día conocida como Halloween o Noche de Brujas, que tiene lugar la víspera, en la noche del 31 de octubre.
Posteriormente, el papa Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la basílica de San Pedro a todos los santos y fijó su fiesta el 1 de noviembre. El papa Gregorio IV (827-844) extendió esta celebración a toda la Iglesia.
2 de noviembre
El Día de todos los Muertos, también llamado Día de los Fieles Difuntos se celebra el 2 de noviembre y tiene como finalidad honrar la memoria de todos quienes ya no se encuentran en vida.
Es común confundir el Día de Todos los Santos con el Día de los Fieles Difuntos, también denominado Día de los Muertos o Día de las Ánimas.
Aunque son festividades separadas. El Día de Todos los Santos tiene como objetivo honrar tanto a los santos reconocidos como a los anónimos, recordando especialmente a todos los que viven bajo la presencia de Dios.
En cambio, el Día de los Difuntos que se conmemora el 2 de noviembre, se dedica a honrar la memoria de aquellos que ya no están en la vida terrenal. La intención de la Iglesia es que este día se dedique a la oración por todas las almas, con la finalidad de que sigan gozando del descanso eterno.
Día de todos los santos: aprovechar feriado
En el Perú, por su condición de feriado, el 1 de noviembre de emplea para visitar cementerios y rezar por el alma de los seres queridos que ya no están en este mundo terrenal.
Los camposantos recibirán a miles de fieles que llegan con flores, incluso, son música y bebidas para recordar a sus parientes con jolgorio y alegría.
El gobierno peruano aclaró que mañana, 2 de noviembre, no es feriado, por lo que la decisión de aprovechar el día festivo del primer día de noviembre es más que oportuno.
El Día de los Santos y el Día de Todos los Muertos son, pues, dos formas de expresar el respeto y el cariño hacia los que ya no están, pero que siguen vivos en el recuerdo y en el corazón de sus seres queridos.
Ambas fiestas tienen un sentido religioso, pero también cultural y social, que refleja la diversidad y la riqueza de las tradiciones de los pueblos.